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Historia de la yerba mate para niños

Enciclopedia para niños

La yerba mate es una planta (su nombre científico es Ilex paraguariensis) cuyas hojas se usan para preparar una bebida muy popular en Sudamérica, especialmente en países como Argentina, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil. Es como un té, pero con un sabor y una forma de prepararse muy especiales.

La historia de la yerba mate es muy antigua. Mucho antes de que los europeos llegaran a América, los pueblos indígenas de la región, como los Guaraníes y los Kaingang, ya la conocían y la usaban. Los Kaingang, por ejemplo, comían las hojas frescas, enhebrándolas en un hilo que llevaban en la cintura. Los guaraníes fueron los primeros en cultivar la yerba mate y en desarrollar formas de procesarla.

La yerba mate en la época colonial

Cuando los españoles llegaron a Sudamérica en el siglo XVI, vieron que los guaraníes ya consumían la yerba mate. Poco a poco, esta bebida se hizo popular entre los colonizadores. Al principio, la yerba mate se recolectaba de plantas que crecían de forma silvestre en los bosques. Los indígenas eran quienes realizaban este trabajo.

La expansión del consumo

En el siglo XVII, el consumo de mate se extendió mucho. Llegó a la región del Río de la Plata (donde hoy están Argentina y Uruguay) y desde allí a Chile y Perú. La yerba mate se volvió tan importante que fue el producto principal de Paraguay, incluso más que el tabaco.

El papel de las órdenes religiosas

Al principio, algunos religiosos como los franciscanos trabajaron con las plantaciones de yerba mate. Más tarde, a mediados del siglo XVII, los jesuitas lograron un gran avance: descubrieron cómo cultivar la planta de yerba mate en plantaciones organizadas, no solo recolectarla de forma silvestre. Esto lo hicieron en sus reducciones jesuíticas, que eran comunidades donde vivían y trabajaban con los indígenas.

Este éxito de los jesuitas generó competencia con otros recolectores de la región. Sin embargo, cuando los jesuitas fueron expulsados de estas tierras en la década de 1770, sus plantaciones y los secretos de cómo cultivar la yerba mate se perdieron.

Después de la independencia

Incluso después de que Paraguay se independizara, la industria de la yerba mate siguió siendo muy importante para su economía. Pero después de un conflicto importante a mediados del siglo XIX, la producción en Paraguay disminuyó mucho. Fue entonces cuando Brasil se convirtió en el principal productor de yerba mate.

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, gracias a los estudios de personas como el franco-argentino Carlos Thays, se redescubrió cómo hacer que las semillas de yerba mate germinaran a gran escala. Esto permitió crear las plantaciones modernas que conocemos hoy.

Cuando los empresarios brasileños se interesaron más en el café en la década de 1930, Argentina, que siempre había sido un gran consumidor de mate, se convirtió también en el mayor productor. Esto impulsó la economía de la provincia de Misiones, donde los jesuitas habían tenido muchas de sus plantaciones.

Cómo se usaba la yerba mate al principio

Antes de la llegada de los españoles, los guaraníes ya consumían yerba mate, incluso con fines medicinales. Se han encontrado restos de yerba mate en tumbas antiguas, lo que sugiere que era una planta valorada.

Los primeros europeos que se establecieron en la zona de los guaraníes fundaron la ciudad de Asunción en 1537. No se sabe exactamente cuándo empezaron a tomar mate, pero a finales del siglo XVI ya era una bebida muy común entre ellos.

En 1596, un miembro del gobierno de Asunción escribió que el consumo de mate se había extendido tanto entre los españoles, sus mujeres y sus hijos, que era raro encontrar a alguien que no lo bebiera. Incluso decía que la gente vendía sus pertenencias para conseguir yerba mate.

Los primeros utensilios para el mate

Los utensilios más antiguos para beber mate se encontraron en la ciudad de Santa Fe, en Argentina. Al principio, los indígenas bebían la infusión en un recipiente llamado "bernegal", hecho de una calabaza grande. Sorberían el agua entre los dientes para evitar que las hojas pasaran a la boca.

Más tarde, los españoles introdujeron una especie de cuchara de metal llamada "apartador" para detener la yerba molida. Con el tiempo, el bernegal de calabaza fue reemplazado por vasijas de arcilla con una forma similar. Estos son los antecesores de los mates que usamos hoy. Después, en las ciudades, se empezó a usar una calabaza más pequeña junto con una "bombilla", que era un pequeño tubo de madera o caña para sorber la infusión.

La yerba mate llega a Europa

La ciudad de Santa Fe fue clave para que la yerba mate se conociera en el mundo. Desde allí, la yerba mate se enviaba a otros lugares de América y, en 1662, se estableció como puerto principal para las mercancías de Paraguay.

