Libración para niños
La libración lunar es el nombre que se le da a los pequeños movimientos de balanceo que hace la Luna cuando la vemos desde la Tierra.
La Luna tarda el mismo tiempo en girar sobre sí misma que en dar una vuelta completa alrededor de la Tierra. Este tiempo se llama período sideral y dura unos 27 días, 7 horas, 43 minutos y 11,5 segundos. Por esta razón, siempre vemos la misma cara de la Luna. Esto podría hacer pensar que solo conocemos el 50% de su superficie.
Pero no es así. Aunque el giro de la Luna está sincronizado con su movimiento alrededor de la Tierra, estos balanceos (libraciones) nos permiten ver diferentes partes de la superficie lunar en distintos momentos. Gracias a esto, podemos observar hasta el 59% de la superficie de la Luna con el tiempo.
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¿Quién descubrió la libración lunar?
Se cree que Galileo Galilei descubrió la libración de la Luna en 1632. En uno de sus libros, Diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo, mencionó un "titubeo" de la Luna. También dijo que podíamos ver "más de la mitad de la Luna". En una carta de 1638, ya hablaba de otras formas de este movimiento.
Es posible que Thomas Harriot y William Gilbert la hubieran observado antes. Ellos hicieron mapas de la Luna, aunque Gilbert lo hizo sin telescopio. El descubrimiento de la libración en longitud se atribuye a Johannes Hevelius en 1647, en su obra Selenographia.
Muchos científicos intentaron explicar y calcular los movimientos de la Luna. Entre ellos, Tobias Mayer de Göttingen dio una explicación geométrica alrededor de 1750. Más tarde, a principios del siglo XIX, los franceses Joseph Louis Lagrange y Pierre Simon de Laplace crearon herramientas matemáticas para calcular las posiciones de la Luna con mucha precisión.
¿Cuántos tipos de libración lunar existen?
Existen tres tipos principales de libración lunar.
Libración en longitud: el balanceo de este a oeste
La libración en longitud es la más importante. Ocurre porque la órbita de la Luna alrededor de la Tierra no es un círculo perfecto, sino un poco ovalada (excéntrica). Esto significa que la Luna se mueve más rápido cuando está más cerca de la Tierra y más lento cuando está más lejos. Sin embargo, su giro sobre sí misma se mantiene constante.
Este desajuste hace que, a veces, el giro de la Luna se adelante o se atrase un poco con respecto a su posición en la órbita. Esto provoca que la Luna parezca balancearse de este a oeste, permitiéndonos ver un poco más de sus lados. Este balanceo puede ser de hasta 7 grados y 54 minutos.
Libración en latitud: el balanceo de norte a sur
La libración en latitud se produce porque el eje de giro de la Luna está un poco inclinado. Es similar a la inclinación del eje de la rotación de la Tierra, que causa las estaciones.
Debido a esta inclinación, la Luna parece balancearse de norte a sur. Esto nos permite ver alternativamente un pequeño sector más allá del polo norte lunar y otro más allá del polo sur. La amplitud de este balanceo es de unos 6 grados y 50 minutos.
Libración diurna: el efecto de la rotación de la Tierra
Finalmente, hay un pequeño efecto llamado libración diurna. Este ocurre por el giro de la Tierra. A medida que la Tierra rota, un observador se mueve de un lado a otro de la línea que une el centro de la Tierra y el centro de la Luna.
Imagina que estás frente a un edificio. Si caminas un poco hacia la derecha, puedes ver una parte del lado derecho del edificio. Si caminas hacia la izquierda, ves una parte del lado izquierdo. De manera similar, la rotación de la Tierra nos permite ver un poco más de los bordes de la Luna.
La combinación de todos estos movimientos de libración permite que, desde la Tierra, podamos ver más de la mitad de la superficie de la Luna. En total, podemos observar hasta el 59% de su superficie a lo largo del tiempo.