BarcoLab para niños
El Laboratorio de Biodiversidad Arrecifal y Conservación, más conocido como BarcoLab, es un grupo de investigación. Forma parte de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología. Ambos pertenecen a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
BarcoLab tiene su sede en Puerto Morelos, Quintana Roo. Esta zona se encuentra en la parte más al norte de la Barrera de Coral Mesoamericana. El laboratorio fue fundado en el año 2014 y desde entonces es dirigido por el científico Lorenzo Alvarez Filip.
¿Qué investiga BarcoLab?
La investigación de BarcoLab se centra en la ecología y la conservación de la vida en el mar. Especialmente, estudian los ecosistemas de arrecifes. Tienen tres áreas principales de investigación:
- Describir los cambios que ocurren en los arrecifes. Esto incluye los efectos del cambio ambiental y climático.
- Investigar cómo algunos procesos naturales afectan a los arrecifes. Por ejemplo, cómo los animales que comen algas (herbivoría) o cómo los corales nuevos se asientan (reclutamiento) influyen en el ecosistema.
- Comprender qué pasa cuando los arrecifes se dañan. Estudian cómo esto afecta a la biodiversidad y a las personas.
El objetivo principal de BarcoLab es generar conocimientos importantes. También buscan que su ciencia sea útil para tomar decisiones y crear planes de protección.
La enfermedad de los corales
En el año 2018, BarcoLab trabajó junto con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP). Juntos, descubrieron por primera vez un problema grave en los arrecifes de coral del Caribe mexicano. Se trata de una enfermedad llamada "enfermedad de pérdida de tejido de coral duro" (SCTLD, por sus siglas en inglés).
Esta enfermedad es muy peligrosa para los corales. Puede matar corales que tardaron décadas o incluso siglos en crecer. Esto ocurre en solo unas pocas semanas. El Dr. Lorenzo Alvarez Filip y su equipo han documentado ampliamente este hallazgo.
Entre el verano de 2018 y diciembre de 2019, BarcoLab registró la muerte de miles de corales. Esto ocurrió a lo largo de la costa del Caribe mexicano. Los efectos negativos se vieron en todos los arrecifes costeros. Abarcaron desde Isla Contoy hasta Xcalak, cerca de la frontera con Belice. También afectó a la Isla de Cozumel.
Sin embargo, en Banco Chinchorro no se ha detectado esta enfermedad. Esto significa una gran responsabilidad para todos. Los encargados de las áreas naturales, los científicos, los pescadores y los que ofrecen servicios turísticos deben proteger este lugar.