Fusilamientos de Heredia para niños
Los fusilamientos de Heredia fueron un evento triste que ocurrió durante la Primera Guerra Carlista. En este suceso, las tropas carlistas, lideradas por el general Tomás de Zumalacárregui, dieron muerte a 118 prisioneros que se habían rendido.
Datos para niños Fusilamientos de Heredia |
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Ilustración contemporánea de los hechos.
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Lugar | Heredia, Álava (![]() |
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Blanco | Prisioneros cristinos | |
Fecha | 17 de marzo de 1834 | |
Tipo de ataque | Fusilamiento en masa | |
Muertos | 118 | |
Perpetrador | Ejército carlista | |
Motivación | Represalia por las bajas sufridas | |
Contenido
¿Qué sucedió antes de los fusilamientos de Heredia?
Cuando el coronel Tomás de Zumalacárregui tomó el mando de las tropas carlistas en Navarra, en noviembre de 1833, encontró un ejército con muy pocos recursos. Estaba formado por unos 2500 hombres, pero les faltaban armas y municiones.
Por esta razón, Zumalacárregui empezó a atacar al ejército rival, conocido como liberal, con el objetivo principal de conseguir armas y municiones para sus soldados.
Siguiendo esta estrategia, decidió atacar la ciudad de Vitoria. Pensaba que allí encontraría personas que apoyarían su causa.
Las tropas en Vitoria estaban bajo el mando del general Joaquín de Osma. Contaban con 750 soldados de infantería y 136 de caballería.
¿Quiénes eran los Celadores de Álava?
En diciembre de 1833, se creó en Vitoria un grupo especial llamado Celadores de Álava. Su trabajo era mantener el orden en los pueblos de Álava. Estos pueblos vivían con miedo debido a la presencia de Zumalacárregui y sus hombres. El día del ataque a Vitoria, los celadores estaban en Gamarra Mayor, un pueblo pequeño cerca de la capital.
¿Cómo fue el ataque a Vitoria?
Zumalacárregui se acercó a Vitoria al amanecer del 16 de marzo de 1834, llegando desde Navarra. Allí se le unieron otros batallones carlistas de Álava, sumando unos tres mil hombres. Envió un grupo de caballería y dos compañías de infantería a Gamarra para atacar a los Celadores de Álava.
Con el resto de sus fuerzas, Zumalacárregui comenzó el ataque a Vitoria por las cuatro puertas de la ciudad. Sin embargo, las personas que esperaba que le ayudaran desde dentro de la ciudad no aparecieron. El ataque carlista no tuvo éxito y tuvieron que retirarse con muchas bajas. Un documento de la época menciona que "se han enterrado unos cuarenta cuerpos de los rebeldes".
¿Qué pasó en los fusilamientos de Heredia?
Los aproximadamente 200 celadores de Álava se defendieron con valentía. Pero, al ser abandonados por su comandante y oficiales, y con más de treinta bajas, se rindieron. Lo hicieron bajo la promesa de que sus vidas serían respetadas. Los prisioneros fueron llevados a Heredia, a unos 25 kilómetros al este.
Cuando Zumalacárregui, que se estaba retirando hacia Navarra, se enteró de lo sucedido, ordenó que los prisioneros fueran ejecutados al día siguiente. El comandante alavés Bruno Villarreal intentó convencer al jefe carlista de que no diera una orden tan terrible, pero no lo logró.
Zumalacárregui se mantuvo firme en su decisión. A pesar de la orden, Villarreal consiguió esconder a dos de los celadores que conocía, salvándoles la vida. Pero con los demás, la orden se llevó a cabo. El general carlista José Ignacio de Uranga escribió en su diario: "Día 17. Permanecimos en Heredia donde se ejecutaron 118 prisioneros".
¿Por qué se tomaron estas decisiones?
El historiador Antonio Pirala comentó que ejecutar a los celadores fue un acto de gran crueldad. Dijo que fue una venganza que no era necesaria para alguien que quería ser visto como un héroe.
John Francis Bacon, el cónsul británico en Bilbao, explicó que Zumalacárregui tomó esta decisión por razones estratégicas. Creía que era necesario infundir miedo en sus oponentes para proteger a sus propias tropas. Pensaba que en las guerras, quienes tomaban medidas más duras eran más respetados.
¿Qué ocurrió después?
Zumalacárregui siguió usando tácticas similares en su carrera al mando de las tropas carlistas. Por ejemplo, incendió las iglesias donde se habían refugiado los defensores de Cenicero en La Rioja y Villafranca en Navarra. Sin embargo, dejó de usar estas tácticas cuando firmó el Convenio Lord Eliot al año siguiente.
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Fusilamientos de Heredia.jpg
Ilustración contemporánea de los hechos.