Huracán Otis para niños
Datos para niños Huracán Otis |
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Huracán categoría 5 (EHSS) | ||
Otis, en su máxima intensidad, se hallaba próximo a las costas de Guerrero en las primeras horas del 25 de octubre.
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Duración | 22 de octubre de 2023-25 de octubre de 2023 | |
Vientos máximos | 165 mph (270 km/h) (durante 1 minuto) | |
Presión mínima | 923 mbar (hPa); 27.26 inHg | |
Fallecimientos | >81 | |
Áreas afectadas | Sur de México. | |
El huracán Otis fue un ciclón tropical del océano Pacífico, de dimensiones reducidas pero de extraordinaria potencia y capacidad destructiva. Hizo su arribo el 24 octubre del 2023 en las proximidades de Acapulco, ostentando la categoría 5. Este fenómeno meteorológico se distinguió por ser el primer huracán del Pacífico que alcanzó tierra con gran magnitud, superando en intensidad al huracán Patricia.
Representante de la decimoquinta perturbación tropical, el décimo huracán, el octavo de mayor intensidad y el segundo de categoría 5 de la temporada ciclónica del Pacífico de 2023, Otis emergió de una alteración atmosférica situada a una considerable distancia al sur del Golfo de Tehuantepec. Las proyecciones iniciales auguraban que su apogeo sería el de una tormenta tropical de menor grado; sin embargo, Otis experimentó una intensificación vertiginosa, alcanzó velocidades máximas del viento de 165 mph (270 km/h) e hizo aparición en tierra con dicha máxima potencia. Tras su ingreso continental, la fuerza del huracán mermó con celeridad, desvaneciéndose en la jornada subsiguiente. Las consecuencias de Otis se tradujeron en al menos 39 decesos y un mínimo de 10 personas no localizadas.
Al efectuar su entrada ligeramente al oeste de Acapulco, los implacables vientos de Otis comprometieron la integridad de numerosas infraestructuras urbanas. Se registraron desprendimientos terrestres e inundaciones, consecuencia de las precipitaciones intensas y sostenidas. Las vías de comunicación experimentaron interrupciones significativas, lo que derivó en un conocimiento fragmentario e inicial sobre las repercusiones del huracán. Diversas estaciones radiales sufrieron daños. A consecuencia de estos eventos, la urbe enfrentó una escasez de agua apta para el consumo, y en respuesta, el gobierno de Guerrero desplegó un contingente considerable de efectivos militares con el propósito de brindar asistencia a los afectados.
Error de predicción
La agudización extrema del fenómeno fue en gran medida inesperada: apenas 24 horas previas a que Otis alcanzase la categoría 5, el NHC anticipó una intensidad máxima de tan solo 70 mph (110 km/h). El rumbo previsto para el ciclón tropical no indicaba que este impactaría en el sur de México; por el contrario, desvió su trayectoria hacia el oeste, manteniéndolo en aguas abiertas. Posteriormente, el rumbo estimado se modificó para indicar que Otis haría contacto con tierra, pero, reiterando, apenas 24 horas antes de que alcanzase la categoría 5, el NHC había previsto una intensidad máxima de 70 mph (110 km/h).A tan solo 16 horas de su impacto, el NHC estimó que Otis llegaría a su apogeo como huracán de categoría 1 con vientos de 90 mph (150 km/h), y que haría contacto entre las 6:00 a. m. y las 6:00 p. m. hora local (12:00 UTC y 00:00 UTC del día subsiguiente) el 25 de octubre; esta proyección no solo minimizó la intensidad del impacto en 75 mph (120 km/h), sino que también auguró que el fenómeno impactaría posteriormente a lo que en realidad sucedió (12:25 a. m. hora local; 06:25 UTC). Los modelos numéricos de predicción climatológica no lograron discernir adecuadamente la magnitud de la agudización fulminante que tuvo lugar, en parte a causa de la insuficiencia de datos (se efectuó únicamente un vuelo de Hurricane Hunters y no existe radar Doppler en la zona de impacto). Algunas simulaciones de modelos no anticiparon el impacto terrestre en lo absoluto.
