Robert Le Coq para niños
Datos para niños Robert Le Coq |
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Información personal | ||
Nacimiento | 1310 Montdidier (Francia) |
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Fallecimiento | 12 de septiembre de 1373jul. Estella (España) |
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Nacionalidad | Francesa | |
Religión | Catolicismo | |
Educación | ||
Educado en | Antigua Universidad de Orleans | |
Información profesional | ||
Ocupación | Sacerdote | |
Cargos ocupados |
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Robert Le Coq (nacido en Montdidier alrededor de 1310 y fallecido en Estella el 12 de septiembre de 1373) fue una figura importante en la Francia del siglo XIV. Fue un magistrado y un líder religioso. También se le conoció en España como Roberto de Cosos.
Robert Le Coq fue obispo de Laon entre 1351 y 1358, y luego obispo de Calahorra desde 1362 hasta 1373. Además, fue consejero de Carlos II de Navarra, un rey con gran influencia en esa época.
Contenido
Biografía de Robert Le Coq
¿Cómo se formó y ascendió en la política?
Robert Le Coq nació en Montdidier. Su padre era un oficial que trabajaba para el rey Felipe de Valois. Gracias a esto, Robert pudo estudiar derecho en la Universidad de Orleans. Su buena preparación y sus habilidades le permitieron unirse a los abogados del Parlamento de París.
En 1350, ya estaba cerca del rey Felipe IV de Valois. Cuando este rey falleció, Juan II de Francia lo puso a cargo de importantes asuntos relacionados con la justicia y el clero. En solo un año, entre 1350 y 1351, fue nombrado para varios cargos importantes, incluyendo el de obispo de Laon y miembro del Consejo Real.
En 1351, representó al rey Juan II en un tratado importante. Más tarde, en 1354, participó en negociaciones con Carlos II de Navarra. Estas negociaciones buscaban resolver problemas después de un conflicto.
Robert Le Coq apoyó a Carlos II de Navarra en algunas disputas. Por esta razón, se le asoció con el grupo de Carlos de Navarra. En 1356, durante las reuniones de los Estados Generales, Robert Le Coq tuvo un papel muy destacado. También participó en un levantamiento en París liderado por Étienne Marcel. Juntos, ayudaron a que el futuro rey Carlos V de Francia aceptara una importante ley en 1357.
Después de la caída de Étienne Marcel en 1358, Robert Le Coq no fue perdonado. Perdió su obispado y se refugió en España. Allí, Carlos II de Navarra le ofreció una buena cantidad de dinero para vivir. En 1362, se convirtió en obispo de la diócesis de Calahorra y falleció en Estella el 12 de septiembre de 1373.
El intento de escape del Delfín
El tío del Delfín (el príncipe heredero), el emperador Carlos IV, estaba preocupado por la creciente influencia de Francia. El Delfín Carlos, que era muy cercano a su tío, no estaba de acuerdo con la forma en que su padre, el rey, manejaba la situación.
Robert Le Coq, que apoyaba a Carlos de Navarra, le decía al Delfín que su padre quería quitarle poder. Por eso, el Delfín, con la ayuda de los navarros, planeó un escape para encontrarse con el emperador y calmar las tensiones. Este plan debía ocurrir en diciembre de 1355.
Sin embargo, el rey se enteró del plan. Llamó a su hijo y le dio el control de Normandía para tranquilizarlo y evitar que los navarros siguieran influyendo en él.
Los Estados Generales de 1355 y 1356
Étienne Marcel, un líder importante, no estaba en contra de la familia real. De hecho, los intereses del rey y los de los comerciantes de París coincidían: la guerra dificultaba el comercio y la prosperidad de París dependía de la seguridad de las rutas comerciales.
En los Estados Generales del 8 de mayo de 1355, se intentó hacer los impuestos más sencillos y eficientes. Pero los impuestos no se recaudaban bien, y el rey tuvo que recurrir a medidas que no gustaban, como devaluar la moneda. Esto hizo que el dinero valiera menos, lo que molestó mucho a la burguesía (comerciantes y gente rica), la nobleza y los líderes religiosos.
Ante la amenaza de Inglaterra, el rey Juan II convocó a los Estados Generales en París el 2 de diciembre de 1355. Necesitaba dinero para formar un ejército de 30.000 hombres. Étienne Marcel y otros representantes de las ciudades estaban allí. Los Estados Generales desconfiaban de cómo se manejaban las finanzas públicas, ya que el valor de la moneda había bajado mucho.
La nobleza y los comerciantes necesitaban una moneda fuerte y estable. Después de los ataques ingleses, los Estados Generales vieron la necesidad de un ejército y de financiar guarniciones para defender las ciudades. Aceptaron un nuevo impuesto, pero con la condición de poder controlar cómo se usaba el dinero y que se emitiera una moneda fuerte. Se designó un grupo de 9 oficiales para cobrar el impuesto.
