Menchevique para niños
Datos para niños Mencheviquesменьшевики |
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![]() Los mencheviques Pável Axelrod, Yuli Mártov y Alexandr Martýnov, en Estocolmo, mayo de 1917.
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Líder | Yuli Mártov | |
Fundación | 1903 | |
Ilegalización | Marzo de 1921 | |
Disolución | 1918 | |
Ideología | Marxismo Socialismo democrático Socialdemocracia Revisionismo |
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Posición | Izquierda | |
Miembro de | Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia | |
Sede | Petrogrado | |
País | ![]() ![]() |
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Colores | Rojo | |
Publicación | Iskra | |
Los mencheviques (del ruso menshevikí, que significa «miembro de la minoría») fueron un grupo político en Rusia. Surgieron en 1903 como una parte más moderada del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR). Su principal líder fue Yuli Mártov.
En 1912, los mencheviques se convirtieron en un partido separado. Tuvieron un papel importante en los cambios políticos de 1917 en Rusia. Controlaron algunos consejos de trabajadores y participaron en el Gobierno provisional. Este gobierno fue reemplazado por los bolcheviques en octubre de 1917.
Los mencheviques no siempre tuvieron las mismas ideas. Sus líderes a menudo no estaban de acuerdo entre sí. A veces, estaban más cerca de los bolcheviques (sus principales rivales) que de otros mencheviques. Sus opiniones sobre temas importantes cambiaron varias veces. Pável Axelrod y Yuli Mártov fueron sus pensadores más importantes.
Fueron muy activos en la creación de los sóviets (consejos de trabajadores), especialmente en San Petersburgo, durante los eventos de 1905. Después de que esos eventos no tuvieran éxito, dejaron la idea de la lucha armada. Se enfocaron en formar un partido legal y buscaban un cambio gradual del gobierno del zar. Creían en una revolución que llevara a un gobierno con más participación de la gente.
Entre febrero y octubre de 1917, los mencheviques dominaron los sóviets del país, junto con los socialrevolucionarios. Creían que los trabajadores rusos no podían tomar el poder solos. Pensaban que un cambio social muy rápido llevaría a conflictos. Por eso, colaboraron con el nuevo Gobierno provisional. Intentaron moderar lo que la gente pedía. Entraron al gobierno dos meses después de la primera revolución. Intentaron evitar que la sociedad se dividiera. Sin embargo, no pudieron combinar los intereses del Estado con las reformas que sus seguidores querían. A mediados de 1917, el partido se paralizó. A pesar de que el gobierno de coalición no funcionó, los mencheviques siguieron rechazando un gobierno basado solo en los sóviets. Creían que esto favorecería a los bolcheviques.
Después de los cambios de octubre de 1917, los mencheviques intentaron mediar entre el nuevo gobierno bolchevique y los socialrevolucionarios. Buscaban un acuerdo pacífico entre los partidos socialistas. Después de que la Asamblea Constituyente Rusa fuera disuelta por los bolcheviques, los mencheviques intentaron recuperar el poder. No lo hicieron con levantamientos, sino buscando victorias en las elecciones. Su popularidad creció en la primavera de 1918. Esto se debió a problemas económicos y a sus propuestas políticas. En respuesta a sus victorias electorales, el gobierno bolchevique disolvió los sóviets donde había perdido el control. Esto llevó a protestas y a que el gobierno tomara medidas más estrictas. La prensa de la oposición fue cerrada. Algunos de sus líderes fueron detenidos. Mencheviques y socialrevolucionarios fueron expulsados de un comité central. Después de periodos de dificultades y algo de tolerancia durante un conflicto interno, el partido fue prohibido en 1921. Algunos de sus miembros se fueron del país. Otros colaboraron con el gobierno bolchevique.
Contenido
- Origen: El Segundo Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata
- Desacuerdos en el Partido Socialdemócrata
- Características de los Mencheviques
- El periodo de cambios de 1905
- Antes de la Primera Guerra Mundial
- La Primera Guerra Mundial
- El periodo entre los cambios de gobierno
- El conflicto interno
- El exilio
- Véase también
Origen: El Segundo Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata
Los mencheviques surgieron en el verano de 1903. Fue durante el Segundo Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso. Este congreso buscaba unir a varias organizaciones de trabajadores. Sin embargo, se convirtió en una discusión sobre quién podía ser miembro del partido.
Los mencheviques, liderados por Yuli Mártov, querían un partido con muchos miembros. No exigían que los miembros pertenecieran a una organización específica. Creían que en Rusia primero debía haber un cambio social que llevara a un gobierno con más participación de la gente. En este proceso, el partido de los trabajadores sería muy importante. Pensaban que Rusia no estaba lista para un sistema socialista. Creían que el socialismo solo era posible en países con un desarrollo económico avanzado. El modelo de partido que Mártov defendía era similar al Partido Socialdemócrata de Alemania. Este partido tenía una gran base de trabajadores.
Vladímir Lenin, por otro lado, creía que el partido debía ser dirigido por intelectuales. Estos intelectuales, expertos en las ideas de Marx, guiarían a los trabajadores. Quería una organización muy estructurada y secreta. Pensaba que el partido debía estar formado por personas dedicadas por completo a preparar el cambio social. Las organizaciones grandes, como los sindicatos, podían apoyar al partido, pero la mayoría de sus miembros no serían parte de él.
Muchos se opusieron a las ideas de Lenin. Aunque la propuesta de Mártov sobre la membresía del partido ganó la mayoría de los votos, Lenin logró que sus seguidores tuvieran más poder en la elección del comité directivo. Esto se debió a que algunos delegados se retiraron del congreso. El apodo "mencheviques" (la minoría) viene de esto. El congreso, que buscaba la unidad, en realidad creó dos grupos rivales.
Las diferencias también surgieron porque los oponentes de Lenin lo culparon de dividir a los líderes. Los mencheviques creían que la unidad del partido se basaba en las decisiones de los congresos y en la unión de sus líderes. Pensaban que Lenin había roto esa unión.
Desacuerdos en el Partido Socialdemócrata
Después del congreso, comenzaron las discusiones entre los seguidores de Lenin y sus oponentes. En una reunión en octubre de 1903, Mártov logró una pequeña mayoría contra los bolcheviques. A principios de noviembre, Gueorgui Plejánov, un importante pensador, dejó a Lenin y se unió a los mencheviques. Esto les dio el control de un periódico importante llamado Iskra.
Lenin se quedó solo entre los líderes y tuvo que ceder el control de Iskra a los mencheviques. Los ataques de los mencheviques, incluso personales, hicieron que la figura de Lenin se destacara más. Las discusiones desorganizaron el partido.
