Ahorcado, arrastrado y descuartizado para niños
Ahorcado, arrastrado y descuartizado , en inglés Hanged, drawn and quartered fue un tipo de ejecución implantado en Inglaterra desde 1351 a quienes eran hallados culpables de alta traición. El castigo fue registrado por primera vez durante el reinado del rey Enrique III (1216-1272) y de su sucesor, Eduardo I (1272-1307).
La severidad de la sentencia era medida de acuerdo a la seriedad del crimen. Dado que se trataba de un ataque a la autoridad del monarca, la alta traición era considerada un acto suficientemente deplorable para demandar la forma más extrema de castigo. Por ello, si bien algunos convictos lograron la conmutación de la pena y sufrieron un final menos ignominioso, durante varios siglos muchos hombres encontrados culpables de alta traición sufrieron esta pena máxima. Muchos personajes famosos fueron objeto de este castigo, como los más de cien sacerdotes católicos ingleses ejecutados en Tyburn. Las personas involucradas en complots religiosos, como la Conspiración de la pólvora, fueron ejecutadas, así como algunos regicidas que participaron en la sentencia a muerte del rey Carlos I. Durante la Rebelión de Monmouth de 1685, varios cientos de rebeldes fueron ejecutados en menos de un mes.
Aunque la ley del Parlamento de Inglaterra que definía el delito de alta traición se mantiene en los estatutos del Reino Unido, durante un largo período de reforma legal en el siglo XIX, la sentencia de hanged, drawn and quartered fue sustituida por otra forma de ejecución, aunque este castigo también quedó obsoleto en Inglaterra en 1870. Finalmente, la pena de muerte por traición fue abolida en 1998.
Traición en Inglaterra
La alta traición era la ofensa más atroz que podía cometer un individuo. Cualquier intento de socavar la autoridad del rey era considerado tan serio como si se le atacara personalmente: un asalto a su estatus como soberano y una amenaza directa a su derecho de gobierno. Se consideraba, pues, que la pena era absolutamente necesaria y que el crimen era merecedor de un castigo supremo. La ley declaraba que una persona había cometido alta traición en los siguientes casos: si se imaginaba la muerte del rey, de su mujer o de su hijo mayor (y heredero), si deshonraba a la esposa del rey, su hija mayor (si no estaba casada), o a la mujer de su hijo mayor (y heredero), si iniciaba una guerra contra el rey en su reino, si se adhería a los enemigos del rey en su reino, dándoles ayuda y confort en su reino o en cualquier otro sitio, si falsificaba el Gran Sello o el Sello Privado, o la moneda real, si importaba conscientemente moneda falsificada y, por último, si asesinaba al canciller, al tesorero o cualquiera de los jueces reales mientras se encontraban en su puesto de trabajo. De todos modos, la ley no limitaba la autoridad del rey en cuestión del alcance de la traición, pues contenía una condición que confería a los jueces ingleses la discreción de extender este alcance donde fuera necesario, proceso que se conoce como traición constructiva. También se aplicaba a los individuos de las colonias británicas en América y, aunque se llevaron a cabo algunas ejecuciones por traición en las provincias de Maryland y Virginia, sólo dos colonos fueron ejecutados por el método «hanged, drawn and quartered»: en 1630, William Matthews en Virginia, y en los años 1670, Joshua Tefft en Nueva Inglaterra. Sentencias posteriores concluyeron con el perdón o con la condena a la horca.
Sólo se necesitaba un testigo para declarar culpable a una persona de traición; en 1552, sin embargo, el número fue incrementado a dos. Los sospechosos eran, en primer lugar, interrogados en privado por el Consejo Privado antes de que fueran procesados. No se les permitía presentar testigos ni disponer de ningún tipo de ayuda para su defensa y, generalmente, se consideraban presuntos culpables ya desde el principio. Esto quiere decir que, durante siglos, cualquier persona acusada de traición se encontraba en una situación de desventaja legal muy acusada, lo que duró hasta finales del siglo XVII, cuando se introdujo la Treason Act 1695 después de que durante muchos años se hubieran presentado cargos de traición contra personas del Whig debido a motivos políticos. Esta enmienda permitió a los procesados disponer de un abogado, a presentar testigos, a obtener una copia de su acusación y a ser juzgados por un jurado, además, si el cargo no era por un intento de atentar contra la vida del monarca, podían ser procesados durante los tres años siguientes al presunto delito.
Véase también
En inglés: Hanged, drawn and quartered Facts for Kids