Filinto Elísio para niños
Francisco Manuel do Nascimento, más conocido como Filinto Elísio, fue un importante escritor y traductor portugués. Nació en Lisboa el 23 de diciembre de 1734 y falleció en París el 25 de febrero de 1819. Fue una figura clave antes del movimiento romántico en Portugal, influyendo en las primeras generaciones de escritores románticos.
Filinto Elísio tuvo orígenes humildes. Gracias al apoyo de su padre, que era marinero, y de algunos amigos, pudo estudiar y convertirse en sacerdote. Le encantaba leer y dedicaba su tiempo libre a estudiar a autores clásicos como Horacio y a escritores portugueses del siglo XVI. Su trabajo como tesorero en una iglesia en Lisboa le daba tiempo para dedicarse a su pasión por la literatura.
Su interés por las letras lo llevó a unirse a un grupo cultural en Lisboa, donde aprendió sobre la literatura. Allí, estableció sus ideas principales: pensaba que era importante imitar a los mejores escritores clásicos y también a los autores portugueses que los habían seguido dos siglos antes. Filinto Elísio también fue profesor de latín de Leonor de Almeida, quien más tarde se convertiría en una marquesa y poetisa con ideas que anticipaban el romanticismo. También enseñó música a la hermana de Leonor, María de Almeida.
Este poeta, con su estilo clásico, combinaba la delicadeza en sus escritos con ideas bastante modernas para su época. Debido a algunas dificultades, decidió mudarse a Francia. Su tiempo en Francia, con una breve interrupción para trabajar en La Haya como secretario de un ministro portugués, estuvo lleno de trabajo literario. Sus Obras completas llenan 11 volúmenes. También fue profesor de portugués. Entre sus alumnos estuvo Alphonse de Lamartine, un famoso poeta, y entre sus amigos portugueses se encontraban Correia da Serra y Ribeiro Sanches.
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¿Cómo era el estilo de Filinto Elísio?
El estilo de Filinto Elísio, que usaba el nombre artístico de Filinto Elísio (dado por Leonor de Almeida), es un gran ejemplo de todas las formas literarias que sus maestros clásicos habían usado y aprobado. Escribió cartas, odas (poemas de alabanza), epigramas (poemas cortos y agudos), enigmas y otros tipos de textos. Esto demuestra que era un escritor muy original dentro del estilo clásico, pero también que estaba muy dedicado a la pureza y las reglas de ese estilo.
Falleció justo el año en que una importante academia en Toulouse propuso como tema de concurso las características de la literatura romántica, y seis años antes de que el movimiento romántico portugués se hiciera oficial. Es importante destacar que, a pesar de seguir tantos modelos antiguos, Filinto Elísio encontró en los clásicos formas que se acercaban a una manera de sentir más moderna. Elementos como las hadas, las brujas y los duendes de los cuentos, que llenan la imaginación y la nostalgia de la infancia, y lo maravilloso que se opone a la razón de su tiempo, comenzaron a formar parte de su manera de sentir y pensar. Como él mismo decía, era como "respirar el aire puro de la mañana de la vida".
¿Qué ideas defendía Filinto Elísio?
Su propia situación de vivir lejos de su país le hizo imaginar cómo habría sido su vida si su tierra natal lo hubiera aceptado y no lo hubiera obligado a viajar lejos de su hogar. Este sentimiento de un sueño imposible de alcanzar (en la poesía de Filinto es muy interesante el contraste entre el recuerdo y el sueño) se equilibra en su literatura con un deseo de bienestar.
A estas ideas que anticipaban el romanticismo, se sumaba su gusto por los ideales de libertad e igualdad de pensadores como Rousseau. Él admiraba a figuras como Benjamin Franklin y George Washington, y mostraba entusiasmo por los cambios políticos de su época. Su poesía combinaba temas actuales con una crítica a la situación en Portugal, lo que se reflejaba en su descontento con las dificultades que lo llevaron a vivir fuera de su país.
Casi al final de su vida, Filinto Elísio resumió lo que había aprendido sobre poesía. En su obra Epístola da arte poética portuguesa, dirigida a José María de Brito, defendió un tipo de poesía que no necesitaba rima, buscando la claridad y precisión en las palabras. En este esfuerzo por ser exacto, Filinto encontraba mucho placer en la poesía. Además, le preocupaba no imitar a otros y creía que la forma solo se une a la belleza del pensamiento, la armonía y la precisión del lenguaje, que tenía raíces latinas. Su entusiasmo por enseñar sus ideas a otros escritores hizo que muchos lo siguieran, formando un grupo llamado "filintismo", que se oponía a los seguidores de otro poeta, M. M. Barbosa du Bocage.