Fuente de Tomares para niños
La fuente de Tomares era un manantial de agua que brotaba en lo que hoy es la esquina sureste de la plaza del Ayuntamiento de Tomares (Sevilla). Esta fuente era el inicio de un arroyo que llegaba hasta el río Guadalquivir, cerca de San Juan de Aznalfarache. Los restos de la fuente se encuentran a un nivel más bajo que la plaza, por lo que se necesitaban escaleras para llegar a ella.
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El Agua en Tomares
El municipio de Tomares tiene mucha agua bajo tierra que sale fácilmente a la superficie. En algunos lugares, como la Cañada de Morales, forma lagunas naturales que los habitantes llaman "pozas". Desde hace miles de años, estas aguas se han usado para la agricultura.
En el caso de la fuente de Tomares, estas aguas subterráneas estaban dirigidas por una red de túneles o "minas de agua". Estas construcciones fueron hechas por personas en una época antigua y aún no han sido estudiadas a fondo por los arqueólogos.
La galería principal de agua pasaba por debajo de la antigua hacienda de Navarro, la iglesia del pueblo y la hacienda del Conde (que ahora es el Ayuntamiento). Finalmente, llegaba al lugar donde estaba la fuente.
Historia de la Fuente
¿Un Antiguo Misterio?
Algunos historiadores han pensado que la fuente de Tomares podría estar relacionada con una antigua ciudad romana llamada Osset. Un escritor romano llamado Plinio mencionó que Osset estaba cerca del río Betis (hoy Guadalquivir), después de Híspalis (Sevilla).
Durante mucho tiempo, se creyó que Osset estaba en un cerro llamado Chavoya. Sin embargo, hoy en día, la mayoría de los historiadores creen que Osset estaba en el cerro de los Sagrados Corazones o en lugares cercanos.
El problema con la ubicación en el cerro de los Sagrados Corazones es que allí no hay mucha agua subterránea. Esto habría dificultado que la gente viviera allí de forma continua a lo largo de la historia. Solo un convento se construyó allí a partir del año 1400, y sus habitantes recogían agua de lluvia en aljibes.
Antiguos escritos mencionan un "milagro" en una iglesia de Osset, donde el agua de la pila bautismal se llenaba sola en Jueves Santo y bajaba a su nivel normal después de los bautizos del Sábado Santo. Como la galería de la fuente de Tomares pasaba bajo la iglesia actual y se han encontrado restos romanos en Tomares, algunos piensan que la iglesia de ese "milagro" podría haber estado en Tomares.
El Agua de Tomares en Sevilla
El agua de la fuente de Tomares era muy famosa por su buena calidad y sabor agradable. Esto era muy importante para los habitantes de Sevilla, que no tenían muchas fuentes naturales. Hasta finales del siglo XIX, Sevilla dependía del agua de Alcalá de Guadaíra, que llegaba por unos acueductos llamados Caños de Carmona, pero esa agua no siempre era de la mejor calidad.
El barrio de Triana, en Sevilla, lo tenía aún más difícil, ya que solo usaba el agua del río o de pozos cercanos.
Por eso, desde hace mucho tiempo, era común ver a personas con burros cargados de agua de Tomares. Recorrían el corto camino entre Tomares y Sevilla, vendiendo el agua de puerta en puerta o a tiendas de bebidas.
Uno de estos lugares se hizo muy conocido: el "Puesto de Agua" en lo que hoy es el Paseo de Colón. Este lugar tenía estanterías con grandes cántaros de barro, vasos limpios y dulces. Un letrero decía: "Puesto de agua de Tomares". Se hizo tan famoso que la gente importante de Sevilla se reunía allí a finales del siglo XVIII, como si fuera un club social.
Personajes importantes de la época, como Francisco de Bruna y Ahumada (un juez), el poeta Manuel María de Arjona y el fraile fray Salvador Joaquín de Sevilla, visitaban este puesto. También iba Manolito Gázquez, un personaje famoso de la literatura, y el torero Pepe-Illo con sus amigos, cuyas reuniones eran muy conocidas.
Este puesto desapareció en el siglo XIX, pero otros siguieron vendiendo el agua de Tomares hasta finales de ese siglo. Las gitanas de Triana también vendían "Agua fresca de Tomares" en la Feria de Sevilla en el siglo XIX.
La Casa de las Aguas de Triana
En 1833, una enfermedad grave afectó a Sevilla, especialmente a Triana. Las malas condiciones de las casas y el agua contaminada de los pozos y del río empeoraron la situación. Por ello, las autoridades de la ciudad decidieron que Triana necesitaba un suministro de agua limpia y segura. El alcalde José Joaquín de Lesaca propuso traer agua desde la fuente de Tomares en 1844.
Como el Ayuntamiento no tenía suficiente dinero, un empresario llamado Juan de Dios Govantes y Valdivia se encargó del proyecto. Él tenía una fábrica de plomo en Tomares. Las obras fueron dirigidas por el arquitecto Balbino Marrón.
La "Casa de las Aguas" se inauguró el 16 de septiembre de 1851 en la actual calle Betis. El agua llegaba por tubos de plomo de 4.350 metros de largo y se guardaba en dos grandes depósitos. Había 22 grifos, y uno de ellos estaba en la fachada para que las personas sin recursos pudieran beber gratis. También había un pequeño estanque para que los perros bebieran el agua sobrante. Las paredes estaban decoradas con azulejos de Valencia.
Sin embargo, esta Casa de las Aguas no duró mucho. En 1885, una compañía de suministro de agua para Sevilla obtuvo permiso para llevar agua a Triana a través de una tubería provisional en el puente de Isabel II. Esta tubería se hizo permanente después de construir una pasarela de agua en 1898.
La Fuente de Tomares en el Arte
El agua de la fuente de Tomares era tan popular en Sevilla que aparece en muchas obras literarias. Algunos ejemplos son:
- Un libro de Juan del Mal Lara de 1570.
- La obra de teatro "Don Álvaro o la fuerza del sino" de Ángel de Saavedra, Duque de Rivas, de 1839.
- Un poema de José Fernández-Espino de 1859, basado en una leyenda popular de Tomares.
- Estudios médicos de Sevilla de Philip Hauser de 1882.
- La novela "Diego Corriente" de Manuel Fernández y González de 1866-1867.
La Fuente de Tomares Hoy
En las últimas décadas, las obras públicas en Tomares han causado la pérdida de algunas instalaciones históricas, como esta fuente. A veces, el desconocimiento de las tradiciones y la historia por parte de algunas personas que no nacieron en el pueblo ha contribuido a esta pérdida.