Oppidum íbero de Puente Tablas para niños
Datos para niños Oppidum íbero de Puente Tablas |
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Bien de interés cultural Bien de interés cultural |
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![]() El palacio del príncipe del oppidum ibero.
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Ubicación | ||
País | ![]() |
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División | ![]() |
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Municipio | ![]() |
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Localidad | Puente Tablas | |
Coordenadas | 37°48′46″N 3°44′55″O / 37.81277778, -3.74861111 | |
Historia | ||
Tipo | Yacimiento arqueológico, Ciudad, Casa, Ciudad, Sepultura, Muralla, Pueblo, Pueblo y Ciudad | |
Uso original | Oppidum | |
Época | Siglo IV a. C. | |
Cultura | Iberos | |
Abandono | Siglo VII | |
Gestión | ||
Acceso público | Martes a sábados: de 9 a 15:30 | |
Mapa de localización | ||
Ubicación en Jaén
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El oppidum íbero de Puente Tablas, también conocido como cerro de la plaza de armas de Puente Tablas, es un yacimiento arqueológico muy importante de la época de los iberos. Un oppidum era una ciudad fortificada. Este lugar se encuentra en Puente Tablas, cerca de Jaén en España, junto al río Guadalbullón. Hoy en día, está protegido como un Bien de Interés Cultural, lo que significa que es un lugar histórico muy valioso.
En 2016, se abrió un centro de interpretación para que los visitantes puedan aprender más sobre este fascinante lugar.
Contenido
¿Dónde se encuentra el Oppidum de Puente Tablas?
Este oppidum íbero está situado en dos cerros. Su forma especial se debe a una gran muralla que los rodea por completo. Esta muralla se adapta al terreno y hace que los cerros parezcan una meseta. Con el tiempo, la tierra ha unido los dos cerros, haciendo que parezcan uno solo.
Los antiguos habitantes eligieron este lugar por su posición estratégica. Desde aquí podían controlar las tierras fértiles cercanas, las minas de almagra y yeso, y la ruta de comunicación que ofrecía el río Guadalbullón. Este río conecta con el Guadalquivir, lo que era muy importante para el comercio y los viajes. La muralla es más débil en el lado oeste, donde el terreno rocoso ya ofrecía protección natural.
La historia del Oppidum de Puente Tablas
Desde la década de 1970, arqueólogos de la Universidad de Jaén han estado excavando en este lugar. Han descubierto que el cerro estuvo habitado desde la Edad del Bronce hasta la época islámica. Hubo un tiempo, a mediados del siglo IV a. C., en que la gente se fue de Puente Tablas. Es posible que se mudaran al Cerro de Santa Catalina.
Durante la Edad del Bronce, se encontraron restos de cabañas y agujeros de postes en los dos cerros. Esto sugiere que la ocupación se fue extendiendo poco a poco. Descubrimientos recientes en un cerro cercano indican que la zona habitada en esa época era aún más grande de lo que se pensaba.
En la siguiente etapa, conocida como protoibérica, comenzaron a fortificar los cerros. Usaron una técnica de construcción con piedras sin mortero, traídas del Cerro de San Juan de Dios. La muralla era muy gruesa y tenía bastiones rectangulares, que eran como torres de apoyo. También había pasillos secretos dentro de la muralla.
Se han excavado unos doscientos metros de la muralla, encontrando ocho bastiones. En algunos puntos, la muralla aún conserva cinco metros de altura. La única entrada conocida está en el suroeste y estaba protegida por dos contrafuertes, que formaban un pasillo estrecho para controlar quién entraba.
En el siglo IV a. C., antes de que la gente se fuera, los bastiones de la muralla fueron cubiertos con cal. El diseño de la ciudad en el interior se hizo más complejo. Había un sistema de calles que conectaban casas adosadas de forma cuadrada. Dentro de las casas, los espacios estaban mejor organizados, con áreas específicas para diferentes actividades.
¿Cómo eran las casas en el Oppidum?
Las casas del oppidum en el siglo IV a. C. cambiaron su diseño. Al entrar, había un espacio semiabierto común, a diferencia de las casas más antiguas que tenían muchas divisiones. Las dos primeras habitaciones se unieron en una sola, con bancos a lo largo de las paredes y un pilar central. El suelo era de tierra compactada o yeso. En esta zona se molía el grano y se cocinaba, cerca de la puerta.
La tercera habitación, que era la única interior, se dividió en dos o tres habitaciones más pequeñas. Los suelos de estas habitaciones interiores eran de losas de piedra caliza, excepto una zona que pudo haber tenido un suelo de madera u otro material que no se conservó. En una de las casas, se encontró el inicio de unos escalones que sugieren que había un segundo piso.
En una de las últimas excavaciones, en 1990, se descubrió un gran edificio con columnas en la parte oeste del oppidum. Este edificio era mucho más grande y diferente a las casas de la zona central.
En el siglo III a. C., la construcción de la fortificación se hizo menos fuerte, con bastiones más pequeños. Esto ocurrió durante la última vez que el cerro fue habitado. Finalmente, el oppidum fue abandonado debido a los grandes cambios que trajo la llegada de los romanos.