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Historia del Departamento de Artigas para niños

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El departamento de Artigas, en Uruguay, tiene una historia muy interesante que se remonta a tiempos antiguos. Antes de que se fundara la ciudad de Bella Unión, gran parte de esta zona era como un desierto, pero estaba relacionada con las Misiones Jesuíticas.

La administración de esta región estaba a cargo de la Estancia de Yapeyú. Los misioneros jesuitas fueron muy importantes porque trajeron ganado a estas tierras, que en ese entonces eran salvajes y poco habitadas. Lo hicieron para poblar la zona y también para detener el avance de los "Bandeirantes" de São Paulo, que buscaban expandir los territorios portugueses.

Durante mucho tiempo, los únicos habitantes de esta tierra fueron los pueblos originarios. Ellos dieron nombre a los ríos que marcan los límites de la región: el Guarey, que hoy conocemos como Río Cuareim al norte, y el Río Arapey al sur.

Alrededor del año 1710, los jesuitas trajeron el primer ganado desde la Vaquería del Mar. Esto convirtió la zona en un lugar ideal para el pastoreo, y el ganado se multiplicó rápidamente. Los pueblos originarios, aprovechando esta abundancia, se refugiaron en los montes cercanos al Río Cuareim. Desde allí, se movían por la región.

El Río Cuareim se convirtió en un punto clave en la defensa contra el avance portugués. Aunque en los mapas esta tierra era parte de España, en la práctica era un territorio sin un dueño claro. Los pueblos originarios la habitaban, pero en esa época no se les valoraba como se debía.

El Cuerpo de Blandengues: Guardianes de la Frontera

Desde su creación, el Cuerpo de Blandengues fue el encargado de vigilar esta frontera. José Artigas, una figura muy importante en la historia de Uruguay, estuvo al mando de un grupo de Blandengues que operaba en la zona del Cuareim.

Su misión principal era mantener el orden en la frontera con los dominios portugueses. Era una tarea difícil porque en la América Española había mucha tierra, pero pocos hombres dispuestos a establecerse y trabajarla. Era necesario que la gente se asentara para que el orden pudiera establecerse en el campo.

La Importancia del Ganado

En esos tiempos, la actividad de faenar ganado de forma no autorizada aumentaba constantemente. Los portugueses se unían a los pueblos originarios para cazar el ganado. A los portugueses les interesaba el cuero, la grasa y el ganado vivo. A cambio, los pueblos originarios recibían productos como caña, yerba, tabaco o algodón.

Lo más valioso en ese momento era el ganado, que servía para satisfacer las necesidades básicas o para intercambiar por otros bienes. Tanto los pueblos originarios como los gauchos no sentían la necesidad de un gran progreso una vez que sus necesidades básicas estaban cubiertas. Se necesitaba un nuevo tipo de persona que quisiera poblar y trabajar la tierra de forma permanente.

En esa época, no existía el concepto de propiedad de la tierra. La gente, como los gauchos y los pueblos originarios, se movía de un lugar a otro. No había interés en establecerse de forma definitiva. Incluso José Artigas se oponía a poblar estos lugares, quizás por lo difícil del terreno o por la resistencia de los charrúas.

La Presencia Portuguesa en el Cuareim

Cuando la lucha por la independencia desvió la atención y la protección de este territorio, los portugueses lograron establecerse de forma más firme en el Cuareim.

Después de la invasión portuguesa, las derrotas en Arapey y Catalán marcaron el fin de la influencia de Artigas en esta zona. El "Convenio de la Farola" cedió todo el territorio del actual departamento de Artigas a cambio de la construcción de un faro en la Isla de Flores. En ese momento, la zona tenía poco valor y no había gente para poblarla, por eso se hizo ese intercambio: un faro por un pedazo de tierra.

