Alonso Martínez (escultor) para niños
Alonso Martínez (nacido en Villaeles de Valdavia, Palencia, en octubre de 1612 y fallecido en Sevilla en diciembre de 1668) fue un importante escultor del estilo Barroco. Trabajó principalmente en las ciudades de Cádiz y Sevilla, dejando un legado artístico muy valioso.
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¿Quién fue Alonso Martínez?
Alonso Martínez fue un artista dedicado a la escultura, un tipo de arte donde se crean figuras y formas en tres dimensiones usando materiales como madera, piedra o metal. Su estilo se enmarca en el Barroco, un periodo artístico que se caracterizó por ser muy emotivo, dinámico y con muchos detalles.
Sus primeros años y formación
Aunque Alonso Martínez nació en una pequeña localidad de Castilla, cuando tenía solo 10 años se mudó a la ciudad de Cádiz. Es probable que viajara con sus padres. Fue en Cádiz donde comenzó su formación artística. Primero, aprendió con el escultor Alejandro de Saavedra. Después, entró a trabajar en el taller de Jacinto Pimentel como oficial, lo que significa que ya era un escultor con experiencia. Sabemos de su relación con Pimentel porque existe un documento de 1637 que muestra que Pimentel le pagó una deuda a Martínez.
En 1638, Alonso Martínez se encontraba trabajando en Jerez de la Frontera. Allí conoció a otro escultor muy talentoso, José de Arce, quien era de Flandes. Entre ellos nació una buena amistad.
Su vida familiar y amistades
En 1641, Alonso Martínez se casó en Cádiz con Andrea Ruiz de la Santísima Trinidad. Tuvieron varios hijos. Uno de ellos, Felipe Martínez, nació en Sevilla en 1651. Su amigo Juan de Arce fue su padrino. Felipe siguió los pasos de su padre, dedicándose también a la escultura y heredando el taller de Alonso.
Su trabajo en Sevilla y obras importantes
A finales de la década de 1650, Alonso Martínez se trasladó a Sevilla. Esta ciudad se convirtió en su hogar hasta su fallecimiento en 1668. En Sevilla, realizó muchas de sus obras más famosas. Entre ellas, destacan las esculturas que hizo para la Catedral de Sevilla y para la Iglesia del Sagrario, dos lugares muy importantes de la ciudad.
Entre los artistas que aprendieron de él, se encuentra el reconocido imaginero Francisco Ruiz Gijón, quien también se convirtió en un gran escultor.