Batalla del río Mapocho para niños
Datos para niños Batalla del río Mapocho |
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Parte de la Guerra de Arauco | ||||
Fecha | 17 de enero de 1541 | |||
Lugar | Río Mapocho, cerca de un poblado inca en el valle | |||
Resultado | Victoria española | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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La Batalla del río Mapocho fue un enfrentamiento importante que ocurrió el 17 de enero de 1541. Tuvo lugar en el río Mapocho, cerca de lo que hoy es Santiago de Chile. Esta batalla fue parte de la Guerra de Arauco, un largo conflicto entre los españoles y los Mapuches.
Contenido
¿Por qué ocurrió la Batalla del río Mapocho?
La llegada de Pedro de Valdivia al valle
En diciembre de 1540, el explorador español Pedro de Valdivia llegó al valle del Mapocho. Su objetivo era establecer una nueva ciudad en ese lugar. Valdivia pensó que el valle era perfecto. Tenía buenas defensas naturales, suficiente agua y tierras fértiles para cultivar.
El acuerdo con el jefe Vitacura
Pedro de Valdivia quería construir un asentamiento cerca del Cerro Santa Lucía, que los locales llamaban Huelen. Habló con el jefe Vitacura, quien le dio su permiso para construir allí.
La reacción del cacique Michimalonco
Esta decisión no le gustó al cacique Michimalonco, quien era un líder importante del valle del Aconcagua. Michimalonco consideró que Vitacura había traicionado a su gente. Por eso, decidió marchar hacia el Mapocho para atacar a Vitacura y a los españoles.
Mientras tanto, los españoles intentaron ganarse la amistad de los pueblos locales con regalos. Aunque aceptaron los obsequios, no veían con buenos ojos la llegada de estos nuevos vecinos. Pocos días después, el ejército de Michimalonco se presentó. Exigieron que los españoles se fueran de sus tierras, pero Valdivia se negó.
¿Cómo se desarrolló la Batalla del río Mapocho?
Preparación para el combate
Ante la negativa de Valdivia, las tropas se prepararon para la batalla. Los españoles rezaron y pidieron ayuda a Santiago el Mayor, a quien consideraban su protector. Prometieron que, si ganaban, la nueva ciudad llevaría su nombre.
El enfrentamiento y la victoria española
La batalla comenzó con un choque entre las fuerzas de infantería. El combate duró varias horas y el resultado era incierto. Sin embargo, cuando la caballería española entró en acción, cambió el curso de la batalla. Los Mapuches fueron superados y huyeron hacia el norte. La lucha terminó pasado el mediodía.
Después de la batalla, algunos líderes curacas fueron hechos prisioneros. Contaron que, en el momento más difícil del combate, un jinete vestido de blanco apareció. Este jinete atacó a los indígenas con tanta fuerza que huyeron asustados. Para los españoles, esto fue una señal de que Santiago el Mayor les había ayudado a ganar.
¿Qué pasó después de la Batalla del río Mapocho?
Consecuencias del conflicto
Aunque los Mapuches se alejaron de los europeos después de esta batalla, su resistencia se hizo más fuerte. El conflicto entre ambos grupos continuó por mucho tiempo.
Pocos días después de la batalla, el 12 de febrero de 1541, se fundó la ciudad de Santiago del Nuevo Extremo. Esta ciudad se convertiría en la capital de la Capitanía General de Chile.
Relato histórico de Pedro Mariño de Lobera
Es interesante saber que esta batalla no aparece en la Crónica de Vivar, un documento que describe los primeros quince años de la conquista de Chile. Sin embargo, el historiador Pedro Mariño de Lobeira sí la menciona en su relato.
