Jaime de Aragón (1296-1334) para niños

Jaime de Aragón y Anjou (nacido el 29 de septiembre de 1296 en Tarragona y fallecido en 1334) fue un infante, es decir, un príncipe, y el primer heredero al trono de la Corona de Aragón.
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Orígenes familiares del Infante Jaime
Jaime era el hijo mayor del rey Jaime II de Aragón y de su segunda esposa, Blanca de Anjou. Por parte de su padre, era nieto de Pedro III de Aragón y de Constanza II de Sicilia. Por parte de su madre, sus abuelos eran Carlos II de Nápoles y María de Hungría.
Biografía del Infante Jaime
¿Quién fue el heredero de la Corona de Aragón?
Jaime de Aragón y Anjou fue el heredero principal de la Corona de Aragón. Algunos historiadores mencionan que tenía una personalidad compleja. Se dice que mostraba cambios de humor y un gran interés por la religión. A veces, deseaba volver a su puesto como heredero, pero otras veces quería ingresar en un monasterio.
En 1313, su padre, el rey Jaime II, estaba orgulloso de él. Esto se debía a su buen trabajo como Procurador General de la Corona de Aragón. Este cargo era muy importante, solo por debajo del rey. El procurador se encargaba de administrar la justicia en nombre del monarca.
Sin embargo, en 1318, ocurrió algo curioso. El rey Jaime II encontró un hábito de monje en las habitaciones de su hijo. Esto causó un gran disgusto al rey.
La vida religiosa del Infante Jaime
El infante Jaime decidió renunciar a su derecho al trono. Quería retirarse a un monasterio. Incluso se ausentó de su propia boda. Esta se celebró en Gandesa el 5 de octubre de 1319 con Leonor de Castilla. Ella tuvo que regresar a Castilla. Años después, Leonor se casó con el hermano de Jaime, el rey Alfonso IV de Aragón.
Jaime renunció a sus derechos como primogénito y al trono. Esto ocurrió en el Convento de San Francisco de Tarragona. Fue el 22 de diciembre de 1319. Al mismo tiempo, se unió a la Orden de San Juan de Jerusalén. Lo hizo en el convento de los dominicos de la misma ciudad. Su objetivo era llevar una vida dedicada a la fe.
Pero el 20 de mayo de 1320, Jaime dejó la Orden de San Juan. En su lugar, ingresó en la recién creada Orden de Montesa. Esta orden se había fundado con los bienes de los antiguos templarios.
La última vez que se le menciona en documentos fue el 30 de abril de 1334. Estuvo presente en la aprobación de unas leyes importantes.
Falleció en Tarragona en julio de 1334.
¿Dónde fue sepultado el Infante Jaime?
Al principio, el infante Jaime fue sepultado en la Catedral de Tarragona. Sin embargo, su tumba en esa catedral nunca ha sido encontrada. Algunas fuentes históricas indican que sus restos fueron trasladados después. Se cree que fueron llevados al desaparecido Convento de San Francisco de Barcelona.
En el siglo XIX, el monasterio de Barcelona fue demolido. Las tumbas reales fueron abiertas por grupos de personas. Los restos de los miembros de la realeza se guardaron en sacos. En 1835, fueron llevados a la Catedral de Barcelona. En 1852, la reina Isabel II ordenó que se colocaran en un sepulcro. Este sepulcro se encuentra en el claustro de la Catedral. La reina aportó dinero para este proyecto.
En el siglo actual, los restos reales fueron trasladados al interior de la Catedral. Si los restos del Infante Jaime fueron recogidos junto con los de otros reyes, como Alfonso III de Aragón, es probable que hoy estén en la Catedral de Barcelona. Sin embargo, muchas fuentes no mencionan que los restos del hijo mayor de Jaime II de Aragón estuvieran entre los trasladados.
A pesar de esto, en la Catedral de Tarragona todavía se considera que el infante Jaime está sepultado allí. Se asegura que sus restos nunca fueron trasladados desde su entierro inicial.