Golpe de Estado en España de 1929 para niños
El golpe de Estado en España de 1929 fue un intento fallido de terminar con la dictadura de Primo de Rivera. Esta dictadura había comenzado con otro golpe de Estado anterior. El intento de 1929 ocurrió en enero y su principal impulsor fue el político conservador José Sánchez Guerra.
Contenido
¿Qué Pasó Antes? Los Antecedentes
Durante la segunda etapa de la Dictadura de Primo de Rivera, conocida como el Directorio Civil (1925-1930), varios militares no estaban de acuerdo con las decisiones del gobierno.
El Conflicto con los Artilleros
El primer gran problema fue con el Cuerpo de Artillería. No estaban de acuerdo con una nueva forma de ascensos que permitía subir de rango no solo por antigüedad, sino también por méritos. Primo de Rivera respondió suspendiendo a todos los oficiales de artillería en septiembre de 1926. Luego, disolvió por completo este cuerpo militar.
El rey Alfonso XIII intentó ayudar a resolver el conflicto. Sin embargo, Primo de Rivera se negó y amenazó con renunciar. Le recordó al rey que el Ejército estaba bajo su mando. La disolución de la Artillería hizo que otros militares se solidarizaran con ellos. Muchos artilleros interpretaron que el rey estaba de acuerdo con Primo de Rivera. Desde entonces, una parte importante del ejército empezó a apoyar la idea de una república. Este conflicto también hizo que el rey se distanciara más de Primo de Rivera.
Primeros Intentos de Cambio
Hubo otros intentos de derribar la Dictadura antes de 1929. El primero fue la Sanjuanada, planeada para el 24 de junio de 1926. En esta conspiración participaron generales y políticos importantes.
Meses después, ocurrió el complot de Prats de Molló. Fue un intento fallido de invadir España desde Francia. Lo dirigió el líder catalán Francesc Macià y su partido, Estat Catalá. También colaboraron grupos que buscaban grandes cambios sociales.
Los intentos de golpes de Estado eran algo nuevo en esa época. La propia Dictadura había usado la fuerza militar para llegar al poder. Esto hizo que otros pensaran que era válido usar la fuerza para cambiar el gobierno.
La Conspiración: ¿Quiénes Participaron?
Entre los políticos que se oponían a la Dictadura, destacó el conservador José Sánchez Guerra. Él se fue de España cuando se creó la Asamblea Nacional Consultiva en 1927. Desde el extranjero, Sánchez Guerra empezó a organizar un plan para acabar con la Dictadura.
Su contacto en España era el político Miguel Villanueva. Villanueva era el encargado de las finanzas del plan. También dirigía una "Junta Central Revolucionaria" formada por miembros de los partidos políticos de antes de la Dictadura.
La primera reunión de los conspiradores fue en Hendaya, Francia. Asistieron unas veinte personas, incluyendo exministros y líderes de la oposición.
El Plan de Sánchez Guerra
Al principio, Sánchez Guerra y Villanueva querían volver a la Constitución de 1876. Querían formar un nuevo gobierno, quizás liderado por un general. Se pensó en Dámaso Berenguer, jefe de la Casa Militar del rey. Esto podría indicar que el rey estaba de acuerdo con el plan, ya que sus diferencias con el dictador eran conocidas.
Pero finalmente, el objetivo del golpe fue convocar elecciones para crear una nueva Constitución. Con esto, lograron el apoyo de los partidos republicanos. Sánchez Guerra también consiguió el apoyo de partidos nacionalistas catalanes. Mientras tanto, el general Aguilera buscaba apoyo militar, especialmente entre los artilleros, por su desacuerdo con Primo de Rivera. El apoyo más importante que consiguió fue el del Capitán General de Valencia, Alberto Castro Girona.
El 14 de enero de 1929, se firmó un acuerdo para formar un "Comité Revolucionario". Este comité tendría un militar, un monárquico (Sánchez Guerra) y un republicano. El plan político incluía una idea muy importante: antes de convocar las elecciones para la nueva Constitución, el rey Alfonso XIII se alejaría de España. Luego, se haría una votación para decidir si el país sería una monarquía o una república.
A partir del 25 de enero, varios delegados del comité viajaron por España. Informaron a las unidades militares que apoyaban el plan (21 regimientos de Artillería y varios de Infantería y Aviación) la fecha y hora de la sublevación: entre las dos y las seis de la madrugada del domingo 29 de enero.
El Fracaso del Golpe
El plan era que el golpe empezara en Valencia. Sánchez Guerra desembarcaría allí la tarde del 28 de enero de 1929. Luego, se pondría en contacto con el capitán general de la región militar. Inmediatamente, se declararía una huelga general y las unidades militares se levantarían. Las tropas de Madrid tendrían la misión de detener al rey y a Primo de Rivera. El rey sería expulsado del país, y un Gobierno Provisional, presidido por Sánchez Guerra en Valencia, convocaría elecciones.
