Abd al-Qádir para niños
Datos para niños Abd al-QádirAbdelkader El Djezaïri عـبـد الـقـادر الـجـزائـري |
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Abdelkader ibn Muhieddine al-Hasani- | |
Nombre en árabe | عبد القادر الجزائري | |
Nacimiento | 06 de septiembre de 1808 Guetna, Regencia de Argel, Imperio Otomano |
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Fallecimiento | 26 de mayo de 1883 Damasco, Valiato de Siria, Imperio Otomano |
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Sepultura | Damasco y El Alia Cemetery | |
Religión | Sunismo | |
Información profesional | ||
Ocupación | Político, soldado, muyahidín, científico, militante de la resistencia, poeta y escritor | |
Cargos ocupados | Emir (1832-1847) | |
Rango militar | Emir | |
Conflictos | Batalla de Macta Batalla de Sidi Brahim |
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Distinciones | Legión de Honor (Gran Cruz) Orden de Pío IX Primera clase de la Orden de Medjidie Orden de Redeemer (Gran Cruz) |
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Abd el-Qáder el argelino (en árabe: عبد القادرالجزائري; nacido en El Guettana el 6 de septiembre de 1808 y fallecido en Damasco el 26 de mayo de 1883) fue un importante líder militar y religioso de Argelia. Se le considera el fundador de la nación argelina moderna. Fue un líder clave en la resistencia contra la ocupación francesa y ayudó a crear un estado organizado. También fue un escritor, poeta y estudioso. El periódico The New York Times lo describió en 1883 como uno de los líderes más capaces del siglo XIX.
Contenido
¿Quién fue Abd el-Qáder?
Sus primeros años y educación
Abd el-Qáder nació en Guetna, cerca de Mascara, en la región de Orán, cuando Argelia estaba bajo el control del Imperio Otomano. Su familia era muy importante y se decía que descendía del profeta Mahoma.
Desde pequeño, Abd el-Qáder mostró una gran inteligencia. Recibió una excelente educación de sus padres. Su madre, Lalla Zohra, le enseñó a leer y escribir. Su padre, Muhy al Din, lo guio en el camino del sufismo, una rama del islam que influyó en toda su vida.
Aprendió mucho sobre ciencias islámicas, memorizando el Corán y el Hadiz a una edad temprana. También estudió filosofía, literatura, geometría, geografía, astronomía y medicina. Le interesaban la historia de otros pueblos, la política y las ciencias europeas. Fue un gran orador y también destacó en actividades físicas como la gimnasia, la equitación y la caza. Era un jinete excepcional y amaba mucho a los caballos.
En 1825, viajó a Oriente con su padre. Visitaron ciudades como Orán, Túnez y Egipto, donde Abd el-Qáder quedó impresionado por los avances de Muhámmad Alí. También visitaron La Meca y Damasco, lugares importantes para su fe. En 1829, regresó a Guetna con su padre.
La lucha por la independencia de Argelia
Las tribus del oeste de Argelia ya se oponían al control otomano. El padre de Abd el-Qáder era uno de los líderes de esta resistencia. En 1830, los franceses tomaron Argel, y al año siguiente, el líder de Orán se rindió.
Las tribus no aceptaron a los nuevos ocupantes. El padre de Abd el-Qáder, ya enfermo, dejó el liderazgo a su hijo. Las habilidades de Abd el-Qáder hicieron que las tribus se unieran bajo su mando. El 21 de noviembre de 1832, a los 24 años, lo nombraron sultán, pero él prefirió el título de emir. Su padre falleció al año siguiente.
Las victorias del Emir en el campo de batalla llevaron a la firma del Tratado de Desmichels en 1834. Este tratado reconocía la autoridad del Emir en el interior de Orán y la de Francia en las zonas costeras. Sin embargo, el tratado no fue muy claro, lo que benefició a Abd el-Qáder.
Después de varias derrotas francesas, Francia envió a Thomas Robert Bugeaud, un militar experimentado. El 6 de julio de 1836, Bugeaud venció a las tropas de Abd el-Qáder. El 30 de mayo de 1837, firmaron el tratado de Tafna. Este tratado le dio a Abd el-Qáder un territorio más grande, aunque formalmente bajo la autoridad de Francia.
¿Cómo construyó Abd el-Qáder un estado moderno?
Después del tratado de Tafna, el Emir se dedicó a fortalecer la lealtad de las tribus y a establecer las bases de un estado. Creó un verdadero estado moderno.
Abd el-Qáder organizó un ejército y construyó fortalezas defensivas. Estableció un sistema para cobrar impuestos e incluso acuñó su propia moneda. Admiraba la medicina andalusí y planeó un sistema de salud con médicos y enfermeras. También diseñó un sistema educativo para toda la población. Se mantenía informado leyendo periódicos franceses.
Al principio, su capital fue Tagdemt. Pero en mayo de 1841, cuando el ejército francés avanzó, la capital fue quemada y abandonada. Entonces, Abd el-Qáder creó su Smala, una capital nómada. Era una organización donde las tiendas beduinas se colocaban en círculos, con el Emir en el centro.
La reanudación de la lucha
Los términos del Tratado de Tafna no eran claros, lo que causó nuevos conflictos. En 1839, los franceses lanzaron una ofensiva militar. El emir consideró esto una violación del tratado y la lucha armada se reanudó. El general Bugeaud usó tácticas muy duras, como quemar cosechas y causar hambrunas.
Las victorias francesas aumentaron a partir de 1842. En 1847, los franceses dieron un golpe decisivo al encontrar la Smala. El 16 de mayo de 1843, las tropas francesas tomaron por sorpresa la capital nómada del Emir mientras él no estaba. Abd el-Qáder se refugió en Marruecos con sus pocas tropas leales.
