Grünenthal GmbH para niños
Datos para niños Grünenthal Group |
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Tipo | Sociedad de responsabilidad limitada | |
Industria | Producción de fármacos | |
Forma legal | GmbH | |
Fundación | 1946 | |
Fundador | Hermann Wirtz, Sr. | |
Sede central | Aquisgrán, Alemania | |
Director ejecutivo | Gabriel Baertschi | |
Ingresos | 1 300 000 000 euros | |
Beneficio neto | 1,39 mil millones de euros (2016) | |
Empleados | 5500 aprox. (2016) | |
Miembro de | Informationsdienst Wissenschaft e.V., Verband Forschender Arzneimittelhersteller y Freiwillige Selbstkontrolle für die Arzneimittelindustrie | |
Sitio web | www.gruenenthal.com | |
Grünenthal es una compañía farmacéutica con sede en el municipio de Stolberg, en las proximidades de Aquisgrán, Alemania. Fue fundada en 1946 como Chemie Grünenthal, y desde aquel entonces ha sido una empresa familiar de forma ininterrumpida. Asimismo, fue la primera empresa que produjo penicilina en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, una vez que las autoridades de ocupación aliadas autorizaron la fabricación de este fármaco en dicho país. En la década de 1960, Grünenthal cobró notoriedad por la producción del medicamento teratógeno talidomida, que en un principio fue comercializado como un fármaco para las náuseas en el embarazo, bajo el nombre comercial Contergan. A pesar de que era un producto en apariencia seguro, la talidomida ocasionó graves malformaciones a miles de niños en todo el mundo, cuyas madres la habían consumido durante el embarazo.
Historia
Chemie Grünenthal fue fundada en 1946 por Hermann Wirtz, Sr., como Chemie Grünenthal GmbH; su sede original se encontraba en Stolberg. Posteriormente, la empresa fue rebautizada como Grünenthal GmbH y su sede se trasladó a Aquisgrán.
Penicilina
Las autoridades de ocupación aliadas habían prohibido a las empresas alemanas que produjesen penicilina y/o realizasen investigaciones sobre el citado fármaco. Cuando se levantó la prohibición, Grünenthal fue la primera empresa que fabricó penicilina expresamente para el mercado alemán, en 1948. Las inversiones en la producción de penicilina le reportaron a la compañía los beneficios que necesitaba para evitar la quiebra.
Talidomida (Contergan)
Grünenthal protagonizó el descubrimiento de la talidomida, fármaco que fue comercializado entre los años 1957 y 1963 como sedante y como calmante de las náuseas durante los tres primeros meses del embarazo (hiperemésis gravídica). Como sedante cosechó un gran éxito, ya que en un principio se creyó que apenas tenía efectos secundarios y, en caso de ingestión incorrecta, no resultaba letal. Sin embargo, el medicamento provocó miles de nacimientos de bebés aquejados de focomelia, una anomalía congénita que se caracteriza por la ausencia de extremidades en el torso o por una longitud excesivamente reducida de las mismas.
Después de que el doctor Widukind Lenz y su compañero de la Clínica Universitaria de Hamburgo, el español Claus Knapp, demostrasen de forma fehaciente los efectos teratogénicos de la talidomida en 1961, el fármaco fue retirado con mayor o menor prontitud en los países donde había sido comercializada bajo diferentes marcas. España fue de los últimos en hacerlo, dado que prohibió oficialmente su venta en 1963.
La magnitud de la cifra de afectados por la talidomida (en torno a 10 000 personas a escala global), cuyas deformidades suelen ser irreversibles, dio pie a la acuñación del término "catástrofe de la talidomida". Buena parte de estos individuos tuvieron (y tienen) dificultades para integrarse en la sociedad a causa de sus limitaciones físicas. Uno de los países más afectados por la talidomida (en el que esta se vendió bajo la marca Contergan) fue la República Federal de Alemania, donde no existía ninguna ley ni comisión de control de los medicamentos antes de la catástrofe. Al margen de la RFA, la alarma social suscitada por la tragedia impulsó a otros muchos Estados a promulgar leyes que regulasen más estrictamente las actividades de la industria farmacéutica. Entre otros aspectos, dichas leyes incluían el requisito sine qua non de realizar ensayos farmacológicos en animales y en seres humanos para garantizar la efectividad y la seguridad de todos los medicamentos nuevos, antes de proceder a su comercialización.
En Estados Unidos, la doctora Frances Oldham Kelsey, supervisora de la FDA, se negó a autorizar la distribución de talidomida y pidió más estudios, a pesar de que esta ya había sido aprobada en más de 20 países europeos y africanos. Su insistencia en que el medicamento debía ser completamente analizado antes de su aprobación quedó dramáticamente justificada cuando sobrevino la catástrofe. A raíz de la tragedia, el Congreso aprobó por unanimidad las reformas de las pruebas clínicas de medicamentos en 1962. Estas reformas conllevaban "requisitos más estrictos para las pruebas y la distribución de nuevos medicamentos", a fin de evitar problemas similares en un futuro. La enmienda reconoció también, por vez primera en la historia de EE. UU., que "la eficacia de un medicamento debería ser establecida antes de proceder a su comercialización".
En 1968, Grünenthal fue llevada a juicio en los tribunales de Renania del Norte por las familias de las víctimas alemanas de la talidomida, que reclamaban a la empresa una indemnización por los daños derivados de dicho fármaco. El proceso judicial se alargó dos años y medio, en el transcurso de los cuales se produjeron una serie de presuntas injerencias políticas para influenciar la sentencia final: el investigador británico Martin Johnson y su equipo afirman poseer pruebas que demuestran que los abogados de la farmacéutica se reunieron en secreto con los jueces que instruían el caso. Finalmente, en 1970, los magistrados dejaron en libertad a los ejecutivos de Grünenthal acusados y suspendieron el juicio. En consecuencia, las familias de los afectados alemanes se vieron obligadas a aceptar unas indemnizaciones mucho más bajas de lo solicitado en un principio; estas equivalían a un 10% de la suma reclamada a Grünenthal por los talidomídicos alemanes en concepto de daños y perjuicios. Paralelamente al "Proceso Contergan" en Alemania, los talidomídicos de Suecia, Reino Unido y otros estados demandaron a las compañías autorizadas por Grünenthal para comercializar la talidomida en sus respectivos países. Sin embargo, hubo algunos países en los que no se interpusieron demandas por los estragos de la talidomida hasta varias décadas después de la catástrofe, tales como España (cuya dictadura obstaculizó las reclamaciones judiciales a Grünenthal por parte de los afectados españoles).
Otros productos
La empresa se ha centrado en el tratamiento del dolor, e invierte activamente en i+D+i vinculada a esta rama de la Medicina. Entre otros fármacos, Grünenthal ha desarrollado el analgésico tramadol, que se comercializa bajo la marca Tramal y tiene un elevado volumen de ventas. Asimismo, la compañía destina fondos a la investigación farmacológica en ginecología, dermatología e infecciones, además de otras líneas de negocio.
Iniciativas
Desde 2004, Grünenthal GmbH, en colaboración con la Federación Europea de Dolor (EFIC por sus siglas en inglés), concede cada dos años becas de hasta 40 000 euros para financiar proyectos de investigación clínica en el ámbito del dolor y su tratamiento.
Véase también
En inglés: Grünenthal Facts for Kids
- Malicia sanitaria
- Crisis sanitaria
- Negligencia médica