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Trastorno formal del pensamiento para niños

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Datos para niños
Trastorno formal del pensamiento
Especialidad psiquiatría
psicología

El Trastorno Formal del Pensamiento (TFP) se refiere a una forma de pensar que no sigue un orden lógico. Esto se nota principalmente en cómo una persona habla. Es como si las ideas no se conectaran bien entre sí.

Algunos ejemplos de cómo se manifiesta este tipo de pensamiento incluyen:

  • Descarrilamiento: Cuando las ideas cambian de repente sin una conexión clara.
  • Pobreza del habla: Hablar muy poco o con muy pocas ideas.
  • Tangencialidad: Responder a una pregunta, pero desviarse del tema y no volver a él.
  • Ilogicidad: Sacar conclusiones que no tienen sentido.
  • Perseveración: Repetir palabras o ideas una y otra vez.
  • Neologismos: Inventar palabras nuevas que solo la persona entiende.
  • Bloqueo del pensamiento: Detenerse de repente al hablar y no poder continuar.

Los especialistas en salud mental ven el TFP como un tipo de pensamiento desorganizado. Se diferencia de los pensamientos que son solo ideas extrañas o falsas, porque el TFP se enfoca en cómo se forman las ideas, no en el contenido de las ideas en sí. Aunque a menudo se asocia con ciertas condiciones de salud mental, el TFP también puede aparecer en otras situaciones, como en momentos de mucha energía o en casos de confusión mental.

Las personas con TFP pueden no darse cuenta de que su pensamiento está desorganizado. Sin embargo, quienes experimentan confusión mental a menudo sí notan que les cuesta pensar con claridad y se preocupan por ello.

¿Cómo se identifica el Trastorno Formal del Pensamiento?

Para saber si alguien tiene TFP, los especialistas observan con mucho cuidado cómo se expresa la persona al hablar. Es normal que a veces, bajo mucho estrés, tengamos algunas de estas características. Sin embargo, para que se considere un TFP, estas características deben ser muy frecuentes, intensas y dificultar la vida diaria de la persona.

¿Qué tipos de patrones de habla se observan?

Aquí te explicamos algunos de los patrones de habla que pueden indicar un TFP:

  • Alogia (o pobreza del habla): La persona habla muy poco o sus respuestas son muy breves y sin mucho contenido.
  • Bloqueo: Una interrupción repentina en el medio de una frase o idea. La persona puede o no ser capaz de seguir hablando después.
  • Circunstancialidad: La persona da muchos detalles innecesarios antes de responder a una pregunta. A diferencia de la tangencialidad, sí regresa al punto principal.
  • Asociación sonora: Las palabras se eligen por su sonido similar, no por su significado, como si rimaran o tuvieran el mismo sonido inicial. Por ejemplo: "muchas malas mozas mienten mientras miran".
  • Descarrilamiento: El pensamiento y el habla cambian de tema de forma inesperada, sin una conexión lógica. Por ejemplo: "Al día siguiente, cuando me iba a ir, ya sabes, me pondría al mando, como eh, me teñí el pelo en California".
  • Habla distraída: El tema de conversación cambia debido a algo que la persona ve o escucha en el ambiente. Por ejemplo: "Luego me fui de San Francisco y me mudé a... ¿dónde compraste esa corbata?".
  • Ecolalia: Repetir lo que otra persona acaba de decir, ya sea una vez o varias veces. Por ejemplo: "¿Qué quieres para cenar?", "Es una buena pregunta, es una buena pregunta, es una buena pregunta".
  • Interacción evasiva: La persona intenta expresar ideas o sentimientos, pero lo hace de forma muy indirecta o confusa. Por ejemplo: "Yo... mmm esto... tú eres... este... creo que tu... bueno... tu pelo... ah... está bien".
  • Fuga de ideas: La persona salta rápidamente de un tema a otro. Aunque puede haber una pequeña conexión entre las ideas, los cambios son muy rápidos. A veces, los cambios se dan por rimas o juegos de palabras.
  • Ilogicidad: Las conclusiones a las que llega la persona no tienen sentido lógico. Por ejemplo, a la pregunta "¿Crees que va a caber en la caja?" la respuesta es "Bueno, es marrón ¿no?".
  • Incoherencia (o ensalada de palabras): El habla es tan desordenada que no se entiende. Las palabras existen, pero la forma en que se combinan no tiene significado. Por ejemplo, a la pregunta "¿Por qué la gente se peina?" la respuesta es "Porque hace una pirueta en la vida, mi caja está rota ayúdame elefante azul. ¿A que es audaz la lechuga? Me gustan los electrones. ¿Sí, por favor?".
  • Pérdida de objetivo: La persona no puede seguir una idea hasta el final. Por ejemplo: "¿Por qué sigue fallando mi computadora?", "Bueno, tú vives en una casa enlucida con yeso así que el par de tijeras tiene que estar en otro cajón".
  • Neologismos: La persona inventa palabras nuevas o combina partes de palabras de forma inusual. Por ejemplo: "Me enfadé tanto que agarré un plato y lo tiré al pilaplatos".
  • Perseveración: Repetir palabras o ideas de forma constante, incluso cuando se intenta cambiar de tema. Por ejemplo: "Es maravilloso estar aquí en Arequipa, Arequipa, Arequipa, Arequipa". También puede ser dar la misma respuesta a diferentes preguntas.
  • Parafasia fonémica: Pronunciar mal las palabras o poner las sílabas en el orden equivocado. Por ejemplo: "Resbalé en hielo y me rompí el raso".
  • Presión del habla: Hablar muy rápido y sin parar, haciendo difícil que otra persona pueda interrumpir.
  • Autorreferencia: La persona se refiere a sí misma una y otra vez de forma inapropiada. Por ejemplo: "¿Qué hora es?", "Son las siete, ese es mi problema".
  • Parafasia semántica: Sustituir una palabra por otra incorrecta. Por ejemplo: "Tropecé con el abrigo en el hielo y me rompí el libro".
  • Habla afectada: Usar palabras o expresiones muy elaboradas y pretenciosas. Por ejemplo: "El fiscal se comportó de manera conspicua".
  • Tangencialidad: Desviarse del tema y no volver a él ni dar la información que se pidió. Por ejemplo, a la pregunta "¿De dónde eres?" la respuesta es "Mi perro es inglés. En Inglaterra les gusta comer pescado con papas. El pescado respira mediante branquias".
  • Aproximación a palabras: Usar palabras conocidas de una forma nueva y poco común. Por ejemplo: "Antes de empezar el proyecto, supongo que nos reuniremos para hablar con el condestable (el jefe)".

¿Cómo se diagnostica el Trastorno Formal del Pensamiento?

A veces, es difícil diagnosticar el TFP porque se basa en observar el habla, y se cree que los problemas en el habla vienen de problemas en el pensamiento. Esto puede ser un poco confuso.

Además, aunque el TFP se asocia a menudo con ciertas condiciones de salud mental, patrones de habla similares pueden aparecer en otras situaciones. Por ejemplo, en niños y adolescentes con ciertas condiciones del desarrollo, se han observado patrones de pensamiento ilógico o ideas que no se conectan bien. Esto se ha relacionado con cómo funciona su mente y cómo controlan sus pensamientos.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Thought disorder Facts for Kids

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Trastorno formal del pensamiento para Niños. Enciclopedia Kiddle.