Faro para niños
Un faro es una torre especial que se encuentra en la costa o en tierra firme. Su trabajo principal es emitir una luz muy potente para guiar a los barcos y, a veces, a los aviones. Los faros son como señales luminosas que ayudan a los navegantes a saber dónde están y a evitar peligros, especialmente de noche o con mal tiempo. Cada faro tiene un patrón de luz único, como un código, que permite identificarlo. La palabra "faro" viene del griego antiguo y hace referencia a una famosa torre de señales en la isla de Faro, en Egipto.

Contenido
¿Cómo se identifican los faros?
La luz especial de cada faro

Los faros marítimos usan unas lentes especiales llamadas lentes de Fresnel. Estas lentes son muy importantes porque ayudan a que la luz de la lámpara sea mucho más brillante y se vea desde muy lejos. La luz se emite en haces que giran 360 grados, como un rayo que da vueltas.
Cada faro tiene un patrón de luz diferente. Esto significa que la luz puede ser de un color específico, aparecer y desaparecer a ciertos intervalos, o tener una combinación única de destellos. Así, los marineros no solo ven la luz, sino que también pueden saber qué faro es y dónde se encuentran en la costa.
Señales de sonido para la niebla
En días de mucha niebla, cuando la luz no se ve bien, algunos faros tienen sirenas. Estas sirenas emiten sonidos fuertes para avisar a los barcos de que están cerca de la costa.
Hoy en día, existen sistemas de navegación por satélite, como el GPS, que son muy avanzados. Aunque estos sistemas son muy útiles, los faros siguen siendo importantes. Ayudan a los marineros a confirmar su posición en los mapas, especialmente durante la noche.
La historia de los faros: Guías luminosas a través del tiempo
Faros antiguos y medievales
Desde hace miles de años, los seres humanos han usado señales luminosas para guiar a los barcos. En la Antigüedad, se encendían hogueras en lugares altos para indicar la tierra. Uno de los faros más famosos de la historia fue el de Alejandría, en Egipto, construido por el rey Ptolomeo II. Era una torre enorme y muy impresionante.
Se cree que antes de los romanos y los griegos, civilizaciones como los fenicios y los cartagineses ya encendían grandes fuegos en torres de vigilancia en la costa. De los faros romanos, quedan pocos, pero algunos aún conservan su forma original, como el faro del Castillo de Dover en Inglaterra. La Torre de Hércules en La Coruña, España, es otro ejemplo antiguo que ha mantenido su forma cuadrada original, aunque fue restaurada.

Durante la Edad Media y la Edad Moderna, los faros no cambiaron mucho en su funcionamiento. Eran torres con una plataforma arriba donde se encendían hogueras de madera, carbón o alquitrán. Más tarde, algunos faros empezaron a usar lámparas de aceite o sebo dentro de una estructura llamada linterna, que protegía la llama.
En España, muchas torres de vigilancia medievales y renacentistas a lo largo de la costa se han adaptado para funcionar como faros modernos. Un ejemplo es el faro de Camarinal en Zahara de los Atunes. Otro faro muy antiguo en España es el faro de Portopí en Palma de Mallorca, del que se tiene registro desde el siglo XIV.
Fuera de España, faros como el de Cordouan en Francia, del siglo XVII, eran edificios muy elaborados con varias plantas y decoraciones. El faro de Kõpu en Estonia, del siglo XVI, era más como una fortaleza, con una torre sólida y sin habitaciones interiores.
Avances en los siglos XVIII y XIX
A principios del siglo XVIII, se empezaron a usar linternas de metal, que resistían mejor el calor. Pero los grandes cambios tecnológicos llegaron a finales de ese siglo. En 1786, un ingeniero francés llamado Joseph Teulère mejoró las lámparas usando un tipo de lámpara inventada por Ami Argand, rodeada de espejos que reflejaban la luz. También creó el primer sistema mecánico para que la luz girara. Así nacieron los primeros faros con luces giratorias.
Sin embargo, los espejos perdían mucha luz y se dañaban con la sal del mar. El gran avance llegó en el siglo XIX con la invención de las lentes escalonadas por Augustin Fresnel. Estas lentes, que se instalaron por primera vez en el faro de Cordouan en 1823, concentraban y hacían el haz de luz mucho más potente que cualquier sistema anterior.
La fuente de energía para la luz también cambió mucho. Se pasó del carbón a aceites de pescado, aceites minerales y aceites vegetales como el de colza y oliva. En España, se usó mucho el aceite de oliva hasta finales del siglo XIX, cuando se empezó a usar parafina.
En el siglo XIX, también se experimentó con gases para la iluminación, como el gas Pintsch y el gas Blau. A finales de ese siglo, la electricidad comenzó a usarse en algunos faros con lámparas de arco eléctrico, pero el vapor de petróleo se hizo más popular a principios del siglo XX.
Los faros en los siglos XIX y XX
Durante el siglo XIX, muchos países europeos crearon planes para construir faros a lo largo de sus costas y para que todos los faros tuvieran un sistema de señalización similar. En España, el primer plan importante fue en 1847. Se clasificaron los faros según el tamaño de sus lentes y la distancia a la que se veía su luz.
Las linternas de los faros también se estandarizaron. Había dos tipos principales: el inglés, con una cúpula cónica, y el francés, con una cúpula cilíndrica. España adoptó el sistema francés para sus nuevos faros.

En los años 1920, el sueco Gustaf Dalen inventó una lámpara de gas acetileno que producía destellos automáticamente y podía girar con la presión del gas. Este invento fue muy importante porque permitió que los faros funcionaran sin necesidad de que alguien los vigilara todo el tiempo. Esto abrió el camino para los faros automáticos. Más tarde, se usaron gases como el butano y el propano, hasta que la electricidad se hizo común a mediados del siglo XX. Hoy en día, muchos faros usan generadores o paneles solares para obtener energía.
El primer faro español en usar electricidad fue el Faro de cabo Villano, en la Costa de la Muerte. Su energía eléctrica venía de dos grandes máquinas de vapor.
Hasta finales del siglo XX, los faros tenían "guardafaros" o "fareros", personas que vivían en el faro y se encargaban de mantenerlo y limpiarlo, especialmente las luces. Actualmente, la mayoría de los faros funcionan de forma automática y se controlan a distancia, por lo que ya no necesitan un farero viviendo allí.
Los faros aéreos, que guían a los aviones, suelen estar en aeropuertos, como el de Torrejón de Ardoz.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Lighthouse Facts for Kids