Diego Peláez para niños
Diego Peláez fue un importante obispo de Santiago de Compostela durante la Edad Media. Fue una figura destacada de la nobleza de la Iglesia en Galicia y ayudó a que su diócesis y las tierras bajo su control fueran muy poderosas en esos siglos.
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¿Cómo fue el gobierno de Diego Peláez en Santiago?
Diego Peláez fue nombrado obispo poco después de que el rey de Galicia, García, fuera capturado por su hermano Sancho II de Castilla. Sin embargo, siempre se sospechó que Peláez apoyaba al rey García.
Reorganización y mejoras en la región
El obispo Peláez se encargó de organizar la gran región de Santiago, que iba desde el río Iso hasta el océano Atlántico. Hizo muchas mejoras:
- Mejoró la forma en que se impartía la justicia.
- Organizó mejor la administración de las tierras.
- Fortaleció la defensa militar para proteger la región de ataques de los normandos o de conflictos internos.
- Creó su propia moneda, lo que ayudó a impulsar el comercio.
- Tomó medidas para que el clero (los sacerdotes y monjes) cumpliera mejor sus reglas.
- Llegó a acuerdos con algunos monasterios, como el de Antealtares, y puso límites a la expansión de otros, como el de San Martín Pinario.
La construcción de la Catedral y las peregrinaciones
Alrededor del año 1075, el obispo Peláez comenzó las obras de la gran catedral románica de Santiago. Esta catedral se convirtió en un centro muy importante para la cultura europea, atrayendo a los mejores artistas y pensadores a través de su escuela. Puso al maestro Bernardo a cargo de la construcción.
También impulsó las peregrinaciones a Santiago de Compostela, haciendo que se convirtieran en un fenómeno muy grande en toda Europa. Se le considera uno de los promotores de la reforma gregoriana en los reinos de la península ibérica.
¿Por qué tuvo conflictos políticos?
Diego Peláez también fue una figura política importante y tuvo un enfrentamiento con el rey Alfonso VI de León.
La disputa por la importancia de las ciudades
Cuando el rey Alfonso VI reconquistó Toledo en 1085, Peláez quiso evitar que Toledo se convirtiera en la capital más importante de la Iglesia y la política de los reinos cristianos. Santiago aspiraba a ser ese lugar, como una sede apostólica y el centro de la cristiandad relacionada con el apóstol Santiago. Sin embargo, ni la sede de Braga en Galicia ni la de Toledo en León aceptaban que una diócesis nueva como Santiago les quitara sus derechos históricos.
El levantamiento en Galicia
Parece que Diego Peláez estuvo involucrado en un levantamiento liderado por el noble gallego Rodrigo Ovéquiz. Fue un conflicto violento que al rey Alfonso VI le costó dos años controlar. Para resolverlo, el rey dividió el reino de Galicia en dos partes. Una quedó bajo el mando del conde Raimundo de Borgoña y su esposa Urraca (quien era llamada "Emperatriz de toda Galicia") al norte del Miño. La otra parte, en las tierras portuguesas, quedó bajo el dominio de Enrique de Borgoña y su hija Teresa.
¿Qué pasó con la acusación y la caída de Diego Peláez?
En medio de esta situación política inestable, Diego Peláez fue acusado de traición. Se cree que conspiró para que el reino de Galicia recuperara su independencia, buscando una alianza con el líder normando Guillermo el Conquistador.
Destitución y exilio
Fue destituido de su cargo en el Concilio de Husillos en 1088. El rey Alfonso lo encarceló y lo trató mal. Después de su destitución, se nombró como su sucesor al abad Pedro de Cardeña, quien no pudo impedir que Alfonso VI se hiciera con el control de las tierras de Compostela.
El papa Urbano II intervino y desaprobó lo que había hecho el rey Alfonso VI, declarando nula la elección del abad de Cardeña porque no se había hecho con su permiso. Sin embargo, después de hablar con el rey Alfonso VI, el papa Urbano II confirmó la sentencia, dejando a Peláez sin su diócesis, pero sin quitarle su dignidad de obispo.
En 1094, Diego Peláez logró escapar de su prisión y se refugió en Aragón. Ese mismo año, se nombró al francés Dalmacio como obispo de Iria y Compostela. Dalmacio había sido enviado por el poderoso abad Hugo de Cluny con la misión secreta de resolver los desacuerdos entre los condes Raimundo y Enrique de Borgoña.
Las presiones de la corte de León y del arzobispo Bernardo de Toledo lograron que Peláez fuera finalmente despojado de su diócesis. El papa, sin embargo, permitió que pudiera ejercer como obispo si otra diócesis lo necesitaba. Una vez en libertad, Diego Peláez pasó el resto de sus días en el exilio. Diego Gelmírez, quien fue su sucesor, reconoció sus importantes logros.