Preparativos e impacto
En virtud de la inminente llegada del huracán Otis, las autoridades gubernamentales de Guerrero instauraron 396 albergues con el propósito de resguardar a los ciudadanos afectados por las intensas ráfagas y los estragos originados por las marejadas ciclónicas. Tanto el Ejército como la Armada Mexicana desplegaron un contingente de 8.000 efectivos para respaldar las labores de auxilio y salvamento hasta la mañana siguiente. Las instancias competentes de Guerrero decretaron el cierre del principal puerto de Acapulco. Se determinó la suspensión de actividades académicas en Guerrero después de que Otis tocó tierra. Asimismo, se cancelaron los vuelos con destino y origen en Acapulco.
En todo el territorio estatal, se manifestaron más de 500.000 interrupciones eléctricas. Instituciones hospitalarias y establecimientos hoteleros experimentaron adversidades, tales como inundaciones y desplomes de techumbres. Diversos inmuebles padecieron severos deterioros, e incluso algunos colapsaron. Un total de 18 emisoras radiales en Acapulco cesaron sus transmisiones, lo que dio como resultado una interrupción comunicativa en la metrópoli. Un complejo comercial en la mencionada ciudad quedó devastado, y un tramo de una arteria vial hacia la misma quedó intransitable debido a un desprendimiento de tierra. En la mayoría de los establecimientos hoteleros situados en la región portuaria de Acapulco, se observaron perjuicios significativos. Estos daños comprendieron cristales fracturados, cubiertas derrumbadas, balcones y muros desplazados, así como estancias parcial o íntegramente devastadas. Adicionalmente, un aeródromo militar cercano a Acapulco sufrió daños, complicando las operaciones de rescate. Una estación meteorológica de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, ubicada cerca de Acapulco, registró una ráfaga de viento de 135 millas por hora (217 km/h) en el momento en que la pared del ojo del huracán atravesaba la ciudad. A raíz de estos eventos, se habilitaron albergues temporales en Acapulco, Tecpán de Galeana y Coyuca de Benítez. Compañías aéreas como Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus enfrentaron perturbaciones en sus operaciones, suspendiendo servicios en Acapulco y Zihuatanejo. El Aeropuerto Internacional de Acapulco se clausuró para cualquier tipo de vuelo y resultó inoperable. El 26 de octubre, la titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal mexicano, Rosa Icela Rodríguez, informó acerca de 27 fallecimientos a consecuencia del huracán Otis, además de reportar un número de cuatro personas desaparecidas.
El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (Sasmex), entidad encargada de proporcionar alertas sísmicas a diversas urbes del país, ha sufrido la interrupción en la funcionalidad de 27 dispositivos sensoriales, afectando directamente a las regiones de Guerrero, Oaxaca y Michoacán. Esta situación conlleva que, ante un movimiento telúrico en las áreas cubiertas por dichos sensores, no se logre transmitir una adecuada señal de alerta sísmica.Las pérdidas económicas estimadas ascendieron a 15 mil millones de dólares, según el análisis de Enki Research, especializada en la evaluación de riesgos por desastres naturales, y superaron los 10 mil millones de dólares de acuerdo con la prestigiosa firma global de reaseguros, Gallagher Re. Es pertinente mencionar que el huracán Wilma ostenta el título del desastre climatológico con el mayor costo económico en la historia de México, con una cifra de 7.500 millones de dólares.
Michael Brennan, director del Centro Nacional de Huracanes, describió la situación con profunda preocupación, señalando: "Nos encontramos ante un panorama sumamente adverso: una región densamente poblada, una intensificación acelerada a punto de impactar, y una modificación en las previsiones acerca de los efectos que se está manifestando en un lapso que no otorga a la población suficiente margen para reaccionar."
Operaciones de rescate
Varias horas después de la disipación del huracán Otis, las autoridades emprendieron esfuerzos para acceder a las regiones damnificadas. El día en que Otis arribó a tierra firme, la Secretaría de la Defensa Nacional puso en marcha el plan DN-III-E en su etapa de "Auxilio a la Población Civil" y el Plan GN-A. Se movilizaron 8 391 integrantes para responder a este percance. Se cuestionó la aparente insuficiencia de instrumentos por parte del Ejército Mexicano para remover el lodo y los árboles derribados que obstruían las vías. Asimismo, se documentó la llegada de numerosos vehículos pertenecientes a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) a Acapulco; sin embargo, parecían enfrentar desafíos en cuanto a la reanudación del suministro eléctrico, dadas las intensas inundaciones y la acumulación de sedimentos.
Véase también
En inglés: Hurricane Otis Facts for Kids