Al principio, las discusiones parecían solo una lucha por el poder. Pero luego, Pável Axelrod explicó que había dos ideas opuestas sobre cómo debía ser el partido. Una era una organización jerárquica, controlada desde arriba. La otra era un partido de masas, controlado por sus miembros. La idea de Axelrod de que el partido debía ser una organización de masas de trabajadores se volvió clave para los mencheviques. Sin embargo, los mencheviques no lograron formar un grupo unido. Tuvieron muchas diferencias y cambiaron de opinión a menudo.
Características de los Mencheviques
Ambos grupos del partido estaban dirigidos por intelectuales. Sin embargo, los mencheviques tenían más seguidores entre las minorías del Imperio ruso. Los georgianos y los judíos tuvieron un papel muy importante en este grupo.
Los mencheviques estaban más cerca de las ideas socialistas de Europa occidental. Admiraban las grandes organizaciones de partidos en esos países, como el alemán. Muchos mencheviques veían a estos partidos como un modelo para Rusia. Esto les impedía ver las diferencias entre Europa occidental y Rusia. A diferencia de los bolcheviques, los mencheviques nunca tuvieron un plan atractivo para los campesinos. Los campesinos eran la mayoría de la población. El grupo menchevique era principalmente urbano. En general, dudaban del papel que los campesinos podían tener en un cambio social.
A pesar de los cambios en sus ideas, los mencheviques mantuvieron algunas características:
- Creían que la misión del partido era formar una clase trabajadora independiente. Esta clase debía tener conciencia política y ser capaz de dirigir el partido y la nación. Los intelectuales debían ayudar a los trabajadores, pero los cambios debían ser hechos por ellos.
- Estaban convencidos de que los trabajadores debían ayudar a que se diera un cambio social que llevara a un gobierno con más participación de la gente. Pero creían que el sistema económico actual debía desarrollarse antes de intentar establecer el socialismo.
- Les preocupaba la conducta moral. Por eso, rechazaban usar cualquier medio para promover el socialismo.
Algunas de estas ideas, como la necesidad de que los trabajadores participaran en el cambio social sin tomar el poder, su falta de interés en los campesinos o su apego a las ideas, influyeron en su declive. Creían que ningún grupo de oposición al gobierno del zar era lo suficientemente fuerte para derrocarlo solo. Pensaban que solo la cooperación entre la clase media y los trabajadores podría acabar con el gobierno. Cualquier intento de tomar el poder solos terminaría mal. A diferencia de los bolcheviques, que daban un papel importante a los campesinos pobres, los mencheviques creían que los liberales serían los principales aliados de los trabajadores urbanos.
El periodo de cambios de 1905
Debido al descontento por la derrota en una guerra, la clase media rusa empezó a pedir cambios al gobierno del zar. Los bolcheviques y mencheviques tenían ideas diferentes sobre cómo actuar. Lenin creía que la clase media rusa no era progresista. Pensaba que nunca debilitaría por completo el poder del rey. Creía que la clase trabajadora debía tomar el poder directamente. Los mencheviques, liderados por Axelrod, pensaban que las protestas de los trabajadores presionarían a otros grupos para que pidieran medidas más progresistas. Esto fortalecería la conciencia política de los trabajadores. Mantenían su idea de que el primer cambio social en un país como Rusia debía ser para establecer un gobierno con más participación de la gente. Los socialistas debían dejar el poder en manos de los partidos de la clase media. Sin embargo, las diferencias entre los líderes de ambos grupos disminuyeron. Algunos mencheviques se volvieron más radicales. La cooperación llevó a la convocatoria de un congreso para unificar los grupos.
Por primera vez, los delegados al congreso fueron elegidos por los miembros del partido. Los mencheviques obtuvieron más delegados que los bolcheviques. Sin embargo, la situación de cambio ya estaba disminuyendo en abril de 1906. Esto hizo que muchos mencheviques se alejaran de las ideas de los bolcheviques. En el congreso, los mencheviques defendieron el fin del boicot a las elecciones a la Duma (el parlamento). En 1907, los socialdemócratas participaron por primera vez en las elecciones parlamentarias y obtuvieron buenos resultados.
Antes de la Primera Guerra Mundial
Distanciamiento e intentos de unión
Después de que el gobierno reprimiera los cambios de 1905, el partido entró en un periodo de debilidad. Sin embargo, la experiencia de 1905 ayudó a definir mejor las diferencias entre bolcheviques y mencheviques. Empezaron a no estar de acuerdo en cosas que antes no los habían separado. Entre estos desacuerdos estaban:
- Los mencheviques se oponían a preparar un levantamiento armado. Creían que esto solo llevaría a la represión del partido.
- Se negaban a usar tácticas extremistas. Pensaban que esto dividiría y debilitaría a la oposición al gobierno del zar.
- Estaban convencidos de que la clase media podía ser una aliada en la lucha contra el gobierno.
- Decidieron fortalecer el contacto con la gente. Querían formar grandes organizaciones para que el mayor número posible de trabajadores tuviera conciencia de clase.
Los bolcheviques, por el contrario, creían que el fracaso de 1905 había confirmado su idea. Pensaban que solo un partido centralizado y profesional, trabajando en secreto, podía ser efectivo. Descartaron a la clase media como una fuerza progresista. Los seguidores de Lenin buscaron la cooperación de trabajadores y campesinos. A pesar de las diferencias, el partido se unió formalmente y celebró dos congresos con ambos grupos. Sin embargo, el periodo de represión del zar antes de la Primera Guerra Mundial acentuó las diferencias.
En 1907, los mencheviques restablecieron relaciones con el Bund (un grupo judío). El Bund se había separado del partido en 1903. La colaboración entre ambos grupos fue muy cercana.
Aunque estaban en declive, los mencheviques se mantuvieron formalmente dentro del partido. Esto fue a pesar de sus críticas a los métodos de los bolcheviques. En 1908, su situación mejoró. Se creó una publicación para sus ideas. En Rusia, se formaron tres centros cercanos a sus ideas.
Entre 1909 y 1914, mencheviques y bolcheviques tuvieron una nueva discusión. Se trataba del "liquidacionismo". Este término se usaba para criticar a quienes querían disolver la organización secreta del partido. También criticaban a quienes se oponían a la lucha revolucionaria. La principal diferencia era la prioridad que cada grupo daba a las actividades secretas frente a las legales. La mayoría de los mencheviques preferían las actividades legales. Lenin, en cambio, abogaba por concentrarse en las secretas. Los mencheviques "liquidacionistas" usaron medios legales (prensa, sindicatos) para difundir sus ideas. Intentaron hacer alianzas con los liberales para limitar el poder del gobierno. Todas las corrientes mencheviques estaban de acuerdo en que, dado que Rusia no había tenido una etapa de gobierno con más participación de la gente, el poder solo podía tomarse después de un periodo en el que los socialistas apoyarían al nuevo gobierno.
