robot de la enciclopedia para niños

El Corbacho para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:El Corbacho o Arcipreste de Talavera
Portada de una edición de 1500.

El Corbacho conocido también como Reprobación del amor mundano o Arcipreste de Talavera  es una invectiva contra el amor mundano, acabada en 1438 por Alfonso Martínez de Toledo, arcipreste de Talavera de la Reina

Esta obra pretende prevenir contra las tentaciones del mundo y recomienda el ascetismo, empleando recursos que generalmente se utilizaban desde el púlpito. La historia en su conjunto es considerada como una ilustración de las verdades que el autor desea comunicar. Relacionado con la literatura misógina medieval, el Corbacho se detiene a analizar los defectos de las mujeres y establece conexiones entre la astrología y la medicina de la época (presidida por la teoría de los cuatro humores) y ciertos pecados.

La literatura misógina en España en el siglo XV


La discusión sobre la condición femenina es un lugar común en la religión, la filosofía y la literatura medievales, y por ello aparecen escritos voluminosos y particulares, además de numerosas obras de todo género, desde sermonarios y colecciones de cuentos a la poesía de cancioneros.

Existen antecedentes literarios muy antiguos como los conocidos en la Biblia en el Ars amatoria y en las Sátiras de Juvenal, en las obras contrapuestas de Bocaccio o en los escritos profeministas de Christine de Pisan. La controversia que se tiene en la España del siglo XV fue fruto de un amplio tratamiento literario.

La dura reprobación misógina de Alfonso Martínez de Toledo en el Corbacho produjo una oleada de réplicas en defensa de las mujeres, sobre todo en torno a la reina doña María, la esposa de Juan II, a quien los escritores rinden sus elogios. Entre otros autores se encontraron Juan de Mena quien alaba a otras reinas en su Laberinto de Fortuna en “la orden de Diana” y Diego Valera, quien le dedica a doña María su Tratado en defensa de las virtuosas mujeres.

El debate continuaría a lo largo del siglo XV en densos tratados, penetrando incluso en obras de ficción como Cárcel de amor de Diego de San Pedro o la misma Celestina.

Estilo

Es digno de atención el procedimiento bastante común en los sermones de la época con la presentación del lenguaje popular en todo su realismo. No se trata solo de reproducir tan sólo algunos rasgos fonéticos propios de esta clase de habla, sino que hay una intención del escritor por producir la sensación de que estamos presenciando un auténtico diálogo de la gente del pueblo. Tan impresionantes como estas representaciones del lenguaje popular son sus pasajes plenamente satíricos: el amante pavoneándose por toda la ciudad, la mujer con adornos que le habían prestado…No nos hallamos frente a un mero asunto de lo que el autor ha visto u oído, sino frente a una auténtica elaboración artística en la que producen un efecto máximo la selección y el énfasis.

El Corbacho recoge una serie de retratos y caracterizaciones psicológicas –y sobre todo lingüísticas– sumamente logradas. Esto se debe a la gran cantidad de descripciones tanto humanas como sociales. Martínez de Toledo da voz a sus personajes en los diálogos y, especialmente, en los monólogos que figuran en la obra (reconocidos entre los más célebres de la literatura española). Estamos ante uno de los primeros intentos literarios destinados a reproducir el habla espontánea.

Numerosos estudiosos coinciden al opinar que el Corbacho posee un indudable tono coloquial. El estilo directo omnipresente en los capítulos donde se mimetiza el discurso femenino contribuye al carácter oral de la obra:

