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Ostracismo para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:Scherbengericht
ostrakon, ὄστρακον

El ostracismo era, en la Antigua Grecia, el destierro al que se condenaba a los ciudadanos que se consideraban malos o muy malos para la soberanía popular.

Etimología

La palabra griega ὀστρακισμός (ostrakismós) significa exactamente "destierro por mal gobierno/desempeño/conducta".

La palabra ὄστρακον (óstrakon) quiere decir cáscara de huevo, caparazón de tortuga, caparazón en general, incluso los que están hechos de barro. También se refiere a un trozo de terracota en forma de concha donde se escribía el nombre de aquellos ciudadanos de la antigüedad que serían desterrados después de una votación.

Procedimiento

El nombre se deriva de los fragmento de cerámica que se usaban como fichas de votación, llamados ostraka (singular ostrakon, ὄστρακον) en griego. La cerámica rota, abundante y prácticamente gratuita, servía como una especie de papel de desecho (en contraste con el papiro, que se importaba de Egipto como superficie de escritura de alta calidad y, por lo tanto, era demasiado costoso de ser desechable).

Cada año se preguntaba a los atenienses en la asamblea si deseaban celebrar un ostracismo. La pregunta se planteó en el sexto de los diez meses utilizados para asuntos estatales bajo la democracia (enero o febrero en el moderno calendario gregoriano). Si votaban "sí", entonces se llevaría a cabo un ostracismo dos meses después. En una sección del ágora separada y convenientemente protegida, los ciudadanos daban el nombre de aquellos que deseaban que fueran condenados al ostracismo a un escriba, ya que muchos de ellos eran analfabetos, y luego grababan el nombre en fragmentos de cerámica. Los fragmentos se apilaban boca abajo, por lo que los votos permanecían anónimos. Nueve 'Arcontes' y el consejo de los quinientos supervisaban el proceso mientras que los Arcontes contaban los ostraka presentados y clasificaban los nombres en montones separados. La persona cuya pila contuviera la mayor cantidad de "ostraka" era desterrada, siempre que se cumpliera un quórum. Según Plutarco, el ostracismo se consideraba válido si el número total de votos emitidos era de al menos 6000; según un fragmento de Filócoro, al menos 6000 votos tenían que ser emitidos contra la persona que iba a ser desterrada. La evidencia de Plutarco de un quórum de 6000 está de acuerdo con el número requerido para las concesiones de ciudadanía en el siglo siguiente y generalmente se prefiere.

La persona nominada disponía de diez días para salir de la ciudad. Si intentaba regresar, la pena era la muerte. La propiedad del hombre desterrado no era confiscada ni había pérdida de estatus. Después de diez años, se permitía regresar sin estigma. Era posible que la asamblea recordara a una persona condenada al ostracismo con anticipación; antes de la Invasión persa de 479 a. C., se declaró una amnistía en virtud de la cual se sabe que volvieron al menos dos líderes condenados al ostracismoː el padre de Pericles, Jantipo y Aristides 'el Justo'. De manera similar, Cimón, condenado al ostracismo en 461 a. C., fue llamado durante una emergencia.

En la Antigua Grecia

La ley del ostracismo en Atenas data del año 510 a. C., instituida según la tradición por Clístenes y puesta en práctica en el año 487 a. C. como lucha contra la tiranía. Primero fue condenado el político Hiparco, más tarde Megacles V, Jantipo (padre de Pericles) y en el 482 a. C. Arístides, por sus enfrentamientos sociales a favor de los campesinos y en contra de las flotas marítimas. El último condenado se sabe que fue un demagogo ateniense, llamado Hipérbolo, en el año 417 a. C.

Para aplicar la ley se reunían cada año durante la sexta pritanía (entre enero y febrero) en asamblea y votaban sobre si se debía proceder a un ostracismo.

La votación se realizaba a mano alzada, no había un debate y los nombres de los candidatos no se revelaban. Si el resultado era positivo, volvían a efectuar una votación pública dos meses más tarde, en la siguiente pritanía: se reunían nuevamente, pero esta vez en asamblea solemne (catekkelesía) con un quorum de 6000 votantes, y cada ciudadano que deseaba votar, inscribía sobre un fragmento de cerámica o a veces en una concha de ostra (de ahí la palabra ostracon), el nombre del sujeto cuyo destierro le parecía necesario para el bien público. Siempre que había una mayoría absoluta de votos, la persona cuyo nombre aparecía, debía abandonar la ciudad en el plazo máximo de diez días y permanecer exiliado durante diez años.

El exilio no era permanente y, además, la persona exiliada no perdía sus derechos como ciudadano e incluso podía ser perdonado por una nueva votación de la asamblea. Durante el periodo de destierro, la ekklesía conservaba los ostraca en los que figuraban los nombres de los ostraquizados.

Esta votación se hacía al pie de la colina en la que se ubicaba el Cerámico, el barrio de alfareros de Atenas. Al pie de dicha colina se arrojaban los productos de alfarería defectuosos, rompiéndose en trozos cóncavos que recordaban la forma cóncava e irregular de una concha de ostra (ostracon).

Era un mecanismo de autodefensa popular, un simple voto de confianza política: no constituía una pena judicial, ni un condena penal.

Por Aristóteles se sabe que también el gobierno democrático de Argos practicaba el ostracismo. En un escolio a Aristófanes se cita a Megara y a Mileto como ciudades donde asimismo se aplicaba el ostracismo.

En Atenas

El ostracismo fue sobre todo utilizado como arma política en manos del demos que tuvo su impacto en las rivalidades entre las heterías políticas (facciones aristocráticas) en el primer cuarto del siglo V a. C..

Plutarco refiere cómo Hipérbolo fue ostraquizado mediante un acuerdo entre Nicias y Alcibíades, que anteriormente habían estado enfrentados, y que deberían haber sido los protagonistas de la «ostracoforia», ya que estaban propuestos por la asamblea ese mismo año de 417 a. C.: «Como el pueblo estaba a punto de votar el ostracismo de uno de los dos, tras ponerse de acuerdo las facciones de ambos, instaron el ostracismo de Hipérbolo».

El propio Plutarco escribe en tono jocoso una anécdota sobre el ostracismo de Arístides:

Se cuenta que un analfabeto, tras entregar su óstrakon a Arístides, le pidió que escribiera por él el nombre de Arístides. Este, asombrado, le preguntó si Arístides le había causado algún daño. «En absoluto ―respondió el analfabeto― ni conozco a ese hombre, pero me molesta oírle llamar por todas partes “el Justo”». Después de escucharle, Arístides no replicó: escribió su propio nombre y le devolvió el óstrakon.
Plutarco, op. cit. VII, 7–8

Su ostracismo tuvo lugar en la primavera de 482 a. C., aunque a propuesta de Temístocles se aprobó un decreto de amnistía. Aristóteles y Cornelio Nepote discrepan en el año. Cf. Arístides

La desaparición del ostracismo se explica por la posibilidad de utilizar otros métodos menos duros (sin necesidad de cuórum) para eliminar a los adversarios políticos: el más importante de ellos fue la eisangelia, un procedimiento de acusación de un magistrado ante la asamblea.

En política

En el mundo de la política se sigue empleando el término de ostracismo cuando se aparta a algún miembro o se le hace el vacío por no ser del agrado o del interés de los demás. A esto último se le denomina con el título de "persona no grata".

Véase también

  • Petalismo
  • Funa
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