En enero de 1910, hubo un último intento serio de unificar los grupos del partido. Pero la unidad fue solo aparente. Los grupos no cumplieron las condiciones para mantenerla. En otoño, mencheviques y bolcheviques estaban de nuevo enfrentados. Esto permitió a Lenin preparar una conferencia bolchevique en Praga en enero de 1912. Allí se rompió oficialmente el partido.
La separación
A pesar de las discusiones, hubo varios intentos de unión entre 1907 y 1912. Sin embargo, Lenin se opuso a la colaboración. En enero de 1912, reunió a sus seguidores en Praga. Llamó a esta reunión "VI Congreso del POSDR". Expulsó a los mencheviques "liquidacionistas". Esta acción dividió oficialmente el partido.
En los dos años siguientes, varias organizaciones legales que antes eran mencheviques se pasaron a los bolcheviques. En agosto de 1912, el sindicato de metalúrgicos de San Petersburgo, el más importante, pasó a tener mayoría bolchevique. En abril de 1914, los bolcheviques controlaban la mayoría de los sindicatos en San Petersburgo y Moscú. El crecimiento de los bolcheviques se debió en parte al rápido aumento de trabajadores urbanos antes de la guerra. Los nuevos trabajadores eran más receptivos a las ideas extremistas de los bolcheviques. También influyó su mejor organización secreta. Los esfuerzos de los mencheviques por formar un movimiento obrero organizado y moderado fracasaron. En su lugar, surgió un movimiento más radical, a menudo liderado por bolcheviques más jóvenes.
Los intentos de una organización internacional de unir a bolcheviques, mencheviques y otros grupos se vieron frustrados por el comienzo de la guerra. La guerra trajo nuevas razones de desacuerdo.
La Primera Guerra Mundial

En 1914, Yuli Mártov, al igual que los bolcheviques, se opuso a la participación en la Primera Guerra Mundial. Los diputados de la Duma (parlamento) de ambos grupos se negaron a aprobar los fondos para la guerra. Presentaron una declaración en contra. Sin embargo, los mencheviques tuvieron diferentes posturas sobre la guerra. Algunos, como Aleksandr Potrésov, llamaron a "defender la patria". Otros, como Mártov, se unieron a la postura "internacionalista". Esta postura rechazaba la guerra.
La mayoría de los mencheviques se adhirieron a la postura internacionalista. Se oponían a la guerra, la veían como una aventura de los imperios. Pedían la unidad del movimiento socialista. Presionaban a los gobiernos para que terminaran los combates y lograran la paz sin ganancias territoriales ni pagos de guerra. Sin embargo, esta mayoría estaba dividida. Algunos, como Irakli Tsereteli, creían que la defensa de Rusia podía ser aceptable en ciertas situaciones. Después de la caída del zar en 1917, esta postura se convirtió en la mayoritaria. Los que defendían la patria se oponían a la guerra en principio. Pero abogaban por la defensa del país junto con el resto de sus "fuerzas vitales". Esperaban que esto también sirviera para formar una alianza contra el zar con la clase media.
Los mencheviques rechazaron la postura de Lenin. Lenin creía que los socialistas debían trabajar para que sus países fueran derrotados. Quería transformar el conflicto en una guerra interna. Algunos mencheviques importantes se unieron a los bolcheviques debido a estas diferencias sobre la guerra.
El periodo entre los cambios de gobierno

El cambio de gobierno de febrero
Ni los mencheviques ni otros partidos revolucionarios esperaban el cambio de gobierno de febrero de 1917. Las grandes protestas, toleradas por las tropas, llevaron a la caída del gobierno y a la renuncia del zar. La monarquía terminó en pocos días.
Se formó un gobierno liberal. Sin embargo, este gobierno estaba condicionado por la existencia del Sóviet de Petrogrado. Este consejo tenía la lealtad de la gente. Rusia tuvo entonces dos poderes. El gobierno tenía la responsabilidad, pero no el poder real. El consejo tenía el poder, pero no dirigía los asuntos del Estado. Esta situación causó conflictos, confusión y falta de eficiencia. El Estado no pudo resolver problemas graves como la guerra, la economía o la reorganización política.
Los mencheviques, junto con los socialrevolucionarios, controlaban el Sóviet de la capital. Los bolcheviques eran un grupo pequeño al principio. Gracias a sus líderes y su organización, los mencheviques dominaron a los socialrevolucionarios. Así, pudieron influir mucho en la política nacional. Los grupos más radicales, con la mayoría de sus líderes lejos de la capital, tuvieron poca influencia al principio.
Los mencheviques y el Gobierno provisional
Sobre la guerra, su postura fue la de la mayoría. Esta mayoría estaba formada por los que defendían la revolución. Su figura principal fue Irakli Tsereteli. Creían que a la búsqueda de la paz se debía unir la defensa de Rusia. Sin embargo, una minoría, liderada por Yuli Mártov, siguió defendiendo la idea original de no participar en la guerra. Querían el inicio inmediato de conversaciones de paz.
Convencidos de que el cambio de gobierno era para establecer un sistema con más participación de la gente, los mencheviques descartaron tomar el poder. Sus experiencias de 1905, su miedo a dividir a los reformistas y su creencia de que los trabajadores no podían dirigir el Estado, reforzaron esta postura. Según los mencheviques, el socialismo solo podía surgir en una sociedad con un sistema económico avanzado. La situación en Rusia no era así. Creían que el cambio en Rusia era para establecer un gobierno con más participación de la gente. Cualquier intento de establecer el socialismo fracasaría. Su objetivo debía ser establecer una república parlamentaria democrática. Esto permitiría con el tiempo aplicar reformas hacia el socialismo. Sin embargo, durante el largo periodo de 1905-1917, no habían logrado definir una postura clara. No sabían si debían dedicarse a organizar a la clase trabajadora y apoyar a la clase media, o presionarlos para obtener reformas sociales.

