Convento de Santiago (Calera de León) para niños
Datos para niños Convento de Santiago |
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Localización | ||
País | ![]() |
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Provincia | ![]() |
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Localidad | Calera de León | |
Datos generales | ||
Categoría | Monumento | |
Código | RI-51-0000403 | |
Declaración | 4 de junio de 1931 | |
Construcción | 1528 - 1553 | |
Estilo | Renacentista y gótico | |
El Convento de Santiago Apóstol es un edificio histórico que se encuentra en Calera de León, un pueblo de la provincia de Badajoz, en la comunidad autónoma de Extremadura, España. Fue construido entre los siglos XV y XVI. Este convento es muy importante, por eso está declarado como Bien de Interés Cultural.
Historia del Convento de Santiago Apóstol
¿Por qué se construyó un nuevo convento?
A finales del siglo XVI, el Monasterio de Tentudía se había quedado pequeño y tenía problemas como el frío y muchos insectos. Por eso, en 1527, se decidió construir un nuevo edificio. Los religiosos del monasterio querían que el nuevo convento estuviera en Calera de León, junto a la iglesia de Santiago que ya existía allí. Esta decisión fue confirmada por Juan Riero en una reunión importante de la Orden de Santiago ese mismo año.
El inicio de las obras y los cambios de planes
Cuatro meses después de la decisión, se aprobaron los planos del nuevo edificio. Las obras comenzaron en agosto de 1528. El Consejo de la Orden de Santiago encargó a Juan Riero la supervisión de la construcción. Sin embargo, unos meses más tarde, las obras se detuvieron. Se pensó en trasladar el convento a Bienvenida, a unos 24 kilómetros de Calera.
Un caballero de la Orden, Fernán Ruiz, escribió un documento explicando por qué no era buena idea construir en Calera. Mencionó que se necesitaba un lugar con tierras y huertas para el convento. También señaló los problemas económicos del ayuntamiento de Calera de León, que debía pagar la iglesia. Por estas razones, se sugirió Bienvenida, que era el pueblo natal de Juan Riero.
La intervención del rey y la decisión final
El 30 de enero de 1529, el rey Carlos V firmó una orden para empezar las obras en Bienvenida. La construcción allí fue más rápida porque no había problemas de dinero. Esto molestó a los pueblos de la zona y al Convento de San Marcos de León, que enviaron una queja al Consejo de la Orden.
Finalmente, el 19 de junio, la emperatriz Isabel ordenó a Juan Riero detener las obras en Bienvenida. Años después, en noviembre de 1531, el Consejo de la Orden pidió a García de Herrera, prior de San Marcos, que dirigiera una comisión para decidir cuál era el mejor lugar para el convento. Después de visitar ambos pueblos, se decidió que Calera de León era el sitio adecuado.
La finalización de la construcción
En 1533, las obras se reanudaron en Calera de León y casi terminaron en 1553. En la segunda mitad del siglo XVI, se completó la construcción del cuerpo de la iglesia. Solo la Capilla Mayor se mantuvo del antiguo templo.
Traslados de religiosos
Entre 1560 y 1562, el rey Felipe II ordenó a los religiosos del Convento de San Marcos de León que se mudaran al nuevo convento en Calera. Esto era temporal, mientras se construía un nuevo convento para ellos en Mérida. Al principio se negaron, y el prior de San Marcos fue encarcelado. En 1564, el nuevo prior, Bernardino de Aller, recibió la misma orden y los religiosos se establecieron en Calera de León hasta 1578, cuando finalmente se trasladaron a Mérida.
El abandono y la protección del convento
A finales del siglo XVIII, el convento estaba muy abandonado. En el siglo XIX, con la desamortización (cuando el Estado tomaba propiedades de la Iglesia), nadie mostró interés en el convento, y en 1838 pasó a manos de los habitantes de Calera de León.
En 1930, el convento fue vendido a Antonio Gómez del Castillo, quien quería desmantelarlo y llevarlo a Norteamérica. Las autoridades de Calera de León actuaron rápidamente, informando a la Comisión de Monumentos y al Gobernador Civil de Badajoz, quienes detuvieron el desmantelamiento. Ese mismo año, la Dirección General de Bellas Artes pidió información sobre el edificio para decidir si debía conservarse.
El mal estado del convento llevó a Antonio Gómez a pedir su demolición para evitar un derrumbe. Esto causó un debate entre quienes querían conservarlo y quienes querían demolerlo. En medio de esta situación, el 4 de junio de 1931, el convento de Calera de León fue declarado Tesoro Artístico Nacional.
Esfuerzos por la conservación y restauración
En 1932, Antonio Gómez vendió el edificio a Ignacio Martínez, quien propuso demolerlo, pero trasladar las bóvedas góticas a Madrid y ceder el resto al Estado. Esta propuesta fue rechazada por la Comisión Provincial de Monumentos de Badajoz, pero aceptada por la Dirección de Bellas Artes. A pesar de la oposición de los campesinos, que impidieron el traslado de las bóvedas, el Estado expropió el convento en diciembre de 1944 para asegurar su conservación.
El convento ha sido restaurado varias veces. En enero de 1935, se destinaron 10.000 pesetas para asegurar las bóvedas. No se volvió a intervenir hasta 1967, cuando se hicieron mejoras para evitar que se cayera. Hubo más proyectos de recuperación en 1971, 1979 y 1981. En agosto de 2001, se realizó una restauración más importante con una inversión de 400 millones de pesetas.