Los españoles notaron que el mate daba energía a los guaraníes para trabajar y, en caso de necesidad, les servía de alimento. Hacia 1714, su uso se había extendido a Bolivia y Chile. Incluso llegó a Londres, donde fue bien recibida. Se llegó a pensar en reemplazar el té por el mate, ya que era más beneficioso y económico. Sin embargo, como los jesuitas eran los únicos productores y el comercio del té era muy rentable, la idea no prosperó en Europa.

El mate en el siglo XVII

A principios del siglo XVII, la yerba mate se convirtió en el producto más exportado de los territorios guaraníes, superando al azúcar, el vino y el tabaco. Al principio, el gobernador del Río de la Plata, Hernando Arias de Saavedra, no estaba de acuerdo con el consumo de mate, pensando que era un hábito poco saludable. Intentó prohibir su producción, pero la Corona española y los colonos no aceptaron la prohibición.

A diferencia de otras plantas estimulantes que los europeos encontraron, la yerba mate no se cultivaba en grandes cantidades al principio, sino que se recolectaba de plantas silvestres. Los jesuitas fueron los primeros en cultivarla a mediados del siglo XVII.

Hasta 1676, el principal centro de producción de yerba mate era el pueblo de Maracayú, cerca de Asunción. Pero hubo conflictos por el control de estas zonas ricas en yerba mate. En 1630, muchos pobladores tuvieron que huir a Maracayú debido a ataques, lo que aumentó la competencia. Este conflicto terminó en 1676, cuando la zona de Maracayú se volvió peligrosa por los ataques externos. Los pobladores se trasladaron al sur, fundando la ciudad de Villarrica, que se convirtió en el nuevo centro de la industria del mate.

El consumo de yerba mate se extendió fuera de Paraguay, llegando a Bolivia, Perú y Chile, y se convirtió en un producto importante en muchas ciudades coloniales de Sudamérica. Los impuestos sobre la yerba mate se volvieron una fuente importante de ingresos para las ciudades por donde pasaba. En 1680, la Corona española incluso impuso un impuesto especial para financiar la defensa de Buenos Aires.

El traslado de la producción hacia el sur hizo que Asunción perdiera su posición como único puerto de exportación, y las ciudades de Santa Fe y Buenos Aires se volvieron más importantes para el comercio de la yerba mate.

La expulsión de los jesuitas y el redescubrimiento de la producción industrial

A finales del siglo XVIII, después de la expulsión de los jesuitas, las plantaciones de yerba mate se fueron perdiendo. Nadie sabía cómo hacer que las semillas germinaran a gran escala, un secreto que los jesuitas habían guardado.

En Chile, donde el mate era muy popular, su consumo fue disminuyendo lentamente después de la independencia, a medida que el café y el té, bebidas populares en Europa, llegaban al país. Aunque el mate era más barato, el té y el café se hicieron más populares en las clases altas. Sin embargo, el mate siguió siendo muy popular en las zonas rurales y montañosas de Chile.

Después de un conflicto que afectó mucho a Paraguay a finales del siglo XIX, y con la poca producción de Argentina, Brasil se convirtió en el principal productor de yerba mate.

En Argentina, para no tener que importar tanta yerba de Brasil y Paraguay, el paisajista franco-argentino Carlos Thays investigó cómo hacer germinar las semillas de yerba mate. Él se basó en estudios anteriores que se habían perdido.

En 1895, Thays recibió semillas de yerba mate. Observó cómo las semillas maduraban en el sistema digestivo de las gallinas y desarrolló un método que imitaba a la naturaleza: las semillas germinaban después de estar mucho tiempo en agua caliente. Este método se difundió y fue muy exitoso, permitiendo la producción industrial de yerba mate.

El siglo XX y la yerba mate

A partir del siglo XX, la producción de yerba mate en Argentina empezó a crecer mucho. En la primera mitad de ese siglo, Argentina impulsó un programa para poblar la provincia de Misiones y desarrollar la industria yerbatera. Se entregaron parcelas de tierra a familias de colonos, muchos de ellos de Europa.

En la década de 1930, la producción brasileña se centró en el café, que era más rentable, dejando a Argentina como el mayor productor de yerba mate.

Incluso, inmigrantes de Siria y Líbano en Argentina llevaron la costumbre de tomar mate a sus países de origen, donde todavía hoy es una bebida popular en algunas comunidades.

Archivo:Mate galleta de plata (MAM Madrid, 12727) 01
Mate de plata hecho en el siglo XVIII en la Provincia de Charcas.
Archivo:Yerba-mate-misiones
Plantación de yerba mate en la actualidad. (Provincia de Misiones, Argentina).
Archivo:Yerba mate Jardín Botánico Carlos Thays
Thays observando plantas de yerba mate en el Jardín Botánico (colección Thays).
Archivo:Yerba Mate en Jardín Botánico
Planta de yerba mate en el Jardín Botánico de Buenos Aires. En este lugar Thays ensayó el método científico para lograr su producción industrial.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: History of yerba mate Facts for Kids

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