Baldassare Ferri para niños
Baldassare o Baldassarre Ferri (nacido en Perugia, Italia, en 1610 y fallecido en la misma ciudad el 18 de diciembre de 1680) fue un cantante italiano muy famoso. Se le considera uno de los primeros grandes artistas en tener una voz masculina muy aguda, similar a la de una soprano. Las personas de su tiempo decían que su voz era dulce y potente a la vez. También destacaban su claridad, su gran alcance, su agilidad y lo bien que sonaba en todas las notas. Además, era un cantante muy expresivo.
Ferri era conocido por su increíble control de la respiración. Podía empezar una frase sin esfuerzo, incluso después de haber cantado un pasaje muy difícil. Era alto, apuesto, con modales amables y vestía con mucho estilo.
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Baldassare Ferri: Un Cantante Extraordinario
Baldassare Ferri fue una figura destacada en la música del siglo XVII. Su talento vocal lo llevó a las cortes más importantes de Europa. Su historia es un ejemplo de cómo la dedicación y el don natural pueden llevar a una persona a la cima.
Sus Primeros Pasos en la Música
Ferri nació en Perugia, Italia, en 1610. Cuando tenía 11 años, empezó a trabajar para el cardenal Crescenzi en Orvieto. El cardenal, al escuchar su voz, se dio cuenta de su enorme potencial. Por eso, lo tomó bajo su protección y se convirtió en su benefactor.
Fue llevado a Roma, donde comenzó a estudiar canto de forma muy rigurosa. Su maestro fue Ugolini, quien dirigía la Capilla de San Pedro. Después de cuatro años de estudios intensos, la voz y la técnica de Ferri estaban perfectamente desarrolladas. Permaneció en Roma hasta 1625.
Fama en Italia y Europa
En 1625, Baldassare Ferri comenzó su carrera en el teatro con un éxito asombroso. Se mudó a Florencia, donde su popularidad creció rápidamente. Se cuenta que, a cuatro kilómetros de la ciudad, una multitud de admiradores fue a su encuentro. Lo bajaron de su carruaje y lo llevaron en hombros hasta la ciudad.
En Florencia, tuvo la oportunidad de cantar en una ópera del famoso compositor Claudio Monteverdi. Después, se trasladó a Venecia. Allí, recibió la orden de Caballero de San Marcos. Este reconocimiento fue por su gran contribución a la música. Su benefactor, el cardenal Crescenzi, permitió que el príncipe Ladislao de Polonia lo llevara a Varsovia. Allí fue recibido como un gran tesoro.
Su Éxito en la Corte de Polonia
En Polonia, Baldassare Ferri trabajó para tres reyes seguidos entre 1625 y 1645. Estos fueron Ladislao VII, Segismundo III y Juan Casimiro. En 1645, la reina Cristina de Suecia lo invitó a dar una serie de conciertos en su corte.
En ese momento, Suecia y Polonia estaban en guerra. Sin embargo, la fama y la importancia de Ferri eran tan grandes que se acordó una tregua. Esto permitió que el cantante viajara a la corte de la Reina Cristina. Actuó durante dos semanas y luego regresó a Varsovia. Después de su regreso, las hostilidades entre los países se reanudaron.
Giras por Europa y Reconocimiento
En 1645, Ferri terminó su servicio en la corte polaca y viajó de nuevo a Suecia. La reina Cristina era conocida por su gran admiración por los cantantes de voz aguda. Ferri actuó en todas las grandes cortes de Europa, siempre con un éxito rotundo. Ganó grandes sumas de dinero y recibió muchas condecoraciones.
Sus presentaciones solían ser "privadas". Esto significa que cantaba dentro de una corte o en un teatro construido en un palacio. Actuaba para un número reducido de cortesanos y monarcas, no en teatros públicos como lo hizo al principio en Florencia y Venecia. En 1669, viajó a Londres, donde fue recibido con gran entusiasmo por sus admiradores. Se dice que, después de una ópera en la que cantó el personaje de Zefiro, una mujer enmascarada le regaló un anillo con muchas piedras preciosas.
La Voz de Ferri y sus Últimos Años
El famoso musicólogo Giovanni Andrea Angelici-Bontempi escribió sobre la voz de Ferri en su biografía. Dijo: "No es posible hacerse una idea de la limpieza de su voz, de su agilidad y de la facilidad milagrosa al ejecutar los pasajes más difíciles. La afinación perfecta, la vivacidad brillante del trino y su respiración inaudible".
También mencionó: "Se le oía afrontar los pasajes más rápidos y difíciles con todos los cambios de volumen, y luego ejecutar un trino interminable, todo con la misma respiración. Subir y bajar por todas las notas de la escala en dos octavas, siempre con una seguridad perfecta, todo esto era un juego para él. Los músculos de su rostro no mostraban la más mínima contracción".
Después de Londres, Ferri viajó a Estocolmo, donde fue recibido con gran entusiasmo. Entre 1645 y 1665, trabajó para el Emperador Leopoldo I de Austria. El emperador lo apreciaba mucho y tenía en su colección de pinturas un retrato del cantante con la inscripción "Baldassarre Ferri, Rey de los Músicos".
Permaneció 20 años en la corte de Viena. Luego, se retiró a su ciudad natal, Perugia, a la edad de 55 años. Era inmensamente rico. Falleció el 18 de diciembre de 1680. Dejó bienes valorados en 600.000 escudos de oro a una institución de caridad para que su nombre fuera recordado.