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Guerra santa para niños

Enciclopedia para niños

La guerra santa es un tipo de guerra que se lleva a cabo por razones religiosas. A menudo, se cree que participar o morir en estas guerras trae una recompensa espiritual a quienes lo hacen.

Ejemplos conocidos de guerras que a veces se llaman "santas" son las Cruzadas (en el cristianismo) y la yihad (en el islam). Sin embargo, algunos expertos no están completamente de acuerdo con estas etiquetas o prefieren usar términos como "guerra sacralizada" o "cruzada" para ser más precisos.

Según algunos historiadores, la idea de la guerra ha evolucionado. Primero se habló de "guerra justa", luego de "guerra sacralizada", después de "guerra santa" y finalmente de "cruzada". Otros piensan que la "guerra justa" no vino antes que la "guerra santa", sino que la dificultad para decidir si una guerra era "santa" llevó a la idea de la "guerra justa".

En tiempos más recientes, el término "guerra santa" también se ha usado para describir conflictos donde las diferencias culturales o históricas entre los grupos son muy grandes, incluso si la religión no es la causa principal. Un ejemplo de esto es el conflicto en Úlster.

La guerra en el cristianismo

La idea de "guerra santa" en el cristianismo tiene sus raíces en el concepto de la guerra justa. Este concepto fue desarrollado por pensadores importantes como Agustín de Hipona en su obra Civitate Dei y continuado por otros a lo largo de la Edad Media, como Tomás de Aquino en su Suma Teológica.

La idea de "guerra santa" se ha usado en diferentes momentos y conflictos, tanto religiosos como no religiosos. A menudo, se ha utilizado para justificar intereses políticos o económicos. Ejemplos históricos incluyen las cruzadas o algunos conflictos católicos contra grupos con diferentes creencias.

El Concilio Vaticano II, una reunión importante de la Iglesia Católica, condenó explícitamente la crueldad de la guerra. Incluso pidió que se hiciera todo lo posible para que, mediante acuerdos entre naciones, se pudiera prohibir completamente cualquier guerra. Algunos escritores católicos, al comentar sobre el Vaticano II, fueron aún más claros sobre las llamadas "guerras santas":

No es el Vaticano II un concilio de defensa, a tenor del cual la cristiandad se replegara sobre sí misma para salvaguardar de la corrupción sus tesoros. No es tampoco un concilio batallador, inspirado en el equívoco designio de conquista. La Guerra Santa es santa en la medida que deja de ser guerra. No importa tanto conquistar cuánto ser uno mismo conquistado por el amor. [...] No es éste, por supuesto, un concilio de defensa ni de ataque. Se trata de un concilio de amor. «¡Sea el amor el único vencedor de todos!», pedía hoy conmovido Pablo VI (en el discurso de cierre del Concilio).

El derecho a la legítima defensa

El Catecismo de la Iglesia Católica enseña que todos los ciudadanos y gobernantes tienen la obligación de esforzarse por evitar las guerras. Sin embargo, si hay riesgo de guerra y no existe una autoridad internacional fuerte para resolver el conflicto, y si ya se han agotado todas las formas pacíficas de acuerdo, los gobiernos tienen el derecho a la legítima defensa.

Para que la defensa militar sea legítima, se deben cumplir condiciones muy estrictas:

  • El daño causado por el agresor a la nación o a la comunidad de naciones debe ser duradero, grave y claro.
  • Todos los demás medios para detener la agresión deben haber sido ineficaces o imposibles de usar.
  • Debe haber una posibilidad real de éxito.
  • El uso de armas no debe causar más problemas y desórdenes que el mal que se quiere eliminar.

Estos son los puntos principales de la doctrina tradicional conocida como la guerra justa.

A pesar de esto, el Papa Juan XXIII, en su encíclica Pacem in Terris, puso en duda la idea de la guerra justa. Él señaló que en nuestra época, con la existencia de la energía atómica, es absurdo pensar que la guerra sea una forma adecuada de corregir una injusticia. Así, Juan XXIII afirmó que en la era atómica, es impensable que la guerra pueda usarse como un instrumento de justicia.

La guerra en el islam, el judaísmo y otras religiones

Islam

La idea de la guerra en el islam existe desde sus primeros tiempos. En Medina, entre los años 624 y 630, se glorificaban las expediciones militares, y al mismo tiempo, el Corán ofrecía justificación y reglas para ellas.

El concepto de yihad a menudo se traduce como "guerra santa", pero esta traducción no es del todo precisa. En realidad, la palabra árabe "yihād" significa "esfuerzo". Según el Hadiz, la guerra más importante es la que se libra contra los propios deseos o el alma.

En su obra La Historia de Bagdad, Al-Khatib al-Baghdadi, un académico islámico del siglo XI, hizo referencia a una afirmación del compañero de Mahoma Jabir ibn Abd-Allah. Esta referencia establece que Jabir dijo: "el Profeta... volvió de una de sus batallas, y entonces nos dijo, 'habéis llegado con una excelente llegada, habéis venido desde la Menor Yihad hasta la Yihad Mayor, el esfuerzo de un siervo [de Alá] contra sus deseos [guerra santa]".19 20

Judaísmo

En la religión judía, la expresión Milkhemet Mitzvah (en hebreo: מלחמת מצווה, que significa "la guerra por mandamiento") se refiere a un tipo de guerra que es obligatoria para todos los Judíos (hombres y mujeres). Esta guerra está limitada a un territorio específico dentro de las fronteras de la tierra de Israel. Los límites geográficos de Israel y los conflictos con las naciones vecinas se describen en el Tanaj, la Biblia hebrea, especialmente en Números 34:1-15 y Ezequiel 47:13-20.

Otras religiones, como el sikhismo, también tienen entre sus enseñanzas un concepto similar a la "guerra santa".

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