Pedro Mariño de Lobera describe la batalla así:
"...Y ......salió electo ......general un indio ......esforzado, y su ......respetado ......llamado Michimalongo, nombrado con gran solemnidad, según su costumbre. En este interín llegó el ejército de los cristianos al valle de Mapuche ......hizo asiento en quince de enero de mil y quinientos y cuarenta y uno...""... Sabiendo, pues, por toda la tierra la voz de aquesta fundación, aún no comenzada, llegó a oídos del general electo Michimalongo, el cual determinó de oponerse sin dilación a ella haciendo guerra a hierro y fuego por la defensa de su patria, y conservación de su libertad, impidiendo a los cristianos sus intentos, sin descansar un punto hasta salir con el suyo. Y en razón de esto partió luego con su ejército muy ordenado marchando a toda priesa para Mapuche con grande orgullo y lozanía, cantando victoria, como si ya la hubiera conseguido. No causó a los españoles algún género de pusilanimidad el excesivo número y avilantez de los bárbaros, antes cobrando nuevos bríos se apercibieron a la batalla, pertrechándose de las cosas necesarias para tal conflicto, y ante todas cosas con la oración, la cual tiene siempre el primer lugar entre todas las municiones y estratagemas militares. Y muy en particular invocando todos el auxilio del glorioso Apóstol Santiago, protector de las Españas y españoles en cualquier lugar donde se ofrece lance de pelea..Tras esto se siguió un breve razonamiento del general a sus soldados, en que solamente les daba un recuerdo de que eran españoles y mucho más de que eran cristianos, gente que tiene de su parte el favor y socorro del Señor universal, por cuya honra ......de ......las gentes ......que se precian de tener justo título para ellas".
"Dicho esto salieron al campo, donde se carearon los dos ejércitos, y, desafiándose sin recelo alguno, vinieron a las manos, partiendo los indios todos a una con gran vocería y lluvia de flechas que parecía se querían comer a los cristianos, los cuales estaban tan cubiertos de saetas como de espeso granizo que cae del cielo en día de temporal y de borrasca. No estaban dormidos entonces los nuestros, antes con un Santiago y a ellos andaban todos juntos sin dividirse en parte alguna, pareciéndoles ser expediente el andar......para ir atropellando bárbaros....... de los menos ......Con este ......encendida refriega, atropellando a los enemigos a cada paso y alcanzándolos a cada lance sin faltarles donde quiera que se reunían gente en quien emplear sus aceros y filos de sus armas".
"Pero como los indios eran en tan grueso número nunca dejaba de estar el campo cuajado dellos, entrando siempre escuadrones de refresco lucidos a maravilla por la mucha plumería que traían en sus cabezas de diversos colores, y las pinturas de sus rostros que estaban matizados con la variedad de labores que suelen en semejantes ocasiones, y mucho más por la diversidad de armas ofensivas que traían en las manos, como dardos arrojadizos con tiraderas, porras de armas de metal con púas de extraño artificio, lanzas cortas, picas en abundancia, macanas fuertes, arcos grandísimos de flechas tan largas y subtiles y de tanta fortaleza, que pasan el arzón de una silla jineta pasando la flecha de claro más adelante. Y lo más que había que mirar era la ligereza de los bárbaros, los cuales son tan sueltos que parece que en un instante están floreándose sobre el aire, y en otro cosido todo el cuerpo con la tierra".
"Estando, pues, la falla en su mayor furia al tiempo que los indios iban acometiendo con mayores bríos para beber la sangre a los cristianos; cuando se iban abalanzando a ellos para ejecutar su coraje con denuedo; cuando tenían ya la suya sobre el hito y a toda priesa iban blandiendo las lanzas y levantando los brazos para descargarlas con ímpetu en los cristianos; cuando con el aspirar de la victoria iban triunfando con estrépito y alaridos, veis aquí, cuando de repente (caso memorable) todos los bárbaros a una vuelven furiosamente las espaldas y dan a correr como gamos por el campo raso a ruin el postrero, desapareciendo súbitamente a huir todos del que súbitamente se les había aparecido, dejando a los cristianos suspensos, y yo ahora hasta el capítulo siguiente.