Antonio de Herrera Barnuevo para niños

Antonio de Herrera, quien falleció en Madrid en 1646, fue un talentoso escultor y diseñador español. Dirigió un taller muy activo que se dedicaba principalmente a construir retablos, que son estructuras decoradas que se colocan detrás de los altares en las iglesias.
Contenido
La vida y obra de Antonio de Herrera
¿Quién fue Antonio de Herrera?
Antonio de Herrera nació en el siglo XVII y se convirtió en un importante artista de su tiempo. Su trabajo como escultor y diseñador de retablos lo hizo muy conocido en España.
Sus inicios y familia
En el año 1607, Antonio de Herrera se casó con Sebastiana Sánchez. Ella era hermana de otro escultor, Juan Sánchez Barba, quien aprendió y trabajó en el taller de Herrera. Antonio y Sebastiana tuvieron dos hijos, Antonio y Sebastián Herrera Barnuevo, quienes siguieron los pasos de su padre en el arte de la escultura.
Trabajos para la realeza
Antonio de Herrera fue un artista muy solicitado. En 1622, pidió ser nombrado escultor oficial del rey. Para demostrar su experiencia, mencionó que ya llevaba diez años trabajando para la corona. Entre sus obras más destacadas para el rey, creó una escultura de la Inmaculada Concepción para el Monasterio de las Descalzas Reales. Esta obra fue tan famosa que, en 1621, la Catedral de Segovia le encargó una copia.
En 1623, Antonio de Herrera ya tenía el título de "escultor de Su Majestad". Más tarde, en 1627, fue nombrado encargado de la carpintería en las Obras Reales, que eran los proyectos de construcción y decoración del rey. A pesar de tener cierta competencia con Alonso Carbonel, otro arquitecto importante, Herrera siguió recibiendo muchos encargos de la corte.
Por ejemplo, en 1635, le pidieron que creara estatuas de piedra de los Reyes Magos, de Adonis y de Venus para la ermita de San Jerónimo, ubicada en los jardines del Palacio del Buen Retiro. En 1637, también hizo esculturas para la ermita de San Bruno, en el mismo lugar.
Obras en iglesias y conventos
Además de sus trabajos para el rey, Antonio de Herrera también realizó muchos encargos para iglesias en Madrid y sus alrededores. Con el tiempo, se dedicó más a diseñar y supervisar los proyectos que a esculpir con sus propias manos.
Algunas de sus obras importantes incluyen:
- Los retablos del Convento de Santo Domingo el Real en 1615.
- El retablo de la Iglesia de la Asunción en El Casar de Talamanca (Guadalajara).
- El retablo mayor de la Iglesia de la Magdalena en Getafe, donde colaboró con Alonso Carbonel.
- La custodia para el altar mayor de la Iglesia de San Jerónimo en Madrid.
Antonio de Herrera dejó un legado importante en el arte español del siglo XVII, con muchas de sus obras aún admiradas hoy en día.
Galería de imágenes
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Imagen de la Inmaculada Concepción en su capilla de la catedral de Segovia.