Al principio, los mencheviques solo apoyaron al gobierno liberal. La condición era que mantuviera las reformas democráticas. Querían resolver los conflictos de forma pacífica. Buscaban la cooperación de la clase media en las reformas y en la defensa del cambio que había terminado con la monarquía. Por eso, al principio rechazaron entrar al gobierno. Pero mantenían un control indirecto de las acciones del gobierno a través del Sóviet de Petrogrado. Después de una crisis en abril, decidieron, junto con los socialrevolucionarios, entrar al gobierno. Su idea no era tomar el poder ni formar un gobierno socialista. Creían que era demasiado pronto. Querían reforzar la alianza entre los grupos sociales que consideraban necesaria para acabar con los restos del régimen anterior. También querían evitar la caída del gobierno liberal. Su alianza con los liberales era temporal. Era una unión entre futuros oponentes para acabar con el antiguo sistema. Después vendría un enfrentamiento entre los liberales (que apoyaban el sistema económico actual) y los socialistas (que se oponían a él). Al mismo tiempo, la experiencia de 1905 les hizo querer tener un papel más importante en el cambio político.
Desde que entraron al gobierno hasta el otoño, el partido fue un partido de gobierno. También presidía un poderoso comité central. Un sector, el internacionalista, era crítico con el sistema de doble poder. Este sector se hizo más fuerte por la creciente radicalización de los trabajadores. El objetivo menchevique de cooperar con la clase media para evitar un conflicto interno y mantener la producción industrial continuó. Al mismo tiempo, favorecieron la organización de los trabajadores en diversas asociaciones. Estas asociaciones debían fortalecer el cambio y ayudar a formar una clase trabajadora organizada.
Al llegar al gobierno, los mencheviques, aliados con los socialrevolucionarios y los liberales, mantuvieron la participación del ejército ruso en el frente. Asumieron la responsabilidad de continuar la guerra. A pesar de pedir el inicio de negociaciones de paz, los liberales no mostraron interés. Los intentos de usar una organización internacional para iniciar las conversaciones fracasaron.
La postura mayoritaria tuvo que enfrentarse a dos minorías. Por la derecha, Potrésov defendía con más fuerza la continuación de la guerra. Por la izquierda, una corriente más numerosa, la de los internacionalistas, se oponía a la coalición con la clase media. Aunque Mártov se opuso abiertamente a esta política de colaboración, y Axelrod aconsejó abrir negociaciones de paz, los mencheviques apoyaron las políticas de Fiódor Dan y del ministro Tsereteli. Estas políticas eran seguir la guerra, posponer la reforma de la tierra y retrasar las elecciones a la asamblea. Con esto, perdieron el apoyo de los trabajadores. Estos se volcaron hacia los bolcheviques, junto con los campesinos. El gobierno de coalición, incapaz de mantener el orden y de aplicar o frenar las reformas, se paralizó.
Durante la primavera, la postura de los líderes del consejo de la capital se fortaleció temporalmente. Varias organizaciones se unieron al partido. Los internacionalistas, el grupo crítico más importante, eran molestos pero no podían amenazar la posición de Tsereteli.
Crisis, parálisis y declive
El apoyo de los trabajadores a la coalición con los liberales era escaso. Ya en las elecciones municipales de Petrogrado en mayo, los seguidores tradicionales de los mencheviques (trabajadores especializados) empezaron a apoyar a los bolcheviques. Los mencheviques se quedaron principalmente como el partido de los trabajadores menos politizados y de los intelectuales urbanos. Los que defendían la revolución, sin embargo, no prestaron atención a esta advertencia. Especialmente los ministros mencheviques, cada vez más alejados del Sóviet de Petrogrado, no se dieron cuenta del cambio. La creciente radicalización de los trabajadores de la capital, debido a la desilusión y a la crisis económica, perjudicó a los mencheviques. Esta desilusión y la sensación de división social chocaron con el continuo apoyo de los trabajadores a la dirección del Sóviet de Petrogrado. El apoyo menchevique a la coalición, su neutralidad en los conflictos laborales y su preocupación por la producción aumentaron la percepción de que habían traicionado a la clase trabajadora. Las diferencias entre la dirección menchevique y los trabajadores de la capital crecieron. Una fuente importante de desprestigio para el partido fue dirigir el Ministerio de Trabajo. Este ministerio no pudo poner fin a la crisis económica ni satisfacer las demandas de los trabajadores. Los mencheviques esperaban moderar estas demandas y aplicar reformas con la cooperación de los empresarios. La realidad frustró sus esperanzas. El deterioro económico, el aumento de los conflictos laborales y el debilitamiento del gobierno hicieron fracasar las reformas mencheviques. Además, los mencheviques en el ministerio no lograron imponer muchos de sus objetivos iniciales. No pudieron aprobar la jornada de ocho horas, la libertad de huelga, el salario mínimo, el seguro de desempleo o la reforma de la inspección de fábricas. Tuvieron que hacer concesiones para las pocas leyes que lograron promulgar. Algunas de estas nunca se aplicaron o lo hicieron muy tarde. Paradójicamente, las dos leyes laborales principales no fueron obra de los mencheviques, sino de los liberales. Los deseos de moderar las demandas de los trabajadores, la preocupación por los límites de la economía rusa y su convencimiento de que el país no tenía los medios para mejorar las condiciones de los trabajadores, hicieron que pareciera que el ministro Matvéi Skóbelev y sus compañeros habían cedido a los intereses de los industriales. Aunque el objetivo de moderación se extendía a toda la población, el gobierno no pudo imponerlo a industriales y comerciantes. Los mencheviques, como miembros del gobierno de coalición y supuestos representantes de los trabajadores, tuvieron que intentar aplicarlo a estos.

La crisis industrial de mayo y junio disminuyó el apoyo popular a la coalición. Pero no redujo el apoyo de la dirección menchevique a esta. Mientras los ministros se dedicaban a sus tareas de gobierno sin satisfacer a sus seguidores, los mencheviques en el Sóviet se limitaron a asegurar el apoyo continuo al gobierno. También frustraron cualquier oposición. Mártov defendió después de las protestas de julio la creación de un gobierno solo socialista. Este gobierno llevaría la paz al país, controlaría la industria y la economía, aceleraría la reforma de la tierra y prepararía la asamblea. La revuelta había fracasado principalmente porque el comité central, dominado por mencheviques y socialrevolucionarios, se negó a tomar el poder. A pesar de las protestas y la clara pérdida de apoyo popular, los que defendían la revolución mantuvieron su preferencia por la coalición. La propuesta de Mártov fue rechazada.