Aunque logró algunas victorias, estaba al límite de sus fuerzas. Pidió protección al sultán de Fez, pero este fue vencido por los franceses en la batalla de Isly en 1844. En septiembre de 1844, Francia y Marruecos firmaron el Tratado de Tánger, que fijó las fronteras de Argelia, dejando a Abd el-Qáder fuera.
Acorralado, Abd el-Qáder pidió ayuda a las reinas de Inglaterra y España, pero no obtuvo respuesta. Finalmente, después de la derrota de Agueddin en 1847, se rindió el 23 de diciembre de 1848 ante el general Lamoricière. En el momento de la rendición, Abd el-Qáder le regaló su mejor caballo de guerra al general francés. Lamoricière le prometió que podría vivir con su familia en tierras musulmanas.
Su relación con España
La conexión de Abd el-Qáder con España ha sido estudiada por el profesor Miquel de Epalza. En el Archivo Histórico Nacional de Madrid, hay registros de visitas de militares españoles al Emir. También hay cartas que Abd el-Qáder envió a la reina Isabel II de España pidiendo ayuda contra el asedio francés antes de su rendición en 1847. Aunque un ministro español dio un informe favorable, la ayuda nunca llegó.
El exilio en Francia
Después de la rendición, la II República francesa no cumplió su promesa. Abd el-Qáder, su madre, sus tres esposas, sus hijos y su séquito fueron llevados en barco a Toulon y luego a Pau. Allí los alojaron en el Fort Lamalgue, una fortaleza con condiciones muy difíciles. El emir pasó la mayor parte del tiempo en su tienda, diciendo que un árabe en duelo nunca abandona su tienda.
Desde su llegada a Pau, el emir escribió sin parar, protestando por la falta de palabra de los franceses y las malas condiciones. Muchas personas importantes fueron a visitarlo. Después de seis meses, las autoridades francesas lo trasladaron a Amboise.
En 1848, llegó al castillo de Amboise, donde aún se conserva su retrato. Allí, él y su familia siguieron sufriendo el frío, la humedad, el aislamiento y las enfermedades. Veinticinco personas de su séquito fallecieron en Amboise. El emir recibió muchas visitas de personalidades francesas, con quienes debatía sobre literatura, política, filosofía, ciencia y religión. La sociedad francesa admiraba su gran conocimiento y su nobleza. Se convirtió en un prisionero muy querido en Francia. Cuando dejó Amboise en 1852, la gente lo despidió con afecto.
Napoleón III, que admiraba al emir, decidió cumplir la promesa y permitirle exiliarse en Oriente. El 16 de octubre de 1852, anunció su liberación y le concedió una pensión. El Emir prometió no volver a luchar contra los franceses.
Vida en Damasco
Después de visitar París, Abd el-Qáder y su séquito viajaron a Estambul. En 1853, se instalaron en Bursa. En 1855, debido a un terremoto, se mudaron a Damasco, donde vivió casi 28 años. Solo se ausentó para algunos viajes, como una peregrinación a La Meca en 1863 y un viaje a París en 1867 para la Exposición Universal.
Eligió Damasco por su conexión con Ibn ‘Arabi, un gran maestro espiritual. Lo primero que hizo al llegar fue visitar su tumba y se instaló en la casa que había ocupado Ibn ‘Arabi. En Damasco, dedicó su tiempo a su familia, al estudio y a la enseñanza. Se reunía con estudiantes y enseñaba en la Gran Mezquita de Damasco.
Los eventos de 1860
En 1860, hubo enfrentamientos en el monte Líbano que llevaron a una masacre de cristianos en Damasco. Abd el-Qáder, con el apoyo de la comunidad argelina, logró salvar a muchos cristianos. Por esta acción, recibió muchos reconocimientos. El gobierno francés le otorgó la Gran Cruz de la Legión de Honor y aumentó su pensión. Abraham Lincoln le regaló un par de pistolas, y recibió honores de Gran Bretaña, el Vaticano, Rusia y el Imperio Otomano.
El Canal de Suez
Abd el-Qáder fue amigo personal de Ferdinand de Lesseps, el constructor del Canal de Suez. Se conocieron en 1848. Abd el-Qáder se interesó mucho en el proyecto del Canal y ayudó a Lesseps a convencer a la población musulmana de sus beneficios. Creía en la importancia de la modernización técnica para Oriente. El 17 de noviembre de 1869, Abd el-Qáder asistió a la inauguración del Canal de Suez.
Su fallecimiento y legado

Abd el-Qáder falleció en Damasco el 26 de mayo de 1883, a los 75 años. Fue enterrado junto a la tumba de Ibn Arabi. En 1966, después de que Argelia obtuviera su independencia, sus restos fueron trasladados al cementerio El Alia de Argel, en la zona dedicada a los héroes de la resistencia argelina.
Además de ser un hombre de acción, el emir Abd el-Qáder fue un escritor muy productivo. Dejó una gran cantidad de escritos, incluyendo cartas, tratados militares, obras religiosas y espirituales, y una importante obra poética. Su poesía ha sido estudiada por profesores como Martínez Montávez y Juan Vernet.
La frase sufí "estar en el mundo sin ser del mundo" describe muy bien la vida de Abd el-Qáder. Su compromiso y sus acciones siempre estuvieron guiados por los ideales del sufismo. Fue iniciado en varias escuelas sufíes. Su obra más importante sobre sufismo es Kitab al-mawaqif.
También fue un gran conocedor de la obra de Ibn ‘Arabi y el primer editor moderno de sus escritos. Rescató manuscritos originales, incluyendo los 37 volúmenes de su gran obra Futuhat al-makkiyya.
La ciudad estadounidense de Elkader (Iowa) fue nombrada en su honor.
Véase también
En inglés: Emir Abdelkader Facts for Kids