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Agorafobia para niños

Enciclopedia para niños

La agorafobia es un tipo de trastorno de ansiedad. Se caracteriza por sentir mucha preocupación o miedo en lugares o situaciones de los que podría ser difícil salir, o donde no se podría conseguir ayuda si se sintiera mal. Las personas con agorafobia a menudo evitan estos lugares o situaciones.

Este miedo puede aparecer en espacios abiertos, como plazas grandes, o en lugares cerrados, como el transporte público. La agorafobia está muy relacionada con los ataques de pánico. A veces, una persona puede tener agorafobia y ataques de pánico al mismo tiempo.

Entre los miedos que puede sentir alguien con agorafobia están: desmayarse, sufrir un problema de salud grave, o sentir que pierde el control en un lugar público. Como dijo un experto, la agorafobia es "miedo al miedo". Las personas con agorafobia temen las situaciones que les puedan causar ansiedad, y también les asusta cómo reaccionará su propio cuerpo y lo que podría pasar.

Datos para niños
Agorafobia
Archivo:Henry Street
Las calles transitadas y los espacios abiertos suelen provocar gran pánico en los agorafóbicos.

Las calles transitadas y los espacios abiertos suelen provocar gran pánico en los agorafóbicos.
Especialidad psiquiatría
psicología clínica

¿De dónde viene la palabra Agorafobia?

La palabra "agorafobia" viene de dos palabras griegas antiguas. "Ágora" (άγωρα) significaba "plaza pública" o "lugar de reunión". "Fobia" (Φόβος) significa "miedo". Así, agorafobia se refiere al miedo intenso a los espacios abiertos o a los lugares públicos.

¿Qué puede causar la Agorafobia?

Este trastorno puede aparecer después de una experiencia difícil para la persona. Al evitar situaciones similares, la persona puede aprender un patrón que hace que el problema se mantenga. Algunos factores que pueden aumentar el riesgo incluyen haber vivido momentos de mucho pánico o situaciones muy estresantes.

La agorafobia a veces puede llevar a que la persona desarrolle otros miedos más específicos, como:

  • Estar o quedarse solo/a (anuptafobia).
  • Miedo a los lugares cerrados (claustrofobia).
  • Miedo a las alturas (acrofobia).
  • Miedo al agua (hidrofobia).
  • Miedo a estar rodeado de mucha gente (enoclofobia).
  • Miedo a las enfermedades (hipocondría).
  • Miedo al día o a la noche (nictofobia).
  • Miedo al tiempo o al clima (cronofobia).

¿Cómo se comporta una persona con Agorafobia?

Una persona con agorafobia tiende a evitar situaciones que le causan mucha ansiedad. Por ejemplo, puede evitar salir de casa, usar el transporte público, ir de compras, comer en restaurantes, ir al cine, hacer deporte o viajar. Estas situaciones pueden ser un gran problema en la vida diaria. A veces, la persona puede llegar a no salir casi de su casa para evitar la gran ansiedad que le produce el pánico.

Es más común que las mujeres desarrollen este trastorno que los hombres. Se estima que entre el 1% y el 5% de la población ha tenido algún episodio relacionado con la agorafobia en su vida.

La mayoría de las personas con agorafobia sienten una serie de emociones cuando se exponen a lo que les causa miedo. Sienten sensaciones físicas intensas que aparecen de repente o sin razón aparente. Estas sensaciones pueden aumentar poco a poco o aparecer varias a la vez.

Algunas de estas sensaciones son:

  • Latidos rápidos del corazón (taquicardia).
  • Sensación de calor o frío.
  • Sudoración.
  • Temblores.
  • Sensación de ahogo o falta de aire; respiración muy rápida (hiperventilación).
  • Mareo y sensación de que todo da vueltas (vértigo).
  • Sentir que la realidad no es real (sensación de irrealidad).
  • Dolor o presión en el pecho.
  • Cansancio o fatiga (astenia).
  • Náuseas, dificultad para tragar, sensaciones extrañas en el estómago.
  • Visión borrosa o ver luces.
  • Pinchazos, calambres, adormecimiento, tensión, piernas débiles, pérdida de sensibilidad, palidez.
  • Ganas de ir al baño.

Cada persona experimenta diferentes sensaciones durante un ataque de pánico. Lo que hacen es buscar ayuda de inmediato para salir de esa situación y sentirse a salvo.

Además de los síntomas físicos, aparecen "pensamientos negativos o catastróficos" de forma automática. Estos pensamientos hacen que las sensaciones físicas aumenten, convirtiendo la ansiedad en un verdadero pánico. La persona se siente fuera de control y cree que su estado físico o emocional no terminará y que algo terrible pasará, como morir.