Y así la mujer se esconde de su marido, como la amigada de su amigo, la hermana del hermano y la prima del primo. Y demás, por mucho que tengan siempre están llorando y quejándose de pobreza: “No tengo, no alcanzo, no me precian las gentes nada. ¿Qué será de mí, cuitada?” Y si alguna cosa de lo suyo despende, cualquier poco que sea, esto primeramente mil veces lo llora, mil zaheríos da por ello antes y después. Así les contece como hizo a los dos sabios Epicuro y Primas sino beber, pensando que no haber otro dios de natura sino comer y beber; y en estos fenecieron sus días todos. Así la mujer piensa que no hay otro bien en el mundo sino haber, tener, guardar y poseer, con solícita guarda condensar, lo ajeno francamente despendiendo y lo suyo con mucha industria guardando.↵↵Donde por experiencia verás que una mujer en comprar por una blanca más se hará oír que un hombre en mil maravedís. Ítem, por un huevo dará voces como loca y henchirá a todos los de su casa de ponzoña: “¿Qué se hizo este huevo? ¿quién lo tomó? ¿quién lo llevó? ¿a dó le este huevo? Aunque vedes que es blanco, quiçá negro será hoy este huevo. (...) dime: ¿Quién tomó este huevo? ¡Quien comió este huevo comida sea de mala ravia: cámaras de sangre, correncia mala le venga, amén! ¡Ay huevo mío de dos yemas, que para echar vos guardava yo! ¡Que de uno o de dos haría yo una tortilla tan dorada que complía mis verguenzas. E no vos endurava yo comer, e comióvos agora el diablo. ¡Ay, huevo mío, qué gallo e qué gallina salieran de vos! Del gallo fiziera capón que me valiera veinte maravedises, e la gallina catorze; o quiça la echara e me sacara tantos pollos e pollas con que pudiera tanto multiplicar, que fuera causa de me sacar el pie del lodo. Agora estarme he como desaventurada, pobre como solía. ¡Ay, huevo mío, de la meajuela redonda, de la cáscara tan gruesa! ¿Quién me vos comió? ¡Ay, (...), rostros de golosa, que tú me as lançado por puertas! Yo te juro que los rostros te queme, doña vil, suzia, golosa! ¡Ay huevo mío! Y ¿qué será de mí? ¡Ay, triste, desconsolada! ¡Ihus, amiga! Y ¿cómo non me fino agora? ¡Ay, Virgen María! ¿cómo no rebienta quien vee tal sobrevienta? ¡Non ser en mi casa mesquina señora de un huevo! ¡Maldita sea mi ventura e mi vida sinón estó en punto de rascarme o de me mesar toda! ¡Ya, por Dios! ¡Guay de la que trae por la mañana el salvado, la lumbre e sus rostros quema soplando por la encender, e fuego fecho pone su caldera y calienta su agua, e faze sus salvados por fazer gallinas ponedoras, y que, puesto el huevo, luego sea arrebatado! ¡Ravia, Señor, y dolor de coraçón! Endúrolos yo, cuitada, e paso como a Dios plaze e liévamelos al huerco. ¡Ya, Señor, e liévame deste mundo; que mi cuerpo non goste más pesares nin mi ánima sienta tantas amarguras! ¡Ya, Señor, por el que tú eres, da espaçio a mi coraçón con tantas angosturas como de cada día gusto! ¡Una muerte me valdría más que tantas, ya por Dios!”. Y en esta manera dan bozes e gritos por una nada. Item si una gallina pierden, van de casa en casa conturbando toda la vezindat. “¿Dó mi gallina, la ruvia de la calça bermeja”, o “la de la cresta partida, cenicienta escura, cuello de pavón, con la calça morada ponedera de huevos? ¡Quien me la furtó, furtada sea su vida! ¡Quien menos me fizo della, menos se le tornen los días de la vida! ¡Mala landre, dolor de costado, ravia mortal comiese con ella!

El lenguaje, concebido ya en la época como instrumento al servicio de la razón, debía brotar de la boca de las mujeres a través de parloteos simples y banales. Debido a esto, las mujeres a las que el Arcipreste presta su voz, hablan precisamente de temas superficiales: belleza, afeites, modas, etc. Su lenguaje es fuertemente emotivo, salpicado de abundantes alusiones al yo, a sus sentimientos y puntos de vista. Su discurso se llena de quejas y de auto-consolación.

Otra de las características léxico-semánticas más estudiadas, desde el punto de vista pragmático, son las invocaciones a Dios, la Virgen y los santos. Abundan las maldiciones y los juramentos, a pesar de que las mujeres nunca se han caracterizado por blasfemar, sino más bien por constantes invocaciones a Dios y a la Virgen.

kids search engine
El Corbacho para Niños. Enciclopedia Kiddle.