Reacción de lucha o huida para niños
La reacción de lucha o huida es una respuesta natural de nuestro cuerpo cuando percibimos un peligro o una amenaza. Es como un sistema de alarma interno que nos prepara para defendernos o escapar rápidamente. Esta reacción fue descrita por primera vez por un científico llamado Walter Bradford Cannon, quien notó que los animales (y los humanos) activan su sistema nervioso para prepararse para la acción. Esto incluye la liberación de hormonas especiales que nos dan un impulso de energía.
Esta reacción es la primera parte de cómo nuestro cuerpo se adapta al estrés, ayudando a muchos seres vivos a manejar situaciones difíciles.
Contenido
¿Cómo funciona la reacción de lucha o huida?
Nuestro cuerpo tiene un sistema de control que trabaja sin que nos demos cuenta, llamado el sistema nervioso autónomo. Este sistema maneja funciones importantes como el ritmo del corazón, la respiración y la digestión. Es el encargado principal de activar la respuesta de lucha o huida, y lo hace a través de dos partes clave.
El sistema nervioso simpático
El sistema nervioso simpático se activa cuando hay una situación de peligro. Su trabajo principal es poner en marcha todos los cambios en el cuerpo que necesitamos para luchar o huir. Libera una sustancia química llamada noradrenalina que ayuda a que esto suceda.
El sistema nervioso parasimpático
El sistema nervioso parasimpático trabaja junto con el sistema simpático. Una vez que el peligro ha pasado, su función es devolver el cuerpo a la calma. Es como el botón de "descanso y digestión" que ayuda a que todo vuelva a la normalidad después de una situación estresante.
La respuesta del cuerpo
La reacción de lucha o huida empieza en una parte del cerebro llamada cuerpo amigdalino, que envía una señal al hipotálamo. Luego, se activan otras glándulas que liberan hormonas como la adrenalina y el cortisol. Estas hormonas son como mensajeros químicos que preparan el cuerpo:
- Aumentan la presión sanguínea y el nivel de azúcar en la sangre para darte más energía.
- Hacen que el corazón y los pulmones trabajen más rápido.
- Pueden hacer que la piel se vea pálida o roja.
- Ralentizan la digestión para que la energía se use en los músculos.
- Dilatan las pupilas para ver mejor.
- Aumentan la sudoración para evitar el sobrecalentamiento.
- Pueden causar temblores.
Todos estos cambios ocurren para que tus músculos tengan la energía y la fuerza extra que necesitan para reaccionar rápidamente.
¿Por qué ocurren estos cambios?
Los cambios en el cuerpo durante la reacción de lucha o huida tienen un propósito claro: darte más fuerza y velocidad. Por ejemplo:
- Más sangre fluye hacia los músculos, quitándola de otras partes del cuerpo que no son tan urgentes en ese momento.
- La sangre se coagula más rápido para evitar mucha pérdida de sangre si te lesionas.
- Los músculos se tensan para estar listos para la acción.
- Las pupilas se abren para mejorar la visión.
- Sudas más para mantener el cuerpo fresco mientras haces un gran esfuerzo.
Una mirada al pasado: ¿Por qué tenemos esta reacción?
Desde hace mucho tiempo, los humanos necesitaban reaccionar muy rápido ante peligros como animales salvajes. La reacción de lucha o huida les dio a nuestros antepasados la capacidad de responder al instante para sobrevivir.
Ejemplos de la vida real
Imagina una cebra comiendo tranquilamente. Si ve un león cerca, su cuerpo activa la reacción de estrés. Necesitará mucha energía para correr, y su sistema nervioso simpático se encarga de eso.
Otro ejemplo es un gato que se siente amenazado por un perro. Su corazón late más rápido, sus pelos se erizan y sus pupilas se dilatan. Todas estas son señales de que su cuerpo se está preparando para defenderse o escapar.
Diferentes formas de reaccionar
No todos los animales reaccionan igual. Las ratas, por ejemplo, intentan huir si se sienten amenazadas, pero si no pueden escapar, lucharán. Algunos animales se quedan quietos para que los depredadores no los vean, o incluso se hacen los muertos con la esperanza de que el peligro pase.
Algunos animales de sangre fría pueden cambiar de color rápidamente para camuflarse. Esto también es una forma de "huir" al desaparecer del campo de visión del depredador. A veces, la lucha y la huida se combinan en una misma situación.
La reacción no siempre es inmediata. A veces, los animales se "observan" mutuamente, usando señales como la postura, los sonidos o el lenguaje corporal para entender las intenciones del otro. Después de esta "negociación", puede que haya una lucha, una huida, o incluso que no pase nada.
Los niños y niñas pueden reaccionar de forma diferente al estrés. Los niños a veces tienden a ser más agresivos (lucha), mientras que las niñas pueden tender a buscar ayuda o intentar calmar la situación. Por ejemplo, una madre puede proteger a sus hijos y buscar apoyo en otros cuando se siente amenazada.
Hoy en día, estas respuestas siguen existiendo, pero se manifiestan de otras maneras. Por ejemplo, la reacción de "lucha" puede ser enojarse o discutir, mientras que la de "huida" podría ser aislarse o pasar mucho tiempo viendo televisión.
¿Cómo nos sentimos y pensamos?
Manejo de las emociones
En situaciones de estrés, podemos intentar manejar nuestras emociones para evitar sentirnos demasiado nerviosos o para controlar cómo reaccionamos.
Cómo reaccionamos emocionalmente
La fuerza de nuestras emociones ante un estímulo determinará cómo nos comportamos. Las personas que reaccionan con mucha intensidad pueden sentir más ansiedad o enojo, lo que muestra lo importante que es manejar bien nuestras emociones en estas situaciones.
¿Qué pensamos?
Pensamientos específicos
Cuando estamos en una situación de lucha o huida, nuestros pensamientos suelen ser negativos. Podemos prestar más atención a lo malo, ver las situaciones ambiguas como negativas y recordar más fácilmente las cosas malas.
Sentir que tenemos el control
Sentir que tenemos control sobre una situación es importante. Si creemos que tenemos más o menos control del que realmente tenemos, esto puede llevarnos a sentir ansiedad o enojo.
Cómo procesamos la información social
Nuestra forma de pensar en situaciones sociales también influye. Si tendemos a pensar que los demás son hostiles, especialmente en situaciones que no están claras, esto puede aumentar nuestra reacción de lucha o huida y llevarnos a la agresión.
Efectos del estrés en las personas
Aunque la reacción de lucha o huida nos ayuda a sobrevivir, si el estrés dura mucho tiempo, puede tener efectos negativos en nuestro cuerpo y nuestra mente.
Efectos en el cuerpo
- Dolor de cabeza
- Dolor y tensión en los músculos
- Dolor de pecho
- Fatiga
- Molestias estomacales
- Problemas para dormir
Efectos en la mente
- Ansiedad (a veces con ataques de pánico)
- Inquietud
- Falta de motivación o concentración
- Irritabilidad o ira
- Depresión
Efectos en el comportamiento
- Comer demasiado o muy poco
- Aislarse de los demás
Véase también
En inglés: Fight or flight response Facts for Kids