En el congreso del partido, en agosto de 1917, se abogó por la unidad del partido. Pero de nuevo, los internacionalistas, representados por Mártov, se opusieron a los que defendían la revolución, liderados por Tsereteli. Mártov defendió el fin de la coalición con los partidos de la clase media y la formación de un gobierno socialista temporal. Su posición, sin embargo, fue derrotada. El congreso también aprobó la continuación de la alianza de Rusia con otros países. Mártov decidió quedarse en el partido, con la esperanza de recuperar su control. Su decisión de no romper con los que defendían la revolución permitió a los bolcheviques presentarse como el principal partido de oposición. Los que defendían la revolución criticaban duramente las propuestas de Mártov. Para ellos, retirarse del conflicto mundial solo podía llevar a una paz separada con Alemania. Creían que gran parte de la radicalización se debía a la propaganda de los internacionalistas y los bolcheviques. Una ruptura con los liberales llevaría a una división social, la pérdida de apoyo de la clase media y probablemente a un conflicto interno. El congreso terminó sin mejorar la unidad del partido. No aclaró el programa que deseaba llevar a cabo. Por el contrario, las divisiones internas se agudizaron. Sin nuevas propuestas para acelerar las reformas del gobierno, el partido, paralizado, se resignó a continuar la coalición. Mientras la crisis económica, la guerra y la actitud de los grupos políticos llevaban al país a la división, los mencheviques seguían defendiendo la coalición de gobierno. Esto era a pesar de que no podía aplicar las reformas deseadas y de que su influencia en los gobiernos sucesivos disminuía. También seguían rechazando un gobierno basado en los sóviets, que temían que favoreciera a los bolcheviques.
Después de un intento de golpe de estado fallido, el partido adoptó una postura más progresista y opuesta a los liberales. Sin embargo, estaba en crisis. Las diferentes facciones estaban cada vez más divididas. Estaban dispuestas a presentar candidatos separados en las elecciones a la Asamblea. La decisión de la dirección menchevique de continuar las coaliciones con los liberales en septiembre, a pesar de la radicalización de la gente, dividió al partido. Esto hizo que muchos trabajadores apoyaran a los bolcheviques. Los que defendían la revolución y trabajaban en el gobierno, y veían la solución a la crisis en una mayor cooperación con la clase media, estaban cada vez más enfrentados con los mencheviques más cercanos a los sóviets. Estos últimos solían apoyar las demandas cada vez más extremas de los trabajadores.
El declive de los mencheviques fue intenso. De 248 delegados en el Primer Congreso de los Sóviets, pasaron a tener solo unos 80 en el Segundo. Los bolcheviques, que habían tenido 105 delegados en el primer congreso, pasaron a 300 en noviembre. La organización menchevique más grande de la capital, con cerca de 10.000 miembros al principio, prácticamente dejó de existir en otoño. En las elecciones a la asamblea a finales de otoño, el partido apenas obtuvo 1,4 millones de votos. Esto fue frente a los 16 millones de los socialrevolucionarios o los 9,8 de los bolcheviques. Muchos de sus votos venían de Georgia, donde el partido ya había empezado a tomar un rumbo nacionalista. En las grandes ciudades y en las zonas más activas en el cambio, el apoyo fue mínimo. Los mencheviques tenían menos de veinte diputados en la asamblea. A pesar de las críticas, los bolcheviques, que apoyaban las diversas demandas de la población y habían contribuido al fracaso del intento de golpe de estado en septiembre, contaban con un apoyo creciente. En las elecciones de los consejos del mismo mes en Petrogrado y Moscú, los bolcheviques obtuvieron por primera vez la mayoría. La pérdida de apoyo de mencheviques y socialrevolucionarios se debía a la falta de mejoras políticas y económicas. Las conversaciones de paz estaban estancadas, la inflación crecía, la producción industrial bajaba y la capacidad de formar nuevas coaliciones con los liberales parecía agotada. La inmovilidad de los que defendían la revolución facilitaba el crecimiento de la simpatía por los bolcheviques. Las masas rusas se habían cansado de la moderación y los acuerdos con la clase media. Transferían su apoyo a los bolcheviques, que parecían prometer soluciones rápidas a sus problemas.
A finales de octubre, la influencia de los internacionalistas logró que el comité central exigiera la renuncia de los ministros mencheviques del partido. El 13 de enero de 1918, los que defendían la revolución y habían controlado la dirección del partido tuvieron que cederla finalmente a los internacionalistas.
El cambio de gobierno de octubre

La debilidad y las divisiones internas de los mencheviques se vieron en el Segundo Congreso de los Sóviets. De los más de seiscientos delegados, los mencheviques tenían la menor delegación de los tres principales grupos socialistas. Tenían apenas ochenta y tres delegados, frente a más de trescientos bolcheviques y casi doscientos socialrevolucionarios. Además, la delegación estaba dividida entre los que defendían la revolución (cincuenta delegados) y los internacionalistas (treinta y tres). Finalmente, las propuestas del congreso se aprobaron una vez que mencheviques y socialrevolucionarios se habían retirado.
Las diferentes corrientes mencheviques se unieron en su rechazo a la toma del poder por los bolcheviques. Esta toma de poder se realizó con poca oposición en la capital. Las propuestas aprobadas en los días del cambio de gobierno, sin embargo, mostraban las diferencias de los grupos y el control intermitente de uno u otro del comité central.
Poco después del cambio de gobierno, Mártov y su corriente internacionalista volvieron a tomar el control del partido. Convencieron al resto del partido para participar en negociaciones con los bolcheviques. El objetivo era formar un gobierno socialista de coalición. Sin embargo, su mayoría era frágil. Los que defendían la revolución criticaron duramente las conversaciones con los bolcheviques. Esto llevó a nuevos enfrentamientos entre la corriente internacionalista (que ya controlaba el comité central) y la oposición. Para discutir las negociaciones, los mencheviques convocaron una conferencia del partido. Esta tuvo lugar en un momento de gran tensión entre las dos corrientes mencheviques. Mostró la disposición de los internacionalistas a negociar con los bolcheviques por razones prácticas. También mostró el rechazo radical de los que defendían la revolución a tratar con el nuevo gobierno. Aunque la conferencia terminó con una débil crítica al comité central y su disposición a pactar con los bolcheviques, no se aprobó una estrategia alternativa. A pesar de los esfuerzos de Mártov y Dan por llegar a un acuerdo, las medidas del gobierno, apoyadas por Lenin, complicaban las conversaciones. Restaban apoyo a los partidarios de negociar. Los bolcheviques moderados pensaban que las medidas del gobierno impedían la formación de un gobierno socialista de coalición. Creían que esta era la única alternativa a un gobierno basado en el miedo. Por su parte, mencheviques y socialrevolucionarios exigieron la ausencia de Lenin y Trotski del nuevo gobierno de coalición. También pidieron la condena de la toma del poder en noviembre. Esto complicó el acuerdo.
