Cortes de Barcelona (1377) para niños
Las Cortes Catalanas de 1377 fueron una reunión importante convocada por el rey Pedro IV el Ceremonioso en Barcelona. Estas Cortes se llevaron a cabo entre los años 1377 y 1378.
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¿Qué fueron las Cortes Catalanas de 1377?
Las Cortes eran asambleas donde se reunían representantes de diferentes grupos sociales de Cataluña: la nobleza, el clero (miembros de la Iglesia) y los ciudadanos de las ciudades importantes. Su propósito era discutir asuntos importantes del reino, como las leyes y los impuestos, y ayudar al rey a gobernar.
¿Cuándo y dónde se celebraron las Cortes de 1377?
Inicialmente, las Cortes anteriores, que se habían celebrado en Monzón (1376-1377), se extendieron para los catalanes en Gandesa el 27 de enero de 1377. Debían comenzar el 1 de marzo, pero no se abrieron allí. Por eso, se decidió trasladarlas a Barcelona, donde finalmente comenzaron el 27 de abril de 1377.
Problemas y acusaciones en la Generalidad
Durante estas Cortes, surgieron dudas sobre cómo estaban actuando los representantes de la Generalidad. La Generalidad era una institución que se encargaba de administrar los recursos que las Cortes aprobaban para el rey.
El caso de Guillem de Guimerà
Uno de los principales señalados fue Guillem de Guimerà i d'Abella. Se le acusó de haber manejado mal el dinero y de haber obtenido beneficios personales. Él era el gran Prior de la Orden del Hospital, una importante orden religiosa.
A pesar de estas acusaciones, Guillem de Guimerà seguía participando en comisiones de trabajo y representando a las Cortes ante el rey.
La propuesta de Juan I de Ampurias
El 28 de agosto de 1377, Juan I de Ampurias propuso que se despidiera a todos los funcionarios de la Generalidad. Esto incluía desde los diputados y consejeros hasta los que revisaban las cuentas, los porteros y los escribanos. Solo se salvaba Hug de Santapau, que era un oyedor militar.
Esta propuesta fue aprobada, aunque muchos diputados no estaban presentes. Cuando la propuesta llegó al rey, él la rechazó. Dijo que no se había seguido el procedimiento correcto y que no había suficientes personas presentes (lo que se conoce como quórum) cuando se votó.
Renuncia de los diputados y nuevo presidente
Aunque el rey salvó sus puestos, los diputados decidieron renunciar por una cuestión de honor. Para reconocer la injusticia que había sufrido Guillem de Guimerà, se le dio el privilegio de elegir al nuevo representante del clero. Él eligió a Galceran de Besora i de Cartellà, quien fue nombrado nuevo presidente de la Generalidad el 16 de octubre de 1377.
A pesar de este reconocimiento, Guillem de Guimerà se sintió muy afectado por lo ocurrido. Decidió dejar la política y dedicarse por completo a sus actividades en el gran priorado de Cataluña.
Reorganización de la Generalidad
La situación en la Generalidad no se consideró resuelta. Por eso, al final de las Cortes, en agosto de 1378, se decidió crear una "comisión reorganizadora". Esta comisión estaba formada por personas nuevas con mucho poder. Tenían hasta septiembre de 1378 para presentar una propuesta sobre cómo mejorar la institución.
La comisión recomendó que los diputados que acababan de ser nombrados un año antes fueran destituidos y luego nombrados de nuevo, pero con un sueldo más bajo. Los miembros de esa diputación, que duró poco tiempo, protestaron. Finalmente, fueron destituidos y se les encargó trabajar en la defensa marítima contra el duque Luis I de Anjou, que amenazaba las costas de Valencia.
Nuevo presidente y desafíos
Ramon Gener, quien formaba parte de la comisión reorganizadora, fue elegido nuevo presidente de la Generalidad el 7 de enero de 1379. Sin embargo, no tuvo todos los poderes hasta que el rey confirmó su nombramiento el 10 de marzo de 1379.
Durante esos dos meses, los encargados de revisar las cuentas no aceptaron la decisión de la comisión. Se negaron a jurar los sellos y los libros de cuentas a los nuevos diputados, lo que causó más problemas.
Aportaciones económicas de las Cortes
Las Cortes también decidieron otorgar una cantidad adicional de 110.000 libras al dinero que ya se había dado en las Cortes de Monzón. Este dinero se dividiría así:
- 30.000 libras para un impuesto llamado fogaje (que se cobraba por cada hogar).
- 50.000 libras por la venta de censales de la Generalidad (que eran como préstamos con interés).
- 30.000 libras más del fogaje, pero solo si el conde de Anjou atacaba Cataluña. Afortunadamente, esto no sucedió.
Predecesor: Cortes de Monzón (1376-1377) |
Cortes Catalanas 1379-1380 |
Sucesor: Cortes de Barcelona (1379) |