Francisco de Ocáriz y Ochoa para niños
El retrato de Francisco de Ocáriz y Ochoa fue una pintura al óleo sobre lienzo creada por el famoso artista Diego Velázquez en la década de 1630. Este cuadro mostraba a un bufón, o como se les llamaba en esa época, un "hombre de placer" del rey Felipe IV de España. Se cree que fue pintado entre los años 1633 y 1638. Lamentablemente, hoy en día no se sabe dónde está este retrato original. En el pasado, se le conoció con otros nombres, como Alcalde Ronquillo o Alcalde de Zalamea, aunque esos nombres eran incorrectos.
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Historia del Retrato de Ocáriz
El retrato de Francisco de Ocáriz y Ochoa era parte de una serie de pinturas que Velázquez hizo de los bufones o "hombres de placer" de la corte. Eran entre cinco o seis retratos que formaban un grupo muy especial de obras de arte que adornaban el Palacio del Buen Retiro.
¿Cómo era la pintura?
Este retrato es muy parecido a otra obra famosa de Velázquez, el retrato de Pablo de Valladolid. Ambos cuadros muestran una figura que parece estar en un espacio sin límites claros, donde no se ve una línea que separe el suelo de la pared. En el caso de Ocáriz, su vara, sus pies y la sombra de su espada son las únicas pistas que nos dan una idea del espacio en el que se encuentra.
¿Quién era Francisco de Ocáriz y Ochoa?
Podemos saber que el retrato es de Francisco de Ocáriz y Ochoa gracias a documentos antiguos y a la ropa que lleva en la pintura. Viste de negro, con una capa corta, y lleva una vara y unos documentos en la mano. Con la otra mano, se quita el sombrero, como si estuviera saludando. Todo esto nos indica que su trabajo era el de "portero de vara", una persona que ayudaba a los jueces de la corte durante los juicios.
¿Por qué el rey encargó estos retratos?
Es muy probable que el rey Felipe IV encargara estos retratos para recordar las divertidas actuaciones de sus bufones. Por eso, se cree que Velázquez los pintó mostrando sus personajes y sus actos más conocidos. En el caso de Ocáriz y Ochoa, su humor seguramente estaba relacionado con situaciones de juicios.
¿Cómo sabemos cómo era el cuadro si está perdido?
Aunque el cuadro original de Velázquez se perdió, sabemos cómo era gracias a dos cosas importantes:
- Un grabado que hizo el famoso artista Francisco de Goya entre 1778 y 1785.
- Una copia de la pintura original, hecha por un artista desconocido. Esta copia perteneció a una colección privada y luego a la reina Fabiola de Bélgica. Después de estar perdida por muchos años, el Ministerio de Cultura de España la compró y ahora se encuentra en el Museo del Prado desde diciembre de 2020.