Las conversaciones fracasaron porque Lenin y sus seguidores rechazaron la exigencia de los mencheviques de detener las medidas estrictas. Los mencheviques predijeron una vida corta para el gobierno de Lenin. Estaban convencidos de que su toma del poder era inoportuna. Creían que se mantenía en él gracias al miedo. Bajo la dirección de Mártov, el partido se convirtió en una oposición crítica con algunas medidas del gobierno. En un congreso extraordinario, el partido aprobó defender la formación de un nuevo gobierno de coalición de los partidos socialistas, incluyendo a los bolcheviques. Este gobierno surgiría de la asamblea. Esto lo convertía en un objetivo a largo plazo, dada la oposición de la dirección bolchevique a aceptar la importancia de la asamblea. También se aprobó la permanencia del partido en los consejos, pero no en sus órganos directivos controlados por los bolcheviques. Se prohibió la participación en los comités militares revolucionarios (bajo control bolchevique) o en los comités de defensa de la asamblea (de la oposición).
Mártov también se opuso a que el partido entrara en el comité central. Esto fue después de la coalición de bolcheviques y socialrevolucionarios de izquierda. Mártov quería que este organismo declarara su disposición a transferir el poder a la asamblea. La propuesta habría dejado a los bolcheviques con la mitad de los puestos del comité central. El resto de partidos se habrían repartido la otra mitad. Con la posibilidad de que el gobierno bolchevique no cediera el poder a la asamblea (donde los bolcheviques serían minoría), sino que la suprimiera, Mártov se negó a participar en una institución que podía justificar la disolución de la asamblea. Los que defendían la revolución se mostraron claros en su negativa a entrar en el comité central. Pero los internacionalistas se dividieron. Algunos de ellos decidieron participar individualmente. Esperaban favorecer a los moderados y a los socialrevolucionarios de izquierda. Querían derrotar a los partidarios de Lenin. El partido llegó muy debilitado al congreso extraordinario en diciembre de 1917. Esto se debió a la pérdida de apoyo de los trabajadores y a las divisiones internas. Los miembros habían crecido ligeramente entre agosto y diciembre. Pero el partido había perdido el apoyo de los votantes. En una quinta parte de los distritos electorales, internacionalistas y los que defendían la revolución presentaron listas separadas. Estos últimos ya tenían su organización local exclusiva en Petrogrado o Járkov.
El conflicto interno
Periodo de no participación en las instituciones
Después de que los bolcheviques suprimieran la Asamblea Constituyente en enero de 1918, los bolcheviques siguieron permitiendo la oposición de los demás partidos socialistas en los sóviets. Los mencheviques condenaron la disolución de la asamblea. También denunciaron las medidas estrictas y el fin de la libertad de prensa. El 1 de diciembre de 1917, el gobierno había cerrado su principal periódico.
Victorias electorales en la primavera de 1918 y presión sobre el Gobierno
Los mencheviques decidieron en marzo terminar con su anterior alejamiento del comité central. Intentaron lograr mayorías en los sóviets, que habían perdido en octubre del año anterior. Querían reunir de nuevo la Asamblea Constituyente. Así, forzarían legalmente la renuncia del gobierno de Lenin. El desempleo, la escasez de alimentos y la pérdida de apoyos llevaron a las victorias electorales de la oposición al gobierno. La conversión de comités de fábrica y sindicatos en organismos estatales, y la imposibilidad de usarlos para protestar, llevaron a los trabajadores a buscar otras organizaciones. La dedicación de los mencheviques a facilitar la formación de estas asociaciones hizo que aumentara el apoyo de los trabajadores al partido. Mencheviques y socialrevolucionarios dirigieron el movimiento de organizaciones de trabajadores alternativas que surgieron en primavera. En este periodo, hasta junio, los mencheviques formaron una alianza cercana con los socialrevolucionarios. Esto los llevó incluso a presentar listas conjuntas en las elecciones a los sóviets, publicar periódicos juntos o formar una oposición unida frente a los bolcheviques.

Durante la primavera, el bloque menchevique-socialrevolucionario ganó en diecinueve de las treinta capitales de provincia de la Rusia europea. En todas las regiones del país, las elecciones mostraron el resurgimiento de ambos partidos. Estos éxitos llevaron a la reacción del gobierno. Disolvió varios sóviets. Esto, a su vez, llevó a la oposición a redoblar sus esfuerzos de organización entre los trabajadores. Hubo choques entre estos y el gobierno. Se impuso la ley marcial en algunas ciudades. Los mencheviques, al igual que los socialrevolucionarios de izquierda (socios de gobierno de los bolcheviques), condenaban la disolución de los sóviets. Se habían opuesto a la firma de un tratado de paz y a la formación de grupos para recoger grano en el campo. En los debates sobre industria, transporte, finanzas y política agraria de finales de mayo, los mencheviques se mostraron contrarios a dar poderes ilimitados a los comisarios del gobierno. Estos comisarios podían disolver sóviets, como ya ocurría. Estaban a favor del control de la economía, pero no por el Partido bolchevique. Querían que fuera por la unión de gobierno, trabajadores e industriales. Se oponían a que los sindicatos se convirtieran en agentes del Estado. Estaban a favor de regular la industria, pero se oponían a que esto llevara a un control centralizado y burocrático. Estaban a favor de la privatización parcial de la banca para estimular la economía. Se oponían a la recolección forzosa de productos agrícolas. Defendieron la necesidad de que el gobierno justificara sus cuentas.
En su llamado a oponerse al tratado con otros países, Mártov había denunciado que no se conocían los términos del acuerdo. También denunció las medidas del gobierno que habían llevado a la indefensión militar. Exigió en vano la restauración de la Asamblea Constituyente. Pero su postura contraria al tratado obtuvo pocos votos. Fue precisamente el tratado de paz el que endureció la posición menchevique. Puso fin a su ausencia de las instituciones. Llevó a los intentos de disputar a los bolcheviques el control de los sóviets, sindicatos, comités de fábrica. Los mencheviques intentaron al mismo tiempo formar asociaciones de trabajadores libres del control del gobierno.
Su regreso al comité central se produjo con cuatro delegados. Esta cantidad no reflejaba la fuerza del partido en los sóviets. Era menor que la ofrecida por los bolcheviques en diciembre de 1917. Los mencheviques tuvieron que esperar al siguiente congreso para intentar aumentar su delegación. Los bolcheviques la admitieron para intentar ganar legitimidad después de la disolución de la Asamblea Constituyente.