Es importante saber que estos pensamientos negativos aparecen sin que la persona los busque, incluso si intenta no tenerlos. Esto, a su vez, aumenta las sensaciones físicas. Dependiendo de la sensación más fuerte que se experimente, el cerebro puede generar un miedo específico, como:

  • Miedo a tener un problema de corazón: Es un miedo muy común. La persona cree que va a morir de un ataque al corazón. En realidad, el corazón late más rápido para enviar más oxígeno a los músculos, preparándose para una situación de "lucha o huida". Esto, en lugar de dañar el corazón, lo fortalece.
  • Miedo a ahogarse o asfixiarse: La persona siente que no puede respirar. Sin embargo, durante un ataque de pánico, el cuerpo acelera la respiración, lo que significa que hay más oxígeno de lo normal. Esto puede causar la sensación de falta de aire, pero no hay riesgo de asfixia.
  • Miedo a desmayarse: Este miedo es común si se sienten mareos, debilidad o piernas flojas. La persona teme perder el conocimiento. Los desmayos ocurren por una bajada brusca de la presión arterial. Durante un ataque de pánico, el corazón late con más fuerza y la presión sube, haciendo muy difícil desmayarse.
  • Miedo a perder el control o volverse loco: Este miedo aparece por sensaciones como ver "lucecitas", sentir que la realidad no es real o tener pensamientos muy rápidos. El cuerpo se prepara para el peligro, dilatando las pupilas para ver mejor. Esto puede hacer que la luz ambiental parezca excesiva y se vean "lucecitas". La persona puede pensar que está perdiendo la razón o que hará algo vergonzoso o peligroso. Sin embargo, lo peor que suele pasar es que la persona busque un lugar seguro.
  • Miedo al miedo: Después de haber tenido ataques de pánico, la persona puede desarrollar miedo a sufrir otro ataque. Temen que el próximo ataque no termine nunca. Es importante recordar que un ataque de pánico, incluso sin técnicas de control, solo dura unos minutos. El cerebro está diseñado para manejar la intensidad por poco tiempo.

¿Cómo aparece el pánico en una persona con Agorafobia?

La ansiedad y el pánico aparecen bajo ciertas condiciones, provocados por situaciones o sensaciones específicas. Las principales formas en que el pánico puede surgir en una persona con agorafobia son:

1. Ataque de pánico en una situación que causa agorafobia: Este ataque es predecible. Ocurre en un lugar o situación donde la persona ya ha tenido ataques antes y cree que es muy probable que le vuelva a pasar. Esto aumenta su miedo y finalmente tiene el ataque. La persona puede sugestionarse inconscientemente al estar en esa situación, lo que la lleva a querer huir.

2. Ataque de pánico predecible en una situación segura: Este ataque surge cuando la persona está muy activada emocionalmente, ya sea por alegría, estrés, tristeza, enfado o preocupación. Puede ocurrir incluso en un lugar donde la persona se siente segura. El miedo aumenta al sentir que no puede controlar sus emociones y volver a la normalidad.

3. Ataque de pánico imprevisible en una situación segura: En este caso, el pánico ocurre cuando la persona está en un lugar que considera "seguro". El desencadenante es interno. De repente, el cuerpo experimenta cambios físicos que la persona malinterpreta con pensamientos negativos. Esto produce mucha ansiedad y termina en un ataque. Estos cambios pueden ser por el ambiente (calor/frío), ejercicio, digestión, cansancio o enfermedad.

4. Ataque de pánico por anticipación: Aquí, la persona cree que sufrirá un ataque si se expone a lo que le causa ansiedad. Esto hace que sufra el ataque incluso antes de estar en esa situación. La ansiedad es tan grande que culmina en lo que intenta evitar: el pánico.

¿Cómo se trata la Agorafobia?

El tratamiento más común para la agorafobia es la terapia cognitiva-conductual. Esta terapia ayuda a la persona a entender cómo funciona la ansiedad y el pánico. Se basa en exponer a la persona poco a poco a las situaciones que le causan miedo.

Primero, se aprende sobre la ansiedad: qué es, cómo surge, para qué sirve y cómo se manifiesta. Al comprender esto, la persona entiende por qué su cuerpo reacciona de esa manera y por qué su mente intenta "protegerla" de un supuesto peligro.

Luego, se realizan "exposiciones en la imaginación" (in vitro). Esto significa que la persona se provoca voluntariamente sensaciones de ansiedad o pánico en un lugar donde se siente segura. El objetivo es que la persona vea que sus pensamientos negativos no son ciertos y que no ocurrirá ninguna catástrofe. También se enseñan técnicas de respiración y relajación.

Cuando la persona se siente preparada y segura, comienza la "exposición en la vida real" (in vivo). Esto es enfrentar directamente el miedo, afrontando los pensamientos y sensaciones en la situación temida. Así, la persona comprueba que no hay un peligro real y que la catástrofe que su mente había creado no sucede.

Es importante que la persona permanezca en la situación temida el tiempo que necesite y pueda soportar. Poco a poco, el malestar disminuirá y la persona comprobará que las sensaciones no son peligrosas. Con el tiempo, la situación dejará de generar ansiedad, y la terapia habrá funcionado.

Las primeras exposiciones en la vida real pueden ser difíciles. Es importante que la persona lo haga por voluntad propia, no por obligación. Recibir apoyo y ver los beneficios de superar el miedo ayuda mucho a sentirse capaz y sano.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Agoraphobia Facts for Kids

Galería de imágenes

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Agorafobia para Niños. Enciclopedia Kiddle.