Sitio de Gijón (1394) para niños
Datos para niños Sitio de Gijón |
||||
---|---|---|---|---|
Fecha | Septiembre - 3 de noviembre de 1394 | |||
Lugar | Gijón | |||
Coordenadas | 43°32′00″N 5°42′00″O / 43.533333333333, -5.7 | |||
Resultado | Indeciso; tregua y retirada de las tropas reales | |||
Beligerantes | ||||
|
||||
Comandantes | ||||
|
||||
Fuerzas en combate | ||||
|
||||
El sitio de Gijón de 1394 fue un intento fallido del rey Enrique III de Castilla de tomar la ciudad de Gijón. Este evento ocurrió durante un conflicto con el Conde de Noreña y Gijón, Alfonso Enríquez. Después de varios meses de asedio sin éxito, el rey y el conde acordaron una tregua. Más tarde, en 1395, hubo un segundo asedio que terminó con la toma y destrucción de la ciudad.
Contenido
El Asedio de Gijón en 1394: Un Conflicto Real
¿Por Qué Hubo un Conflicto? Los Antecedentes
En 1394, el rey Enrique III, conocido como "el Doliente", cumplió 14 años y fue declarado mayor de edad. Su tío, Alfonso Enríquez, el Conde de Noreña, no quería presentarse ante la Corte. Él decía que no lo haría hasta que el rey cumpliera 25 años y se alejara de personas que el conde consideraba sus enemigos.
Además, se supo que el conde estaba fortaleciendo Gijón y el Castillo de San Martín en Soto del Barco. Se preparaba para una posible guerra. También intentó tomar Oviedo por sorpresa.
El rey Enrique, que estaba en León, se enojó mucho por la actitud del conde. Juró que detendría esta desobediencia. Aunque era finales de verano, el rey cruzó las montañas de la Cordillera Cantábrica. Llevaba 400 hombres de armas y 2000 soldados de infantería y ballesteros.
El conde Alfonso intentó adelantarse y tomar Oviedo, pero los habitantes de la ciudad se defendieron y lo rechazaron. El conde se refugió en Gijón, una ciudad bien protegida. Allí reunió 100 hombres de armas, 400 escuderos y 100 ballesteros. Esta fuerza era suficiente para defenderse.
El rey Enrique fue recibido con alegría en Oviedo. Los habitantes le mostraron su apoyo. Luego, el rey fue a Gijón para iniciar el asedio, aunque no tenía máquinas de asedio grandes. Mientras tanto, un hijo del conde, llamado Fernando, entregó el castillo de San Martín.
El Asedio de Gijón: ¿Cómo Fue?
Gijón estaba en una península fortificada. Estaba separada de la tierra por zonas de arena y barro que se inundaban con la marea alta. Esto hacía que fuera muy difícil de tomar. Los combates fueron intensos. Los soldados del rey, entre ellos el famoso Pero Niño, solo lograron quemar algunos barcos del Conde de Noreña que estaban en el puerto.
Sin embargo, la ciudad seguía recibiendo suministros por mar. Esto significaba que no podían rendirla por hambre. Además, las tropas del rey no tenían las máquinas necesarias para derribar las murallas.
Después de dos meses de asedio, el otoño se acercaba. Empezaron las lluvias y algunos soldados del rey enfermaron. También tenían problemas de dinero. Por estas razones, el rey aceptó negociar una tregua de seis meses.
Durante la tregua, el conde mantendría Gijón. Pero el resto de sus tierras serían administradas por Ruy López Dávalos. También se decidió que el rey Carlos VI de Francia decidiría si las quejas de Alfonso Enríquez eran justas. Si no lo eran, las propiedades del conde pasarían a ser del rey.
¿Qué Pasó Después? Las Consecuencias del Asedio
Mientras el conde de Noreña viajaba a Bretaña para buscar soldados, el rey Carlos de Francia dijo que no tenía suficiente información. Por eso, propuso otra tregua de seis meses, y fue aceptada.
El 8 de mayo, el conde Alfonso Enríquez se presentó en París ante el rey francés. Dijo que le habían quitado sus propiedades injustamente. Afirmó que quería servir al rey Enrique, pero que este era joven y estaba influenciado por sus enemigos. También dijo que lo perseguían por ser amigo de Francia.
A pesar de estas afirmaciones, el rey Carlos VI no quiso dar un veredicto. Le aconsejó al conde de Noreña que se sometiera a su propio rey. También ordenó a los puertos de su reino que no permitieran que soldados viajaran a Asturias.
A pesar de esta decisión, Enrique III juró que no cedería ningún territorio real. Entregó el gobierno de Asturias a Pedro Suárez de Quiñones con plenos poderes. Y así, volvió a sitiar Gijón. Esta vez, la defensa de la ciudad estuvo a cargo de la condesa Isabel de Portugal, la esposa del conde de Noreña.