A mediados de mayo, hubo una ola de protestas de trabajadores en Petrogrado. Los bolcheviques las reprimieron. Para ellos, estas acciones eran provocaciones de los mencheviques. Esto reforzó su convencimiento de la necesidad de eliminar a los agitadores mencheviques y socialrevolucionarios. El descontento no solo afectó a los trabajadores de la antigua capital, sino también a las unidades militares de la zona. Esto incluía la flota. Esto ponía en peligro su uso por parte del gobierno para disolver las protestas. En una base naval, las elecciones al sóviet redujeron el número de delegados bolcheviques. A finales de mayo, sin embargo, los mencheviques cancelaron las protestas. Temían que las protestas degeneraran en un levantamiento que fuera aplastado. O que, al quitar el poder a los bolcheviques por la fuerza, esto solo sirviera para facilitar el surgimiento de un gobierno que buscara volver al pasado. Esto fue a pesar de no haber logrado concesiones de los bolcheviques o el derrocamiento pacífico de estos por la presión popular. Cada vez más, los bolcheviques veían a los mencheviques como críticos de su gobierno. Creían que debían eliminarlos de las instituciones. Sus denuncias y oposición ponían en peligro la imagen de su propio partido como representante legítimo de los trabajadores. Se identificó la permanencia del Partido bolchevique en el poder con el mantenimiento del gobierno de los trabajadores. Esto hizo inevitable el ataque a la oposición política que podía ponerlo en riesgo.
Para aclarar la postura del partido en diversos asuntos, el comité central convocó una conferencia nacional del partido el 20 de mayo en la capital. La conferencia logró mantener la unidad entre internacionalistas y los que defendían la revolución. Pero no eliminó las graves tensiones entre ellos. A pesar del deseo de los que defendían la revolución de abandonar los sóviets, la propuesta fue rechazada. Sin embargo, los delegados aprobaron una propuesta que los criticaba duramente como organismos controlados por los bolcheviques. De nuevo, el partido se mostró dividido. Algunos estaban más interesados en participar en la política nacional a través de los sóviets. Otros defendían con más fuerza la necesidad de restaurar los gobiernos locales y la Asamblea Constituyente. Sobre la conveniencia de posibles acuerdos con los liberales u otras fuerzas y con los Aliados, los grupos se mostraron una vez más divididos. Los internacionalistas se oponían. Los que defendían la revolución estaban a favor. Finalmente, la conferencia aprobó las propuestas internacionalistas en estos dos asuntos.
A principios de junio, la oposición formada por mencheviques y socialrevolucionarios estaba muy fortalecida en los sóviets, sindicatos y otras organizaciones. Parecía tener posibilidades notables de lograr una mayoría en el próximo congreso de los sóviets.
Expulsión del Comité Ejecutivo Central y medidas estrictas
En el verano hubo una situación caótica de medidas estrictas contra la oposición. Hubo detenciones, huelgas y manifestaciones. A principios del verano, mencheviques y socialrevolucionarios ya habían sido expulsados de varios sóviets provinciales. El crecimiento de la oposición, las diferencias cada vez mayores entre bolcheviques y socialrevolucionarios de izquierda, y la intención de los primeros de obtener la mayoría de los delegados para el próximo congreso de los sóviets, llevaron a los bolcheviques a expulsar a los mencheviques del comité central el 14 de junio de 1918. Pocos días antes de su expulsión, Fiódor Dan se había opuesto a la formación de comités que debían recoger grano. Predijo que esto causaría conflictos entre los campesinos. También acusó a los bolcheviques de usarlos para disolver los sóviets de campesinos, donde estaban perdiendo la mayoría. La cercanía cada vez mayor entre socialrevolucionarios de izquierda y mencheviques indicaba la posible formación de una oposición común. Los bolcheviques querían evitar esto.
Después de largas discusiones internas entre los líderes bolcheviques, durante la sesión del comité central del 14 de junio, se anunció la expulsión de mencheviques y socialrevolucionarios. Se confirmaron las expulsiones ya realizadas en las ciudades. Pero no se exigió, sino que solo se aconsejó, su expulsión de los demás sóviets. En muchas de las ciudades donde los mencheviques habían obtenido la mayoría en las elecciones a los sóviets, la noticia de la expulsión llevó a la radicalización de los trabajadores. También llevó a la extensión de las huelgas de protesta. El gobierno reaccionó imponiendo la ley marcial. Aumentó las detenciones y castigó a algunos trabajadores. Los intentos de protestar con una huelga general a principios de julio se enfrentaron a medidas más estrictas y a la gran escasez general. Esto redujo el número de trabajadores en Petrogrado. La base social que apoyaba a los mencheviques fue desapareciendo con la crisis durante el verano. Mientras tanto, las medidas estrictas aumentaban. La expulsión de los mencheviques del comité central, la manipulación de las votaciones para el congreso en Petrogrado y las detenciones en las asambleas de trabajadores fueron las primeras medidas contra la oposición. En julio, estas medidas incluyeron la disolución de los sóviets controlados por la oposición. Estos fueron reemplazados por comités bolcheviques o grupos de la policía secreta. También se abolió los sóviets de campesinos. Se reemplazaron por comités de campesinos pobres. Se expulsó a la oposición de las instituciones y otras organizaciones. Se prohibieron las huelgas y se cerró la prensa opositora. Parte de los líderes opositores fue detenida.
Después de una prohibición temporal en julio, toda la prensa no bolchevique quedó prohibida definitivamente en agosto. Solo quedaron unas pocas publicaciones, una de ellas menchevique. También durante el verano, desde mediados de junio, mencheviques y socialrevolucionarios terminaron su alianza. Mientras los primeros intentaban mantenerse neutrales en el conflicto interno, los segundos se oponían por la fuerza al gobierno de Lenin. También estaban en desacuerdo sobre la actitud ante la intervención extranjera, la conveniencia de cooperar con los liberales, el papel de los sóviets o las actividades secretas que debían realizarse. El comité central decidió no apoyar los levantamientos de Yaroslavl e Izhevsk de julio y agosto. Expulsó a los líderes locales que los habían apoyado.
El 14 de agosto, un grupo de guardias se presentó en las oficinas del comité central. Incautaron todo el material y los archivos del partido. Para entonces, varios de sus miembros habían sido detenidos. Mártov y Dan estaban escondidos. A mediados del otoño, las medidas estrictas contra los mencheviques llegaron a su punto máximo. Tuvieron que pasar a la clandestinidad, perseguidos por la policía secreta. El partido no se prohibió oficialmente, pero la policía secreta impedía su funcionamiento. A finales de año, las medidas se suavizaron. Pero el partido quedó en una situación de semilegalidad. En diciembre, los mencheviques se separaron de sus compañeros georgianos. Condenaron su deseo de independencia y su llamado a otros países. Solo en la República Democrática de Georgia el menchevismo había logrado un amplio apoyo. Gobernó el país independiente entre 1918 y 1921.
