Junta de Fe para niños
La Junta de Fe, a veces llamada Tribunal de la Fe, fue un tribunal de la Iglesia Católica creado por algunos obispos en España. Esto ocurrió durante un periodo conocido como la segunda restauración absolutista (1823-1833). Su objetivo era reemplazar a la Inquisición española, que el rey Fernando VII no había vuelto a establecer después de recuperar su poder absoluto en 1823.
Las Juntas de Fe pudieron funcionar gracias a la ayuda de las autoridades locales, ya que no tenían un respaldo legal oficial. Intentaron parecerse lo más posible a la Inquisición. La primera y más activa Junta de Fe fue la de la diócesis de Valencia. Se hizo conocida en Europa por haber juzgado a Cayetano Ripoll, la última persona en España en ser juzgada por tener creencias diferentes a las de la Iglesia oficial.
Contenido
Historia de las Juntas de Fe
Las Juntas de Fe surgieron en 1824. Fueron una idea de algunos sacerdotes y obispos para que se encargaran de las tareas que antes hacía la Inquisición española, la cual el rey Fernando VII no había restaurado. Sus promotores querían proteger las ideas tradicionales y la unidad religiosa del país. Creían que era muy importante controlar lo que la gente pensaba y evitar cualquier idea que no fuera la oficial de la Iglesia o del gobierno.
Orígenes y primeros pasos
Un antecedente de estas juntas fue el control de publicaciones que algunos religiosos comenzaron a hacer en 1823. Por ejemplo, el sacerdote Pere Avellà en Barcelona organizó un sistema similar a la Inquisición. Esto fue incluso reportado al rey por los militares franceses que estaban en la ciudad.
La primera Junta de Fe se creó en Valencia en el verano de 1824. Fue una iniciativa de José María Despujol, un sacerdote de la catedral de Valencia. En ese momento, él estaba a cargo de la diócesis porque el obispo había fallecido y no se había nombrado a su reemplazo. Despujol había sido un inquisidor estricto y formaba parte de grupos que apoyaban al rey. Su idea fue respaldada por el representante del Papa, Giacomo Giustiniani, y por el nuevo arzobispo de Valencia, Simón López García. Este último publicó un mensaje en 1825 donde decía que deseaba que la Junta de Fe reemplazara a la Inquisición.
Gracias al apoyo del Capitán General y del corregidor de Valencia, la Junta de Fe tuvo mucha actividad. El arzobispo Simón López le escribió al representante del Papa en 1825, contándole que la Junta de Fe de Valencia había intervenido en "muchos casos". Mencionó que se habían resuelto según las leyes de la Iglesia y del Estado, y que muchas personas se habían arrepentido y vuelto a la Iglesia.
Casos notables y expansión
Entre las personas juzgadas por el tribunal de Valencia estuvieron Mariano Cabrerizo, un librero acusado de vender libros "prohibidos", y el maestro Cayetano Ripoll. El caso y el juicio de Ripoll, que ocurrió el 31 de julio de 1826, causaron un gran revuelo en Europa. Sin embargo, en España, la noticia fue casi oculta debido a la censura de prensa. Ripoll fue la última persona juzgada en España por tener creencias diferentes a las de la Iglesia oficial.
Siguiendo el ejemplo de Valencia, se crearon Juntas de Fe en otras dos diócesis. En Tarragona, el arzobispo Jaime Creus la fundó en abril de 1825. Luego, el obispo de Orihuela también estableció su Junta de Fe para encargarse de los asuntos que antes manejaba la Inquisición.
En mayo de 1825, el embajador francés Boislecomte escribió a su gobierno que el gobierno español había permitido la formación de unas veinte de estas juntas en España.
Reacción del gobierno y fin de las Juntas
Finalmente, el gobierno reaccionó y ordenó el 30 de agosto de 1825 que las Juntas de Fe de Tarragona y Orihuela "cesaran en sus funciones". Esto se debió a que no tenían la aprobación del rey. El gobierno advirtió a los obispos que se mantuvieran dentro de los límites de las leyes de la Iglesia y del Estado, sin permitir "novedades" que pudieran alterar la tranquilidad de los ciudadanos.
Sin embargo, la Junta de Fe de Valencia siguió funcionando, incluso después del revuelo causado por el caso de Cayetano Ripoll. El ministro de Gracia y Justicia, Francisco Tadeo Calomarde, no hizo nada al respecto. Por otro lado, el representante del Papa, Giacomo Giustiniani, siguió con su idea de crear un organismo similar a la Inquisición, pero con otro nombre, para "preservar la fe católica". Aunque este organismo no llegó a crearse, los obispos continuaron revisando escritos y emitiendo juicios sobre asuntos de fe. Estas decisiones podían ser apeladas ante un tribunal de la representación del Papa en Madrid, lo cual fue confirmado por el rey en una ley de 1830.
Abolición de las Juntas de Fe
Las Juntas de Fe no fueron eliminadas legalmente hasta el 1 de julio de 1835. Esto ocurrió durante el periodo en que María Cristina de Borbón era regente. Se decidió que debían ser abolidas porque eran como "tribunales inquisitoriales" que se encargaban de los mismos delitos que antes conocía la Inquisición. Podían castigar con penas espirituales e incluso corporales, y mantenían todo en secreto.
Galería de imágenes
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El rey Fernando VII vestido como Gran Maestre de la Orden del Toisón de Oro, por Luis de la Cruz y Ríos.
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Retrato de Francisco Tadeo Calomarde, por Luis de la Cruz y Ríos (copia de Vicente López), Secretario de Estado de Gracia y Justicia que toleró la existencia de la Junta de Fe de Valencia