En 1817, ocurrió la Batalla del Catalán cerca del arroyo Catalán. Se enfrentaron las fuerzas de Artigas, lideradas por Andrés Latorre, y los invasores portugueses, al mando del marqués de Alegrete y el militar Abreu. Latorre sorprendió al enemigo y parecía que ganaría, pero la llegada de refuerzos portugueses confundió a sus tropas, que tuvieron que retirarse.

En 1820, el capitán portugués José de Abreu estableció su campamento en el Paso del Bautista, un lugar estratégico. Desde allí, distribuyó las tierras del actual departamento de Artigas entre sus soldados.

La Campaña de las Misiones

La paz no duró mucho. La frontera era muy imprecisa y el dominio portugués no pudo consolidarse. Por eso, Fructuoso Rivera pudo conquistar el territorio de las Misiones en solo veinte días.

Los guaraníes habían sido aliados de Artigas, y quizás por eso confiaron en Rivera y lo siguieron cuando decidió dejar las misiones. Como el límite sur de las Misiones no estaba claro, Rivera las entregó, pero se estableció en el Río Cuareim y no en el Arapey, como querían los brasileños.

La Fundación de Bella Unión

Aunque los orientales perdieron las Misiones, los brasileños solo se quedaron con la tierra. Rivera trajo consigo a toda la gente, el ganado y todo lo que pudo transportar. Los pueblos originarios, que conocían las ideas de José Artigas, se unieron al Estado Oriental mediante un acuerdo, inspirados en la idea de que los pueblos deben decidir su propio destino.

Con 8.000 guaraníes traídos de las Misiones, Rivera fundó Bella Unión en 1829, en la desembocadura del Río Cuareim.

Sin embargo, las rivalidades entre los líderes por la primera presidencia de la república afectaron profundamente a Bella Unión, y la colonia fue disuelta por un decreto. Los guaraníes, junto con los charrúas, permanecieron en la zona al norte del Arapey en 1832, convirtiéndola en el escenario de sus movimientos.

El presidente Rivera ordenó a su hermano Bernabé que "solucionara" el problema con los pueblos originarios. En cumplimiento de esta misión, Bernabé Rivera fue asesinado por los charrúas en la zona de Yacaré (hoy conocida como Bernabé Rivera).

Después de que el primer centro poblado de la zona fuera abandonado, la soledad y la desolación volvieron a dominar estas tierras.

Pueblo del Cuareim (San Eugenio del Cuareim)

En 1851, la Guerra Grande había terminado. Los partidos Blanco y Colorado pusieron fin a los enfrentamientos, con la idea de "Sin vencidos ni vencedores".

Con mucho esfuerzo, comenzó la lenta tarea de reconstruir el país, buscando la unión nacional. El gobierno de la república implementó una nueva política para proteger las fronteras y poblar el campo. Se enfocó en fundar pueblos, especialmente en las zonas fronterizas, para detener la influencia de Brasil.

Este fue el objetivo de la ley del 10 de julio de 1852. Su artículo 5° decía: "Se creará un pueblo en la costa del Río Cuareim en el Paso del Bautista o en el Yuquerí". Y el artículo 6° establecía: "El nuevo pueblo se denominará Cuareim y será la sede de la Sub-Receptoría del río de ese nombre".

El 12 de septiembre, una comisión de la Junta Económica de Salto (en ese entonces, Artigas era la 4ª sección de ese departamento) firmó el acta de fundación. Declararon que no habían encontrado un lugar mejor para el pueblo que el Paso del Bautista. Mencionaron que en esa zona había tierras excelentes para el cultivo, mucha agua, buena madera para construir y pastizales, todo muy cerca.

Las primeras casas de este pueblo comenzaron a construirse el 8 de septiembre de 1852. Provisionalmente, se le llamó Pueblo de San Eugenio del Cuareim. Aunque por ley debía llamarse solo Cuareim, los vecinos y Carlos Catalá decidieron darle el nombre de San Eugenio, posiblemente en honor al general Garzón, quien había fallecido en 1852.

