Ferrería de San Blas para niños
La Ferrería de San Blas fue una importante fábrica de hierro en Sabero, un pueblo de la provincia de León, en España. Fue construida en 1847 por una empresa llamada Sociedad Palentino-Leonesa de Minas. Hoy en día, sus antiguas instalaciones albergan el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, donde puedes aprender sobre la historia del hierro y la minería.
Contenido
¿Cuándo se construyó la Ferrería de San Blas?
Los inicios de la producción de hierro en Sabero
La Ferrería de San Blas fue pionera en España, ya que fue la primera en usar altos hornos que funcionaban con coque. Estos hornos estuvieron activos entre 1847 y 1862. En ese tiempo, sus productos de hierro se vendían en ciudades como León, Palencia, Valladolid y Madrid. El hierro llegaba a estos lugares gracias a las estaciones de tren de Sahagún y Mansilla de las Mulas.
El cierre y la nueva etapa de las minas
En 1862, la ferrería tuvo que cerrar debido a cambios en las leyes de impuestos sobre los productos. Años después, en 1880, las minas de carbón que antes pertenecían a la empresa original pasaron a ser propiedad de inversores de otra región. Esto llevó a la creación de una nueva compañía en 1892, llamada Hulleras de Sabero, S.A. Gracias a la construcción del ferrocarril de La Robla a Balmaseda en 1894, la explotación de las minas pudo continuar. El carbón extraído se enviaba entonces al mercado de la industria del hierro en Bilbao.
¿Cómo se fabricaba el hierro en la Ferrería de San Blas?
El proceso de fabricación del hierro
En la Ferrería de San Blas se utilizaba un proceso innovador para la época, que había sido desarrollado por H. Cort. Este método era muy exitoso en Europa. Primero, el mineral de hierro se calentaba en grandes hornos, llamados altos hornos, que usaban coque como combustible. Allí, el hierro se mezclaba con carbono y se fundía, ya que el hierro con carbono se derrite a una temperatura más baja que el hierro puro.
De lingotes a productos finales
El hierro fundido se sacaba del horno y se vertía en moldes de arena, donde se enfriaba y se convertía en bloques sólidos llamados lingotes. Este producto inicial podía usarse de dos maneras:
- Para hacer objetos de hierro fundido: Los lingotes se volvían a fundir en otros hornos y luego se vertían en moldes de arena para crear piezas con formas específicas, como tuberías o adornos.
- Para hacer hierro más maleable: Los lingotes se trituraban y se sometían a un proceso llamado "pudelado". En este proceso, el hierro se calentaba en hornos especiales para quitarle el carbono, convirtiéndolo en una masa esponjosa de hierro más puro y suave.
La transformación del hierro en barras
Esta masa esponjosa se golpeaba con un gran martillo, llamado martillo pilón, para compactarla y eliminar impurezas. El resultado era un bloque de hierro más denso. Mientras aún estaba caliente, este bloque pasaba por unas máquinas llamadas laminadores. Allí, se estiraba y se le daba forma para convertirlo en barras de hierro de diferentes tamaños y perfiles, como redondas, cuadradas o planas.
Productos especiales y tecnología avanzada
Finalmente, en la Ferrería de San Blas se realizaba un proceso de "refino". Se formaban paquetes con trozos de las barras de hierro y se recalentaban a temperaturas muy altas. Luego, estos paquetes calientes pasaban de nuevo por los laminadores, que tenían canales con formas, para obtener barras de hierro con perfiles específicos, como carriles de tren o vigas para la construcción.
También se fabricaban productos especiales, como aros, flejes (tiras delgadas de metal) y piezas pequeñas para clavos y herraduras. Estos productos requerían un hierro de muy buena calidad. La fábrica de Sabero era muy moderna para su tiempo, con máquinas importadas de los mejores fabricantes de Inglaterra. Incluso el martillo de vapor que usaban era una tecnología muy reciente, patentada solo unos años antes.
¿Qué instalaciones tenía la Ferrería de San Blas?
La gran fábrica de hierro de San Blas contaba con varias áreas importantes:
- La Casa de Máquinas: Aquí estaban las máquinas que soplaban aire a los altos hornos, esenciales para el proceso de fundición.
- La Fundición: Era el lugar donde se hacían los moldes de arena y se vertía el hierro fundido para crear todo tipo de objetos, desde piezas para la propia ferrería hasta productos para vender, como balcones o rejas.
- La Gran Lonja de la Forja y la Laminación: En esta gran nave se encontraban los hornos de pudelado y refino, la primera máquina de vapor de la provincia, los martillos para forjar el hierro y las máquinas laminadoras que daban forma a las barras.
- El Taller Mecánico: Era un taller muy importante con tornos y taladros modernos. Algunas de estas máquinas, construidas por el famoso ingeniero inglés James Nasmyth, aún se conservan en el museo y son piezas únicas en Europa.
- Instalaciones Auxiliares: La ferrería también tenía hornos para fabricar coque y una red de caminos de hierro que conectaban todas las instalaciones de la fábrica con las minas de carbón.