Los impuestos no se recaudaron bien y la nueva moneda perdió valor rápidamente. Los Estados Generales se reunieron de nuevo en marzo de 1356 y decidieron cobrar impuestos también sobre los ingresos de las propiedades. Esto era difícil de hacer.
Con el ejército financiado por los Estados Generales, el rey persiguió al Príncipe Negro inglés. Lo alcanzó cerca de Poitiers. El rey quería restaurar la imagen de la nobleza, que había sido dañada en batallas anteriores. En la batalla de Poitiers, el 19 de septiembre de 1356, el rey Juan el Bueno luchó valientemente. Fue hecho prisionero por los ingleses, pero ganó mucho respeto.
Su hijo, el Delfín Carlos, que pudo escapar de la batalla, asumió el gobierno. Intentó negociar con Inglaterra mientras grupos de soldados desmovilizados saqueaban el campo. Para evitar esto, el Delfín propuso crear un ejército permanente de 30.000 hombres. Para financiarlo, pidió nuevos impuestos a los Estados Generales.
La Ordenanza de 1357
¿Cómo se controló la monarquía?
Los inicios del gobierno del Delfín Carlos fueron difíciles. Tenía solo dieciocho años, poca experiencia y no tenía mucho prestigio. Se rodeó de los consejeros de su padre, que no eran muy populares.
Los Estados Generales se reunieron el 17 de octubre de 1356. El Delfín se encontró con una fuerte oposición. Étienne Marcel, líder de la burguesía, se alió con los amigos de Carlos II de Navarra, liderados por Robert Le Coq. Los Estados Generales declararon al Delfín como representante del rey y defensor del reino, y le asignaron un consejo de doce representantes.
Los Estados Generales exigieron que se despidiera a los consejeros que habían devaluado la moneda. También pidieron poder elegir un consejo que ayudara al rey y la liberación de los navarros. El Delfín, que estaba de acuerdo con algunas reformas, no se opuso a que los Estados Generales tuvieran más control sobre la monarquía. Sin embargo, la liberación de Carlos de Navarra era inaceptable para él. El Delfín pospuso su respuesta, disolvió los Estados Generales y se fue de París.
Antes de irse, el 10 de diciembre de 1356, el Delfín publicó una ley que creaba una nueva moneda. Esto le permitiría obtener dinero sin pasar por los Estados Generales. Esta nueva moneda beneficiaba a los terratenientes (nobleza, clero y gente rica de las ciudades), pero hizo que los alquileres aumentaran un 25%, lo que enfureció a la población de París. Estallaron enfrentamientos, y Étienne Marcel presionó al Delfín para que anulara la ley y volviera a convocar a los Estados Generales.
Mientras tanto, el Delfín fue a Metz para rendir homenaje a su tío, el emperador Carlos IV, y obtener su apoyo. A su regreso en marzo de 1357, aceptó la "gran ordenanza", un plan para reorganizar el gobierno y controlar la monarquía. Sin embargo, logró mantener a Carlos de Navarra prisionero. Se creó una comisión para despedir a los funcionarios corruptos y confiscar sus bienes. Nueve consejeros del Delfín fueron despedidos. Seis representantes de los Estados Generales entraron en el Consejo del Rey, que se convirtió en un consejo de vigilancia. Las finanzas reales, especialmente las transferencias de dinero, serían controladas por los Estados Generales.
Se estableció un gobierno del regente controlado por los Estados Generales. Había dos consejos: el del Delfín y el de los Estados Generales. Pero para los reformadores, especialmente los navarros, esto no era suficiente. Temían que el regreso del rey de su cautiverio pusiera fin a estas reformas.
El Delfín, por su parte, ganaba confianza. En agosto, volvió a llamar a los consejeros que habían sido despedidos y pidió al líder de los comerciantes que se ocupara solo de los asuntos de la ciudad. Por eso, Étienne Marcel y Robert Le Coq organizaron la liberación de Carlos de Navarra, quien podía reclamar la corona.

El regreso de Carlos de Navarra fue muy bien organizado. Fue liberado el 9 de noviembre y recibido como un rey en las ciudades por donde pasaba. Era recibido por líderes religiosos y burgueses, y hablaba a la multitud, explicando que había sido encarcelado injustamente.
El Delfín no pudo rechazar la petición de Étienne Marcel y Robert Le Coq y firmó documentos para perdonar a los navarros. El 30 de noviembre, Carlos de Navarra habló ante 10.000 parisinos reunidos por Étienne Marcel. El 3 de diciembre, Étienne Marcel se presentó con un grupo de burgueses en el Consejo del Rey para decidir sobre la rehabilitación de Carlos de Navarra. El Delfín tuvo que aceptar y rehabilitar a Carlos de Navarra.
