Amalio Fernández para niños
Amalio Fernández García (La Gineta, 30 de agosto de 1858-Hollywood, 23 de diciembre de 1928) fue un pintor y escenógrafo teatral español.
Biografía
Nació en la localidad albaceteña de La Gineta el 30 de agosto de 1858. A la edad de tres años marchó a vivir a Madrid, adonde había sido destinado su padre. Una temprana pasión por el dibujo y el boceto hizo que a los catorce años entrara en el taller del pintor valenciano Antonio Bravo y fue discípulo de los famosos decoradores italianos Basato y Bonardi. De adolescente viajó a París para estudiar; estuvo también en Londres y en Cuba y años después se instaló en Madrid, donde instaló su taller y alcanzó la cumbre de la escenografía teatral y operística, destacando en especial sus originales e imaginativos telones e iluminaciones para óperas como Sigfrido, Parsifal y La valkiria de Richard Wagner y Aida de Giuseppe Verdi, para zarzuelas como Margarita la Tornera de Carlos Fernández Shaw y para dramas como La reina mora y El alma del pueblo entre muchos otros, tanto en el Teatro Real como en el Apolo. Fue, además, un infatigable investigador de nuevos efectos e iluminaciones siempre muy aplaudidos: hubo un tiempo en que solo Luis Muriel y López y los artistas afincados en Barcelona (Mauricio Vilumara, Miguel Moragas Ricart y Ramón Martí Alsina) pudieron hacer sombra a su pincel. Morillejo transcribe la redondilla que le dedicó un poeta, admirado de su talento:
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- Pintando decoraciones
- es un artista de veras.
- ¡Cuántas obritas ligeras
- se salvan con sus telones!
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Había estudiado la técnica de los más célebres maestros de la artes auxiliares en la escena: Max Brückner como pintor, Kranish como ingeniero tramoyista y Hugo Boer como electricista e iluminista, inventor de la mayoría de los trucos de alumbrado y proyección. Sin embargo, la escasa remuneración por su trabajo le obligó a marchar a los Estados Unidos, a Nueva York dirigiendo allí talleres escenográficos. A su regreso su tendencia realista se vio postergada por corrientes más innovadoras y su taller quedó destruido por un incendio, lo que le dejó muy afectado. Pero lo llamaron luego a Hollywood y allí le sorprendió la muerte en 1928.
Llegó a realizar unos dos mil trabajos; lo que se conserva de su labor puede contemplarse en el Museo Nacional del Teatro de Almagro.