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Real Fábrica de Naipes para niños

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La Real Fábrica de Naipes fue una importante fábrica que funcionó a finales del XVIII en Macharaviaya, un pueblo de la provincia de Málaga en España. Se dedicaba a producir naipes, que son las cartas de juego.

Historia de la Real Fábrica de Naipes

¿Cómo surgió la idea de la fábrica?

José de Gálvez, un ministro muy importante de la época, regresó de América en 1772. Él tuvo la idea de construir una fábrica de naipes en su pueblo natal, Macharaviaya. Su plan era que todas las cartas producidas allí se vendieran exclusivamente en las colonias españolas de América.

Gálvez creía que esta fábrica sería muy beneficiosa para el gobierno y estaba muy emocionado por el impacto positivo que tendría en su pueblo. Sin embargo, no consideró algunos desafíos importantes. Por ejemplo, en Macharaviaya no había suficiente papel, que era la materia prima principal. Tampoco había buenas carreteras o medios de transporte, y el pueblo era muy pequeño, con solo 68 familias.

La aprobación y el inicio de la fábrica

A pesar de los desafíos, el 12 de agosto de 1776, el rey aprobó la creación de la fábrica de naipes en Macharaviaya mediante un documento oficial llamado Real Cédula. Félix Solecio fue nombrado director de la fábrica por diez años.

En la Real Cédula también se mencionó la necesidad de construir molinos de papel en lugares donde hubiera mucha madera. Esta idea fue clave para el nacimiento de otra localidad cercana, Arroyo de la Miel, que hoy conocemos.

Para trabajar en la fábrica, llegaron a Macharaviaya unas 60 familias, la mayoría de ellas de Italia. Entre ellos había dibujantes y artesanos expertos en la fabricación de naipes. La fábrica tenía la capacidad de producir 30.000 mazos (o barajas) de cartas al año, y tenía el permiso exclusivo para venderlas en las colonias de América.

Desafíos y cierre temporal

El primer contrato para la fábrica se firmó el 21 de agosto de 1776 y se renovó varias veces, en 1781, 1784 y 1798. Sin embargo, con el tiempo, la fábrica empezó a tener problemas. Había dificultades para distribuir los naipes, problemas con el transporte y mucha competencia de otras fábricas que producían cartas de forma no autorizada.

Debido a estos problemas, la fábrica tuvo que cerrar el 6 de octubre de 1791. Otros fabricantes y el propio ayuntamiento protestaron en 1792, y la fábrica permaneció cerrada hasta 1799.

Últimos años y cierre definitivo

En 1809, la fábrica fue gestionada por Nicolás Solecio Miró, hijo de Félix Solecio, y su yerno Braulio Hernández Correa. Durante la Guerra de la Independencia Española, la fábrica pasó por momentos muy difíciles. Solecio incluso tuvo que pedir ayuda al gobernador de Málaga para conseguir trigo y alimentar a sus trabajadores.

Aunque los hijos de Félix Solecio (Félix, Leonardo y Félix María) intentaron reabrirla, la situación no mejoró. Finalmente, la fábrica cerró de forma definitiva en 1815, después de la muerte de Félix Solecio y de que se permitiera la venta libre de naipes en 1811 por orden de José Bonaparte.

En 1815, una nueva orden real eliminó el permiso exclusivo para la venta de naipes y permitió que cualquiera pudiera comerciar con ellos. Este cambio, junto con la pérdida de las colonias americanas, que eran su principal mercado, llevó al cierre final de la fábrica. El edificio fue vendido en una subasta pública por 60.000 reales.

El legado de la fábrica

Durante los 39 años que estuvo en funcionamiento, la Real Fábrica de Naipes creó muchos puestos de trabajo. Esto ayudó a mejorar la calidad de vida de los habitantes de Macharaviaya. Hoy en día, el antiguo edificio de la Real Fábrica de Naipes ha sido transformado en viviendas privadas.

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