Aún más peligroso para la familia real, los Estados Generales debían resolver el tema de quién sería el próximo rey el 14 de enero de 1358. Carlos de Navarra aprovechó el mes de espera para hacer campaña. El Delfín, por su parte, organizó la defensa del país contra los muchos mercenarios que saqueaban el territorio. Reunió un ejército de 2.000 hombres en París con el pretexto de proteger la ciudad.
El 11 de enero, el Delfín habló con los parisinos, explicando por qué estaba formando un ejército y cuestionando a los Estados Generales por su incapacidad para defender el país a pesar del dinero recaudado. Fue un éxito para él. El 14 de enero, como los Estados Generales no se ponían de acuerdo sobre quién sería el rey ni sobre un nuevo impuesto, se decidió cambiar el valor de la moneda para obtener dinero para el Estado. La gente se enojó con los Estados Generales, lo que benefició al Delfín.
La aplicación de la ordenanza de 1357 se detuvo rápidamente. La comisión de purificación solo funcionó cinco meses. Los recaudadores de impuestos designados por los Estados Generales encontraron la oposición de los campesinos y artesanos. Los seis diputados que entraron al consejo de vigilancia eran minoría, y los Estados Generales no tenían suficiente experiencia política para controlar el poder del Delfín. Los viajes frecuentes, costosos y peligrosos, desanimaban a los diputados de las provincias, y los Estados Generales eran cada vez menos representativos. Poco a poco, solo la burguesía de París asistía a las asambleas.
Finalmente, Juan II, que seguía teniendo mucho prestigio, desautorizó al Delfín y, desde su prisión, prohibió la aplicación de la ordenanza de 1357. Étienne Marcel, al ver que no se lograba establecer una monarquía controlada por leyes, intentó imponerla por la fuerza. Él no cuestionaba la necesidad de un rey, pero buscaba a alguien que le diera más poder. Dudaba entre la supuesta debilidad del Delfín y la ambición de Carlos II de Navarra.
El 1 de octubre de 1357, los parisinos y el Delfín se reconciliaron. Robert Le Coq se resistió, pero regresó al Consejo. El Delfín se vio sometido a las decisiones de los parisinos y a las estrategias del obispo, quien lo obligaba a aceptar todo lo que el rey de Navarra quería para su propio beneficio.
Desde el 1 de diciembre de 1362, hay documentos que muestran que Carlos II trataba a Robert Le Coq como consejero. Esta relación continuó hasta 1364. Su trabajo no era solo aconsejar o ser embajador, sino también apoyar económicamente al rey, prestando dinero de las arcas del obispo para cubrir los gastos del rey. Por ejemplo, en agosto de 1364, Carlos ordenó pagar al obispo 600 florines que le había prestado.
En la primavera de 1364, Robert Le Coq visitó al Príncipe de Gales en el sur de Francia. Los gastos de este viaje fueron reconocidos por el obispo en septiembre de 1364, recibiendo 300 florines. Poco después, en octubre de 1364, Carlos II ordenó pagar a Robert 61 escudos más por gastos adicionales en ese viaje. En noviembre, Robert firmó un recibo por cantidades anteriores "para sus gastos, los del señor de Lucxa" y la gente que los acompañaba al Príncipe de Gales.
A finales del verano siguiente, el 13 de septiembre de 1365, otro clérigo reconoció haber recibido 600 florines para los gastos de viaje del obispo de Calahorra y de otro oficial, quienes iban a tratar "negocios secretos" con el Príncipe de Gales.
Residencia en Viana
Aunque su sede principal como obispo estaba en Calahorra, en el reino de Castilla, Robert Le Coq estableció su residencia en Viana, en Navarra. Viana era una ciudad importante y estaba bajo el control del rey Carlos II. Era un lugar estratégico con iglesias importantes y muchos prestamistas y cambistas.
Fallecimiento
Robert Le Coq falleció en Estella el 12 de septiembre de 1373. En esos días, el rey Carlos II y el cardenal Guido de Bolonia también estaban en Estella. El rey Carlos II se movió entre Estella, Viana y Laguardia a finales de agosto. Estaba de nuevo en Estella el 10 de septiembre. Es posible que fuera a Viana para llevar al obispo a negociar con el cardenal, o que se apresurara de Laguardia a Estella porque su amigo y consejero estaba muriendo.
Galería de imágenes
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Carlos II de Navarra orando. Ilustración del siglo XIX.
Véase también
En inglés: Robert le Coq Facts for Kids