Francisco Pinto Berraquero para niños
Francisco Pinto Berraquero (1924-2004) fue un talentoso escultor nacido en Jerez de la Frontera, una ciudad en Andalucía, España. Sus obras son muy conocidas y apreciadas en su tierra natal y más allá.
Francisco Pinto Berraquero nació el 6 de junio de 1924 en el centro histórico de Jerez.
Contenido
Francisco Pinto Berraquero: Un Escultor de Jerez
Sus Primeros Pasos en el Arte
La pasión de Francisco Pinto por el arte comenzó muy temprano. Desde los once años, aprendió en el taller de su padre, Lutgardo Pinto Ruiz. Allí, se familiarizó con el trabajo de la madera y el arte de crear imágenes. Estaba rodeado de artesanos y obras que seguían un estilo clásico de belleza.
Entre 1939 y 1941, Francisco asistió a la Escuela de Artes y Oficios de Jerez de la Frontera. Esta etapa le dio una nueva forma de ver su oficio. Tuvo maestros importantes como Nicolás Soro, Juan Padilla y Juan Luis Vassallo. Ellos le enseñaron un estilo diferente, que lo animó a buscar más conocimientos en Madrid.
Aprendizaje en Madrid
En 1941, después de terminar sus estudios en Jerez, Francisco se mudó a Madrid. Ingresó en la Escuela Central de Arte y Oficios. En Madrid, el ambiente artístico tenía dos estilos principales. Uno era el realismo, que mostraba la realidad española. El otro era el clasicismo, más optimista y abierto. Francisco aprendió de maestros de ambos estilos, como Vassallo, Marco Pérez, Pérez Comendador, Capuz, Juan Adsuara y Manuel Álvarez Laviada.
Uno de sus primeros profesores fue José Capuz Mamano. Capuz era un artista que combinaba la creación de imágenes religiosas con la búsqueda de nuevas formas en la escultura. Sus clases enseñaron a Francisco a crear esculturas suaves y naturales.
Durante su tiempo en Madrid, Francisco trabajó como aprendiz en varios estudios. Uno de ellos fue el de Juan Cristóbal González Quesada, conocido por sus retratos y monumentos. Pero su verdadero maestro fue Luis Marco Pérez. En su estudio, Francisco aprendió mucho sobre la creación de imágenes. Compartió conocimientos y amistad con el maestro y sus compañeros. Aprendió técnicas y actitudes que luego aplicaría en su propio taller.
Regreso a Jerez y Nuevas Obras
En 1950, Francisco terminó sus estudios y regresó a Jerez. Empezó a crear obras sobre temas que le encantaban. Estos incluían los oficios y la vida de los trabajadores de Jerez, como los vendimiadores (quienes recogen la uva) y los arrumbadores (quienes trabajan en las bodegas).
Sus primeros trabajos importantes fueron imágenes religiosas. En ellas, se veía la influencia de sus maestros. Algunas de estas obras incluyen:
- El grupo escultórico para la Capilla de los Evangelistas en la Catedral de Málaga (1954).
- La imagen de María Magdalena para la Hermandad de la Lanzada, en Jerez (1955).
- El Cristo Yacente de la Hermandad del Santo Entierro en Lora del Río, Sevilla (1957).
- La imagen de la Virgen del Patrocinio, Hermandad de Santa Marta de Jerez (1959).
En 1956, viajó a París con su amigo Manuel Romero. Allí descubrió la obra de Emile Antoine Bourdelle, que influyó mucho en sus trabajos posteriores. Un ejemplo de esta influencia es el Monumento a Shakespeare en el Parque González Hontoria en Jerez (1957). Desde entonces, Francisco dividió su tiempo entre las imágenes religiosas y la búsqueda de un estilo más personal.
En 1965, Francisco empezó a dar clases en la Escuela de Artes y Oficios de Jerez. También se asoció con Manuel Prieto Fernández, un antiguo alumno. Juntos dirigieron un taller hasta 1982. Una de las obras más destacadas de esta época es la imagen de Nuestro Padre Jesús de las Misericordias, Hermandad de la Candelaria, en Jerez (1977).
Su Época Más Madura
A partir de 1982, Francisco se dedicó a explorar nuevas formas en su escultura y pintura. Buscó un estilo propio, con más expresividad y un toque más abstracto. Sus obras se mostraron en muchas exposiciones.
El mundo de las bodegas y los viñedos se convirtió en una gran inspiración para él. Los trabajos tradicionales, como el movimiento de las botas de vino o la tonelería (hacer barriles), se transformaron en motivos artísticos. Un ejemplo es el Monumento al Arrumbador en Jerez (1992).
También realizó otras obras para hermandades, donde sus esculturas iban más allá de lo religioso. Entre ellas, los sayones para la Hermandad del Stmo. Cristo de la Exaltación de Jerez (1984).
Últimos Años y Legado
Entre 1988 y 2004, Francisco trabajó intensamente en proyectos personales. Creó numerosos monumentos en piedra o bronce. Algunos de ellos son:
- El dedicado a Bartolomé Pérez (1990) y al Mayeto (1992) en Rota.
- El monumento a las Aguas en Jerez (1993).
- El monumento a San Juan de Dios en Sevilla (1993).
Francisco Pinto Berraquero falleció el 7 de abril de 2004 en Jerez de la Frontera. Ese mismo año, se hicieron dos exposiciones en su honor. En 2007, se realizó una gran exposición de toda su obra en el Palacio de Villavicencio, en el Alcázar de Jerez.
Podemos encontrar una colección de sus obras y su vida en el libro publicado con motivo de la exposición en el Palacio de Villavicencio, Alcázar de Jerez, Francisco Pinto Berraquero, vida y obra de un escultor.