Convento de las Madres Carmelitas (Peñaranda de Bracamonte) para niños
Datos para niños Convento de las Madres Carmelitas |
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Localización | ||
País | ![]() |
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Comunidad | ![]() |
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Provincia | ![]() |
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Localidad | Peñaranda | |
Datos generales | ||
Categoría | Monumento | |
Código | RI-51-0009046 | |
Estilo | arquitectura barroca | |
El Convento de las Madres Carmelitas Descalzas es un edificio histórico muy importante en Peñaranda de Bracamonte, una localidad de la Provincia de Salamanca, en España. Fue fundado por don Gaspar de Bracamonte Guzmán, quien apoyó mucho a la Orden de las Carmelitas. Él fue enterrado en el claustro de este mismo convento.
En el año 1667, se aprobaron los planos del hermano Juan de San José para construir el convento. Después, se buscó un lugar adecuado para su construcción, que se encontró a las afueras del pueblo. Este convento es especial porque guarda una de las mejores colecciones de pinturas italianas y objetos de bronce de Nápoles que existen en la zona.
Contenido
Descubre la Arquitectura del Convento de Peñaranda
El Convento de las Madres Carmelitas Descalzas es un ejemplo fascinante de la arquitectura de su época. Su diseño y construcción nos cuentan una historia de arte y devoción.
¿Cómo se construyó el Convento de las Carmelitas?
Parece que lo primero que se construyó fue la capilla de Loreto, que está detrás del altar mayor. Después, se edificaron la iglesia, el convento y las demás partes del conjunto.
La iglesia tiene un tamaño mediano y su planta tiene forma de cruz latina. Esto significa que tiene una nave principal y un crucero (la parte que cruza la nave) que sobresale. En el centro del crucero hay una cúpula. La nave principal está dividida en tres secciones por arcos que se apoyan en pilastras, que son columnas cuadradas o rectangulares pegadas a la pared.
Capillas Interiores y sus Detalles
En la tercera sección de la nave, en el lado izquierdo (llamado lado del Evangelio), se encuentra la capilla de San José. Esta capilla tiene una cúpula que se apoya en unas estructuras llamadas pechinas. Fue diseñada por Fray Pedro de la Visitación. En el lado derecho (llamado lado de la Epístola), está la capilla de Santa Teresa, que es muy parecida y tiene una reja de madera del final del siglo XVII.
A través de dos puertas en la parte trasera de la capilla mayor, se llega a la capilla de Loreto. Esta es una sala rectangular con cuatro secciones, separadas por arcos que se apoyan en pilastras sencillas.
¿Cómo es el Exterior del Convento?
El exterior del convento es muy sencillo y austero. Está hecho de ladrillo visto, excepto la entrada principal, que se encuentra en la fachada sur. Esta fachada tiene pilastras lisas a los lados y un frontón triangular (una parte superior con forma de triángulo) con adornos en las esquinas.
La entrada principal es un arco de medio punto, enmarcado por pilastras lisas. Encima del arco, hay un espacio con la imagen de Santa Teresa, que fue creada en la segunda mitad del siglo XVII.
El Claustro y sus Características
El claustro del convento es también sencillo y austero. En el piso de abajo, cada lado tiene cinco arcos de medio punto que se apoyan en pilares cuadrados. En el piso de arriba, las aberturas son adinteladas, es decir, tienen una viga recta en la parte superior.
Las cinco secciones de cada lado del claustro están separadas por arcos que se apoyan en pilastras adosadas. Los techos de estas secciones son bóvedas de lunetos y bóvedas de arista en las esquinas.
En el año 1714, Gregorio Rodríguez y Juan del Pozo construyeron un atrio (un patio cubierto) con barandillas de hierro a la entrada de la iglesia. Este atrio fue diseñado por fray Pedro de la Visitación y con su construcción se terminó todo el conjunto del convento.
El Tesoro Artístico del Convento: Obras Maestras
El Convento de las Madres Carmelitas Descalzas alberga una impresionante colección de arte, gracias al esfuerzo de su fundador, Gaspar de Bracamonte.
¿Qué Obras de Arte Famosas se Encuentran en el Convento?
Gaspar de Bracamonte se aseguró de que el convento que fundó tuviera un valioso patrimonio artístico. Aprovechando su cargo como virrey de Nápoles, encargó traer al convento obras de los artistas más importantes de su tiempo.
Especialmente destacadas son las obras de Luca Giordano, de quien el convento conserva al menos seis pinturas de gran calidad. Entre ellas están:
- La Anunciación, que preside el altar mayor de la iglesia.
- Una Transverberación de Santa Teresa.
- Escenas de la pasión, como un Ecce Homo, Presentación al pueblo judío, Jesús con la cruz a cuestas y La Piedad o descendimiento.
Otros artistas importantes representados en el convento son:
- Andrea Vaccaro con su Oración en el huerto de los olivos.
- Lazzaro Baldi con Santa Rosa de Lima.
- Jacopo Bassano con el Santo entierro.
- Guido Reni con la Asunción y Coronación de la Virgen. De esta última obra, existen otras versiones en el Museo del Prado, la National Gallery de Londres y Bolonia. La versión del convento es considerada por los expertos como obra de su taller.
Además, en los altares hay una serie de obras de cobre de estilo flamenco, cuyos autores aún no han sido identificados.
Bronces y Relicarios Únicos
En la parte superior del altar, se conserva un Calvario de bronce dorado. Está colocado dentro de un nicho de ébano, flanqueado por dos columnas. Delante de cada columna, hay figuras de María y San Juan Evangelista, ambas esculturas muy detalladas y bien hechas, de origen italiano.
También en bronce dorado, en la capilla de la Virgen de Loreto, se guarda un relicario muy especial y hermoso, probablemente de Sicilia. Tiene forma rectangular y en el centro hay un nicho con un calvario hecho de ámbar y figuras de marfil que representan escenas de la vida de Cristo en miniatura. Sus puertas son de ébano y, además de varias reliquias de santos, guarda una astilla del Lignum Crucis (un fragmento de la cruz de Cristo).
Esculturas y la "Cruz de las Postrimerías"
Varias esculturas que se conservan en el convento podrían ser obra de Gregorio Fernández, un famoso escultor.
De gran valor es una cruz llamada "de las postrimerías", de origen napolitano. En ella, cinco rostros tallados en cera representan las etapas finales de la vida:
- La muerte, en el centro de la Cruz.
- El purgatorio, con la boca entreabierta.
- El paraíso, con un semblante que refleja paz, postura erguida y ojos mirando al cielo.
- El limbo, una figura con rasgos infantiles y expresión ingenua.
- El infierno, representado por un rostro más bien macabro, acentuado por demonios que lo flanquean.