Batalla de Nasca para niños
La Batalla de Nasca, también conocida como Batalla de Changuillo, fue un importante enfrentamiento militar. Ocurrió el 14 de octubre de 1820 en la villa de Nasca, Perú. Fue la primera vez que se enfrentaron la Expedición Libertadora del Perú y el Ejército Real del Perú durante la Independencia del Perú.
En esta batalla, un grupo de 250 soldados liderados por el teniente coronel argentino Manuel Patricio Rojas logró una victoria. Derrotaron a una columna de 700 soldados españoles, comandados por el marqués de Quimper. Los soldados españoles sufrieron bajas y perdieron prisioneros y suministros. Al día siguiente, el teniente Suárez atacó a las tropas en retirada cerca del pueblo de Acarí, capturando más armas y municiones.
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La Batalla de Nasca: Un Paso Hacia la Independencia
La Batalla de Nasca fue un momento clave en la lucha por la independencia del Perú. Demostró la fuerza y determinación de las tropas que buscaban la libertad.
¿Qué Sucedió Antes de la Batalla?
La historia de la Batalla de Nasca comienza con la llegada de las fuerzas que buscaban la independencia.
El Desembarco de San Martín en Paracas
El 8 de septiembre de 1820, el general San Martín y sus tropas desembarcaron en la Bahía de Paracas. Por la tarde, ya habían desembarcado unos mil hombres. Juan Gregorio Las Heras comenzó a avanzar hacia Pisco.
Las Heras envió grupos de reconocimiento para asegurarse de que no hubiera trampas. No encontraron enemigos ni habitantes. El coronel Manuel Quimper, quien estaba a cargo de la zona, se había retirado con trescientos soldados. Antes de irse, destruyó todo lo que pudo y ordenó a los habitantes que abandonaran el lugar. Después de que las tropas independentistas tomaron Pisco, los habitantes comenzaron a regresar.
El 12 de septiembre, el general San Martín llegó con su equipo principal. Establecieron su cuartel general en la casa del marqués Campo Ameno.
La División de la Sierra y la Persecución
El 13 de septiembre, una división de soldados, incluyendo el batallón N°.5 de Chile, salió de Pisco. Estaban bajo el mando del general Juan Antonio Álvarez de Arenales. Se dirigieron a la hacienda Caucato, donde encontraron muchos suministros y más de 1500 personas que no eran libres. Muchas de estas personas se unieron más tarde a los regimientos independentistas.
El 2 de octubre, José de San Martín formó la División de la Sierra. La puso bajo el mando del general Juan Antonio Álvarez de Arenales. Esta división estaba compuesta por 1138 soldados. El 3 de octubre, el teniente coronel Manuel Rojas fue nombrado segundo al mando de esta división.
En la noche del 4 de octubre, la División de la Sierra partió de Caucato hacia la ciudad de Ica. Su objetivo era enfrentar al coronel Manuel Quimper y sus fuerzas. Al día siguiente, el general San Martín envió más soldados para reforzar la división y asegurar una victoria.
Después de un difícil viaje por el desierto, la División de la Sierra llegó cerca de Ica. Los espías informaron que la ciudad había sido abandonada por el ejército realista. Sin embargo, Arenales ordenó a sus hombres entrar con precaución. Las tropas independentistas fueron recibidas con alegría por los habitantes y las autoridades locales.
Para lograr una victoria importante, el general Arenales ordenó al coronel Rufino Guido perseguir al coronel Quimper. Al día siguiente, el 7 de octubre, Guido continuó la persecución hacia Palpa. En el camino, encontraron a las tropas realistas. Después de un pequeño enfrentamiento, dos compañías realistas se rindieron.
Arenales consideraba esencial derrotar a Quimper para iniciar la Campaña de la Sierra. Sin esperar noticias de Guido, Arenales envió al teniente coronel Manuel Rojas con unos 250 soldados hacia el sur. Durante la marcha, recibían información variada sobre la ubicación de las tropas de Quimper. Al atardecer del 12 de octubre, Rojas y sus hombres cruzaron el río Ica y continuaron hacia el sur.
Después de acampar, en la mañana del 13 de octubre, Manuel Rojas y sus hombres llegaron a Ocucaje. Allí descansaron hasta la tarde. Luego, Rojas animó a sus soldados, recordándoles la importancia de su misión para la Patria. La división continuó su marcha, recibiendo información sobre la ubicación de las fuerzas realistas.
Llegaron a La Encrucijada y tomaron un camino secundario hacia Changuillo para evitar Palpa. Manuel Rojas envió al teniente Suárez para emboscar a los realistas, pero no encontraron a nadie. A la mañana siguiente, la división entró en la hacienda de Changuillo para descansar. Desde allí, Rojas y un pequeño grupo salieron a reconocer los alrededores. Cerca de Palpa, capturaron un cargamento y a algunos hombres armados. Estos hombres informaron que Quimper y sus soldados se habían dirigido a Nazca.
¿Cómo se Desarrolló la Batalla de Nasca?
La mañana del 14 de octubre de 1820, después de comer en Changuillo, la división independentista se puso en marcha. Su destino, Nasca, estaba a un día de camino. En el trayecto, se encontraron con viajeros de Nasca que confirmaron la presencia de los realistas, quienes no sabían que el ejército independentista se acercaba.
Una legua antes de llegar a Nasca, existía el riesgo de ser vistos y perder la ventaja del ataque sorpresa. Por eso, el teniente coronel Manuel Rojas ordenó el ataque. La caballería se dirigió rápidamente hacia la plaza de Nasca. Ochenta hombres de caballería, liderados por los capitanes Lavalle y Brandsen, entraron a galope por las calles. Otros treinta, al mando del teniente Vicente Suárez, se separaron para cortar la retirada de los realistas hacia Arequipa.
Manuel Quimper y el conde de Montemar se habían refugiado en Nasca para evitar un enfrentamiento directo con las tropas principales de José de San Martín. Confiaban en que el difícil terreno desértico impediría que las fuerzas independentistas los persiguieran.
Vicente Suárez y sus soldados de caballería se ubicaron en la salida sur de la villa. Los dos escuadrones de los capitanes Lavalle, Brandsen y el propio teniente coronel Manuel Rojas cruzaron las calles del pueblo a todo galope. Con sus sables, se abrieron paso entre los sorprendidos soldados realistas que intentaban reagruparse.
Alrededor de las cinco de la tarde, la caballería independentista tomó la plaza. Algunos realistas aún resistían, pero Quimper y el conde de Montemar, al ver la batalla perdida, se retiraron hacia la provincia de Lucanas.