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Matías de Arteaga y Alfaro para niños

Enciclopedia para niños

Matías de Arteaga y Alfaro (Villanueva de los Infantes, 1633-Sevilla, 1703) fue un talentoso pintor y grabador español del estilo barroco. Perteneció a la importante escuela de pintura de Sevilla y supo combinar en sus obras las influencias de dos grandes maestros: Bartolomé Esteban Murillo y Juan de Valdés Leal, dándoles su propio toque personal.

¿Quién fue Matías de Arteaga y Alfaro?

Sus primeros años y formación artística

Matías de Arteaga nació en Villanueva de los Infantes, un pueblo en Ciudad Real, en el año 1633. Su padre, Bartolomé de Arteaga, también era grabador y se conocen algunos de sus trabajos, como el escudo de armas del conde-duque de Olivares. Cuando Matías era pequeño, su familia se mudó a Sevilla. Allí, Matías aprendió en el taller de su padre y tuvo contacto con el famoso pintor Bartolomé Esteban Murillo.

La influencia de Murillo, junto con la de Juan de Valdés Leal (quien llegó a Sevilla en 1656), se puede ver en las primeras obras de Matías. En 1656, Matías de Arteaga aprobó su examen para convertirse en maestro pintor. Un año antes, en 1655, se casó con Juana de la Vega, lo que sugiere que ya trabajaba de forma independiente.

Participación en la vida artística de Sevilla

En 1660, Matías de Arteaga fue uno de los fundadores de una importante academia de dibujo en Sevilla, impulsada por Murillo y Valdés Leal. En esta academia, Matías llegó a ser secretario. También se unió a hermandades religiosas, como la Hermandad de la Santa Caridad en 1664 y la Sacramental del Sagrario de la catedral de Sevilla dos años después, para las que realizó algunos trabajos.

Después de enviudar alrededor de 1680, Matías se casó de nuevo con Juana Isidora y Valdovinos. En esos años, también trabajó como tasador, es decir, evaluaba el valor de las pinturas.

El legado de Matías de Arteaga

Matías de Arteaga falleció en Sevilla en 1703. Antes de morir, el 9 de enero de ese año, dictó su testamento y fue enterrado el 12 de enero en la iglesia de Santa María Magdalena de Sevilla. El inventario de sus bienes muestra que tuvo una vida cómoda. Poseía una casa grande y bien amueblada, con una biblioteca que incluía libros importantes como una Summa Teológica en latín y la Historia General de España. También tenía un estudio completo para practicar el grabado y una colección de 153 pinturas.

Casi la mitad de estas pinturas eran de temas religiosos, incluyendo cuatro series sobre la Vida de la Virgen, algunas de las cuales destacaban por sus vistas arquitectónicas, como las que se ven en la serie del Museo de Bellas Artes de Sevilla. También conservaba dieciocho pinturas de flores, diez paisajes y una perspectiva arquitectónica.

¿Qué tipo de obras pintó Matías de Arteaga?

Características de su estilo pictórico

Una de las obras más antiguas que se conocen de Matías de Arteaga es Aparición de la Virgen con el Niño a santa Rosa de Viterbo, firmada y fechada en 1670. En esta pintura, que se encuentra en una colección privada en Sevilla, se nota la influencia de Murillo, aunque con su propio estilo.

Lo más distintivo del estilo de Arteaga, muy influenciado por Murillo (a quien a veces copiaba directamente) y por Valdés Leal (de quien tomaba las poses más dinámicas), son sus series de temas religiosos. Estas obras suelen estar ambientadas en amplios paisajes y con perspectivas arquitectónicas, inspiradas en grabados, de manera similar a como lo hacía Francisco Antolínez en Sevilla en la misma época. Por eso, algunas pinturas, como El nacimiento de la Virgen y Las bodas de Caná del Museo Lázaro Galdiano, a veces se han atribuido a uno u otro artista.

Arteaga era muy hábil creando perspectivas profundas y bien iluminadas. Sin embargo, a veces mostraba cierta dificultad en el tratamiento de las figuras y sus expresiones corporales, especialmente las figuras femeninas. Un ejemplo de esto se puede ver en el cuadro José y la mujer de Putifar, que forma parte de una serie de cuatro lienzos sobre la historia de este personaje bíblico.

Obras destacadas y su ubicación

Además de las series de la Vida de la Virgen que se encuentran en el Museo de Bellas Artes de Sevilla y en colecciones privadas, las obras más conocidas de Matías de Arteaga se conservan en la Catedral de Sevilla y en la Archicofradía Sacramental de la Iglesia del Sagrario (Sevilla), que está junto a la catedral.