Lo que Salió Mal en Valencia
Pero el plan empezó a fallar. Sánchez Guerra llegó a Valencia 24 horas después de lo previsto. Una fuerte tormenta retrasó su barco. Al llegar a la Capitanía General la noche del 29, el general Castro Girona le dijo que debían cancelar los planes. El gobierno ya controlaba la situación.
A la mañana siguiente, Sánchez Guerra fue al 5.º Regimiento de Artillería. Les dijo que no tenía sentido sublevarse, ya que las noticias de otros lugares no eran buenas. Aunque se llegaron a repartir copias de un manifiesto que decía: «¡Abajo la Dictadura! ¡Abajo la monarquía absoluta! ¡Viva la soberanía nacional! ¡Viva el Ejército unido y dignificado!».
La falta de acción en Valencia desanimó los levantamientos en otros lugares. En Murcia, el general Queipo de Llano tuvo que regresar a Madrid. El regimiento de Artillería se negó a sublevarse. Lo mismo pasó en Barcelona. La huelga general prevista ni siquiera se convocó. Los oficiales decidieron no sacar sus regimientos a la calle. El general Eduardo López Ochoa, que había viajado desde París para liderar el movimiento en Cataluña, les reprochó su falta de decisión.
La Rebelión en Ciudad Real
La única excepción fue el regimiento de Artillería de Ciudad Real. Se sublevó a las seis y media de la mañana del 29 de enero. Ocuparon los puntos importantes de la ciudad. A las nueve de la mañana, el gobierno se enteró y envió aviones. Estos aviones lanzaron folletos pidiendo a los militares que se rindieran.
Los artilleros no se rindieron de inmediato. Creían que el golpe se estaba extendiendo por toda España, ya que las comunicaciones estaban cortadas. Pero al final de la tarde, se dieron cuenta de que estaban solos. Entonces, empezaron a desalojar los edificios que habían ocupado.
Las Consecuencias del Intento de Golpe
La reacción de Primo de Rivera al intento de golpe fue aumentar la represión. El general Sanjurjo, jefe de la Guardia Civil, fue enviado a Valencia con mucho poder para restaurar el orden. Se aprobó una ley que permitía al gobierno despedir, exiliar o suspender el sueldo a cualquier funcionario que se opusiera al régimen.
Además, se obligó a todos los periódicos a ceder una parte de su espacio al gobierno. También se cerraron los centros culturales y sociales donde se reunían los grupos de oposición. Para evitar "malas ideas", se obligó a los oficiales y soldados a asistir a charlas especiales sobre disciplina militar. En estas charlas se les explicaba el "deber supremo de no mezclar nunca el nombre de la patria con acciones que alteren el orden político".
Finalmente, Primo de Rivera disolvió por completo el Cuerpo de Artillería. Dijo que tenían "ideas de cambio radical" y que habían causado un "daño difícil de reparar" a la nación. Esta última decisión provocó un nuevo desacuerdo con el rey, quien prefería perdonar a los militares implicados.
Los Juicios y sus Efectos
Los artilleros de Ciudad Real fueron juzgados en un consejo de guerra. Sin embargo, se hizo evidente que el Ejército estaba empezando a retirar su apoyo a Primo de Rivera. Algunos jueces presionaron para que se mostrara clemencia. El caso pasó a un tribunal superior, que anuló las sentencias de pena de muerte y cadena perpetua, y redujo las demás. La sentencia final, dictada el 18 de diciembre de 1929, condenó a 37 jefes y oficiales a penas de entre uno y doce años de prisión. El coronel del Regimiento, Joaquín Paz Faraldo, fue condenado a veinte años de cárcel.
Sánchez Guerra también fue juzgado el 28 de octubre de 1929, pero fue absuelto. Esto significó que un acto de resistencia contra un gobierno que no era legítimo se consideraba válido. Fue interpretado como una clara crítica del Ejército a Primo de Rivera. Que un tribunal militar diera este veredicto fue una mala señal para el dictador.
La detención y el juicio de Sánchez Guerra afectaron mucho a la dictadura y a la monarquía. Sánchez Guerra logró dar un golpe importante al régimen, no tanto por la rebelión en sí, sino por ser un símbolo de la lucha contra el gobierno autoritario. Este episodio hizo que el rey se diera cuenta de que, si no se deshacía del dictador, la posición de la monarquía se debilitaría aún más.
El movimiento de Sánchez Guerra marcó el principio del fin de la Monarquía. Aceleró el alejamiento de los partidos políticos tradicionales y atrajo a personas clave a la oposición. Después del fracaso de este intento de terminar con la Dictadura, el debate sobre el futuro del país se amplió. Ya no solo se hablaba del rey, sino de si la monarquía en su conjunto era viable.
El propio Primo de Rivera valoró el resultado de los juicios en un artículo. Dijo que los sucesos de Ciudad Real y Valencia, y la forma en que fueron juzgados los participantes, le dieron la impresión de que el Ejército se estaba alejando de la Dictadura. Esto impresionó a la gente y al rey, y Primo de Rivera empezó a pensar que su dictadura tenía un límite.