Manifiesto al mundo para niños
Datos para niños Manifiesto al mundo o sean apuntes para la historia |
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de Agustín de Iturbide | ||
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Idioma | Español | |
País | México | |
Fecha de publicación | 13 de octubre de 1823 | |
El Manifiesto al mundo o sean apuntes para la historia es un documento importante. También se le conoce como Manifiesto desde Liorna. Fue escrito por Agustín de Iturbide (1793-1824).
Iturbide lo escribió mientras estaba fuera de México, en Europa. Se publicó el 13 de octubre de 1823. Esto fue después de que él dejara su cargo como emperador de México en marzo de ese año. En el manifiesto, Iturbide compartió sus ideas sobre sí mismo y sobre sus responsabilidades en la política de su país.
El documento fue hallado de forma inesperada. Fue encontrado entre su ropa después de su fallecimiento el 19 de julio de 1824. Esto ocurrió en Nuevo Santander, que hoy es el estado de Tamaulipas en México. El manifiesto tiene algunas marcas que son de la sangre de Iturbide.
Iturbide mencionó en su escrito:
"En Filadelfia, en la Habana y en algunos periódicos de Europa se ha hablado de mi pintándome con los más negros colores; cruel, ambicioso, interesado con los rasgos más marcados."
También expresó su punto de vista sobre el futuro de México:
"Sólo cabe en la cabeza de un visionario, cuantas razones se podrían exponer contra la soñada república de los mexicanos, y que poco alcanzan los que comparan á lo que se llamó Nueva España, con los Estados Unidos de América."
Contenido
El regreso de Iturbide a México
¿Por qué regresó Iturbide a su país?
Cinco días antes de su fallecimiento, Agustín de Iturbide llegó al puerto de Soto la Marina, en Tamaulipas. Venía de Europa, donde había estado fuera de México por más de un año. Él no sabía que se había decidido que si regresaba a México, sería detenido.
Su propósito al volver era ofrecer su ayuda a las autoridades mexicanas. Había un posible peligro de que España intentara retomar el control de México. El rey Fernando VII de España estaba planeando esto. Se cree que pudo haber contactado a Félix Calleja, un antiguo militar. Iturbide había servido bajo las órdenes de Calleja en el pasado.
La llegada de Iturbide y su familia
Iturbide llegó el 14 de julio de 1824 en un barco llamado Spring. Venía con su esposa, Ana María Huarte, quien estaba esperando un bebé. También lo acompañaban sus dos hijos más pequeños, un sobrino y un teniente polaco llamado Beneski.
El comandante militar de la zona, Felipe de la Garza, se hizo cargo de Iturbide. Le informó que, según una decisión del Congreso, sería detenido de inmediato. Iturbide pidió ser llevado a Padilla. Quería hablar con los representantes del Congreso de Tamaulipas. Sin embargo, ellos no quisieron escucharlo y lo mantuvieron bajo custodia.
Las últimas cartas de Iturbide
Mientras esperaba, Iturbide escribió varias cartas. Escribió una despedida para su esposa e hijos. También escribió a los representantes del Congreso. En esa carta, quería saber de qué se le acusaba.
En una de sus cartas, Iturbide dijo:
“Mi muerte es ya inevitable, y sería en vano ya manifestar las sanas intenciones que me condujeron a prestar mis pequeños servicios. Nunca he sido traidor. Con asombro he sabido que vuestra soberanía me ha proscrito y declarado fuera de la ley circulando el decreto para los efectos consiguientes. Tal resolución me hace recorrer cuidadosamente mi conducta. No encuentro, señores, cuál o cuáles son los crímenes por los que el soberano Congreso me ha condenado.”
A las tres de la tarde del 19 de julio, se leyó la decisión final. Decía que Iturbide sería detenido por haber actuado contra su país. La decisión se haría efectiva en tres horas.
Los últimos momentos de Iturbide
Poco antes de las seis de la tarde, Iturbide fue llevado a la plaza principal de Padilla. Al llegar, le dio su reloj y su rosario al sacerdote que lo acompañaba. Luego, repartió algunas monedas de oro entre los soldados.
Después, se dirigió a las personas que estaban reunidas en la plaza. Les pidió que se mantuvieran unidos como mexicanos. También les recomendó amar a su país, seguir las enseñanzas de la religión católica y obedecer a las autoridades. Antes de su fallecimiento, exclamó:
"¡Mexicanos!, en el acto mismo de mi muerte, os recomiendo el amor a la patria y observancia de nuestra santa religión; ella es quien os ha de conducir a la gloria. Muero por haber venido a ayudaros, y muero gustoso, porque muero entre vosotros: muero con honor, no como traidor: no quedará a mis hijos y su posteridad esta mancha: no soy traidor, no.”
Los habitantes de Padilla sepultaron a Agustín de Iturbide en la iglesia del lugar. Catorce años después, en 1838, el presidente de ese momento, Anastasio Bustamante, ordenó que sus restos fueran llevados. Ahora descansan en el altar de San Felipe de Jesús, en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Declaration to the world Facts for Kids