En 1853, el sacerdote Luis de Grossi se unió a la Comisión de Solares. Gracias a sus registros, podemos conocer los primeros años del pueblo. El 25 de mayo de ese año, bendijo la primera iglesia (una construcción sencilla de madera donde hoy está el Mercado) para "celebrar por primera vez en este nuevo pueblo el aniversario de la independencia de la República Oriental del Uruguay".

En esa fecha, el sacerdote realizó el primer censo de habitantes. Vivían allí 143 hombres, 80 mujeres y 112 niños, sumando un total de 335 habitantes. El hecho de que hubiera más hombres que mujeres era común en los pueblos de frontera, que nacían para cumplir funciones de defensa.

En 1873, San Eugenio tuvo su primera junta auxiliar, presidida por Bartolomé Ipar, dueño de la primera empresa de diligencias de la zona. En abril de ese año, llegó el alumbrado público con cuatro faroles de queroseno, colocados en cada esquina de la plaza Artigas, la única plaza del pueblo en ese entonces. Ya existía una escuela en ese año.

Creación del Departamento de Artigas

El pueblo de San Eugenio estaba decayendo y amenazaba con desaparecer. Bella Unión, que había sido repoblada en 1853, era la ciudad más grande al norte del Arapey.

En 1884, el gobierno de Santos propuso crear los departamentos de Artigas y Rivera. El pueblo de San Eugenio solo tenía 250 habitantes, mientras que Bella Unión contaba con más de 5.000 personas y aspiraba a ser la capital del departamento.

El 5 de septiembre de 1884, se aprobó la ley de creación del departamento de Artigas. San Eugenio fue designada capital "porque hay que velar por el más desfavorecido, que es San Eugenio", según se decía en la época.

Los Saladeros y el Renacimiento

El renacimiento de San Eugenio comenzó a partir de 1890, cuando se establecieron los saladeros en el pueblo de Quaraí (ubicado en la orilla derecha del río Cuareim). El saladero Novo Quaraí llegó a procesar más de medio millón de cabezas de ganado vacuno al año. En este mismo período, se instalaron los ferrocarriles, lo que aseguró la existencia y el crecimiento del pueblo.

El Siglo XX en Artigas

Hacia 1912, el automóvil hizo su aparición en las calles del pueblo. Los problemas de la Revolución de 1904 quedaron atrás, disolviéndose lentamente en el olvido.

Los materiales de construcción modernos cambiaron la apariencia del pueblo. La chapa de zinc comenzó a usarse, reemplazando los techos de tejas.

En el ámbito cultural, hubo una gran transformación con la fundación del Liceo Departamental en 1913, bajo la dirección del Sr. Griot.

A partir de entonces, los cambios fueron rápidos. En 1920, llegó el primer aeroplano, un Breguet de dos alas, quizás un avión que sobró de la Primera Guerra Mundial, que acababa de terminar. Durante la visita del presidente José Serrato en 1925, se inauguró la luz eléctrica.

El 3 de abril de 1968, se inauguró el Puente Internacional de la Concordia, que une Artigas con la ciudad vecina de Quaraí. Tiene una longitud de 750 metros, un ancho de 12 metros y dos senderos para peatones.

En 1975, se terminó la reforma de la Plaza Artigas y se inauguró la estatua ecuestre del Héroe Nacional José G. Artigas. Esta estatua está cubierta con 6420 plaquetas de ágatas pulidas.

Hoy en día, la ciudad cuenta con una Jefatura de Policía, dos Comisarías, un cuartel de Bomberos, tres centros de atención médica, varios hoteles y alojamientos, plazas, una Terminal de ómnibus, estadios de fútbol, el parque "Paseo 7 de Setiembre", escuelas, cuatro liceos, plazas de feriantes, supermercados, Free-Shop, aeropuerto, un Regimiento de caballería mecanizada, clubes sociales, carnaval, fiestas criollas y encuentros ciclísticos, entre otras cosas.

Todo lo demás es historia que sigue ocurriendo.

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Véase también

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Historia del Departamento de Artigas para Niños. Enciclopedia Kiddle.