Entre 1690 y 1691, pintó para la Iglesia del Sagrario una serie de ocho obras con temas bíblicos que representaban alegorías de la Eucaristía. Algunas de las obras más características y mejor logradas de su carrera pertenecen a esta serie, como Ester ante Asuero y la Parábola del invitado a las bodas. Sin embargo, San Elías y el ángel es casi una copia exacta de la Liberación de San Pedro de Murillo, que se encuentra en el Museo del Ermitage.

Entre 1700 y 1702, al final de su carrera, realizó la segunda serie de pinturas para la catedral. Esta serie consta de cinco cuadros sobre la vida de San Laureano, que cuelgan en la capilla dedicada a este santo. Como otros pintores sevillanos de su época, es probable que también trabajara para el mercado americano. Se le atribuyen ocho lienzos en la iglesia de San Marcelo de Lima, que podrían haber sido encargos de los jesuitas, y una serie sobre la vida de la Virgen en la Universidad de Puebla, México.

¿Qué importancia tuvo Matías de Arteaga como grabador?

Sus primeros grabados y colaboraciones

Matías de Arteaga también fue un maestro en el arte del grabado. Su primera obra conocida en esta técnica es un retrato ovalado del sacerdote Fernando de la Torre Farfán, con quien mantuvo una estrecha relación. Este grabado se publicó en el libro Templo panegírico al certamen poético que celebró la Hermandad insigne del Smo. Sacramento estrenando la grande fabrica del Sagrario Nuevo de la Metrópoli sevillana, editado en Sevilla en 1663.

Un año después, en 1664, realizó un grabado que representaba la muerte del inquisidor Pedro de Arbués. Para esta obra, imitó un grabado anterior de Pedro de Villafranca sobre el mismo tema, que también había sido utilizado por Murillo. Este grabado se incluyó en la Relación sumaria de las festivas demostraciones, con que... el Tribunal de la Inquisición... de Sevilla para celebrar la beatificación de Arbués.

Obras destacadas en grabado

Entre sus grabados más importantes se encuentran las cuatro estampas que narran las Apariciones de la Virgen de Guadalupe. Estas se incluyeron en la edición sevillana del libro de Luis Becerra Tanco, Felicidad de México en el principio y milagroso origen que tuvo el santuario de la Virgen María Nuestra Señora de Guadalupe, publicado en 1685. También realizó 13 grabados en cobre, además de la portada, para el libro del capitán Antonio de Gaztañeta Iturribalzaga, Norte de la navegación hallado por el quadrante de reducción, publicado en Sevilla en 1692.

Además, se conocen algunas estampas sueltas de Arteaga, como una dedicada al retablo del Cristo de la Expiración, titulada Verdadero retrato. Su último trabajo importante en grabado fue en colaboración con Juan Pérez, para el libro del padre Andrés de Jesús María (Sevilla, 1701). Proporcionaron las estampas sobre la vida de San Juan de la Cruz, inspiradas en las que Gaspar Bouttats había hecho para una edición de las obras del santo en Bruselas en 1678.

La obra cumbre del grabado sevillano

La obra más importante del grabado sevillano del siglo XVII se encuentra en el libro de Fernando de la Torre Farfán, Fiestas de la S. Iglesia Metropolitana, y Patriarcal de Sevilla: al nuevo culto del señor rey S. Fernando el Tercero de Castilla y de León: concedido a todas las iglesias de España, por la santidad de nuestro beatíssimo padre Clemente X..., editado en Sevilla en 1672.

En este libro participaron varios grabadores, incluyendo a Juan de Valdés Leal, quien también hizo algunos de los diseños y ornamentaciones festivas. Sus hijos, Lucas Valdés (quien con solo once años firmó varias hojas de jeroglíficos) y su hermana Luisa de Valdés (de diecisiete años), también contribuyeron, al igual que Francisco de Arteaga, hermano de Matías. Sin embargo, la mayoría de las excelentes estampas que ilustraban la obra fueron realizadas por Matías de Arteaga. Entre ellas se encuentran todas las vistas topográficas de la catedral y su plano, así como los grabados de la portada y la anteportada, estos últimos basados en dibujos de Francisco de Herrera el Mozo, que muestran al rey San Fernando flanqueado por Hércules y Julio César, y un retrato de Carlos II de España.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Matías de Arteaga y Alfaro Facts for Kids

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Matías de Arteaga y Alfaro para Niños. Enciclopedia Kiddle.