Mientras tanto, las divisiones entre las diferentes corrientes se habían intensificado con el surgimiento de otros grupos. El comité central menchevique mantuvo relaciones complicadas con uno de ellos, a pesar de apoyarlo teóricamente como heredero de la Asamblea Constituyente. Los mencheviques, activos en los sóviets y en las organizaciones de trabajadores, se oponían en general al recrudecimiento del conflicto interno y a las medidas estrictas tomadas en nombre de este grupo. Los mencheviques temían que este grupo sirviera a las fuerzas que buscaban volver al pasado. Temían que lo usaran como una fachada democrática para derrotar a los bolcheviques. Luego, acabarían también con el resto de socialistas e implantarían un sistema monárquico. El alejamiento de otro grupo de la legislación aprobada en la única sesión de la asamblea, y su composición, hicieron que el comité central lo rechazara. Esto fue al contrario de la organización regional menchevique, que le ofreció su apoyo. Un intento de golpe de estado que acabó con este grupo pareció confirmar los temores de los mencheviques de que se buscaba volver al pasado. Esto justificó no oponerse activamente al gobierno de Moscú. El surgimiento de otros líderes confirmó los temores de Mártov. Pensaba que los levantamientos y la intervención de otros países llevarían a un regreso al pasado.
A finales de agosto, el comité central controlado por Mártov había perdido el control del partido. Esto se debió a las medidas estrictas contra el partido y a la dificultad de comunicación con las provincias debido al conflicto. El partido comenzó a dividirse en sus grupos regionales. Estos a menudo tenían posturas contrarias a las del comité central.
La intensificación del conflicto interno y la intervención de otros países llevaron a los mencheviques a acercarse a los bolcheviques. Los veían como representantes de la clase trabajadora frente a los que buscaban volver al pasado. Al mismo tiempo, intentaban corregir lo que consideraban sus defectos. La derrota de los bolcheviques en el conflicto interno no parecía augurar un traspaso de poder a los socialistas o a una coalición social-liberal. Más bien, parecía que llevaría a un regreso al pasado. El inicio de un cambio en Alemania les hizo pensar que el cambio mundial se centraría en este país. Creían que esto influiría positivamente en los bolcheviques. Sin embargo, su comienzo acentuó el acercamiento de una parte del partido a los bolcheviques y la pérdida de miembros a favor de estos. El fracaso del cambio en Alemania reforzó el giro a la izquierda de los mencheviques.
En septiembre y octubre de 1918, el comité central intentó romper con la corriente del partido que defendía la revolución. Esta corriente estaba muy debilitada después de que otros líderes se opusieran a formar una alianza contra los bolcheviques. En la conferencia del partido en diciembre, la mayoría apoyó a Mártov y Dan. Condenaron las acciones de algunos grupos locales que habían desobedecido las directivas del comité central. Parte del grupo que defendía la revolución abandonó entonces el partido. Formó un grupo secreto que sobrevivió hasta 1921. La conferencia aprobó una nueva posición. El partido aceptó el sistema político basado en los sóviets. Abandonó la exigencia de restaurar la Asamblea Constituyente. Condenó a los gobiernos que se oponían a los bolcheviques y que eran apoyados por fuerzas extranjeras. Los mencheviques se convirtieron en una oposición legal a los bolcheviques dentro del sistema soviético que estos controlaban. Esto fue a pesar de las escasas esperanzas de tolerancia. La conferencia condenó con más dureza que antes la intervención militar extranjera. Esta ya no apoyaba a los socialrevolucionarios, sino a los ejércitos "blancos". Pero se opuso a la incorporación forzosa al Estado de los territorios que se habían independizado durante el conflicto interno.
Cada vez más cercanos a los bolcheviques, aceptaron el cambio de gobierno de octubre en su conferencia de marzo de 1920. Rechazaron la resurrección de una organización internacional. Pero se negaron a unirse a otra. Se adhirieron en febrero de 1921 a una tercera organización internacional que, sin apoyos, se disolvió dos años más tarde. El peligro de que las fuerzas que buscaban volver al pasado vencieran en el conflicto interno en el verano de 1919 hizo que los bolcheviques restauraran algunas características del modelo original. Esto fue para ganarse el apoyo de mencheviques y socialrevolucionarios, que obtuvieron. Después de la derrota de un líder opositor, en la que desempeñaron un papel destacado, volvieron a sufrir las medidas estrictas de los bolcheviques. Aunque el partido no fue prohibido oficialmente y podía teóricamente presentarse a las elecciones de los sóviets, la policía secreta detenía a sus candidatos.
Su programa económico, opuesto a un sistema que entregaba el control de la economía al gobierno, fue adoptado al final del conflicto interno. Al mismo tiempo, el partido fue desmantelado. Cientos de miembros, incluyendo al comité central, fueron detenidos. Después de una huelga de hambre a principios de 1922, el gobierno permitió a diez líderes destacados emigrar. Muchos otros, desmoralizados, ofrecieron sus servicios al gobierno. Algunos llegaron a altos cargos en el Estado.
Aunque algunos pequeños grupos siguieron existiendo hasta principios de la década de 1930 en la URSS, desde 1922 el menchevismo dejó de ser una organización con muchos miembros. Dejó de presentarse a las elecciones debido a las detenciones. Los líderes que permanecieron en la Unión Soviética fueron castigados después de los juicios de 1930 y 1931, o inmediatamente después de la invasión alemana de 1941.
El exilio
El partido menchevique fue prohibido después de un levantamiento a principios de 1921. Había tenido un papel importante en las protestas de Petrogrado que tuvieron lugar justo antes del levantamiento. La posibilidad de que los mencheviques aprobaran una nueva política económica de Lenin, y la usaran para justificar su rechazo al cambio de gobierno de octubre, suponía un peligro para el prestigio del gobierno.
Algunos de sus miembros emigraron y colaboraron en la publicación de un periódico. La mayoría de los emigrados se concentraron al principio en Berlín. Después del ascenso de Hitler, se trasladaron a París y, a principios de la década de 1940, a los Estados Unidos. El periódico menchevique dejó de publicarse en 1965.
Véase también
En inglés: Mensheviks Facts for Kids