Superioridad ilusoria para niños
La superioridad ilusoria es una idea en el campo de la psicología social. Se refiere a un tipo de sesgo cognitivo, que es como un "atajo mental" que a veces usamos. Con este sesgo, una persona tiende a pensar que sus propias cualidades y habilidades son mejores de lo que realmente son, especialmente cuando se compara con las de otras personas.
La superioridad ilusoria es una de las muchas "ilusiones positivas" que tenemos sobre nosotros mismos. Se puede ver cuando estudiamos la inteligencia, cómo hacemos tareas o exámenes, o si creemos que tenemos características personales que son muy buenas.
Los investigadores Van Yperen y Buunk usaron el término "superioridad ilusoria" por primera vez en 1991. Este fenómeno también se conoce con otros nombres, como efecto por encima del promedio, sesgo de superioridad o efecto Dunning-Kruger. También se le llama efecto Lake Wobegon, por una ciudad imaginaria donde se dice que todos los niños son mejores que el promedio.
Muchos estudios sobre la superioridad ilusoria se hicieron en los Estados Unidos. Sin embargo, investigaciones más recientes en otros países sugieren que este efecto puede depender de la cultura. Por ejemplo, algunos estudios indican que las personas de Asia oriental tienden a subestimar sus propias habilidades. Esto lo hacen para mejorar y llevarse bien con los demás.
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¿Por qué pensamos así?
Existen varias explicaciones de por qué las personas pueden tener esta tendencia a creer que son mejores que el promedio.
La "Heurística Superior al Promedio"
Una idea propuesta por los investigadores Alicke y Govorun es que no siempre pensamos conscientemente en nuestras habilidades para compararlas con las de otros. En cambio, tenemos una tendencia automática a vernos a nosotros mismos de una manera muy positiva.
Por ejemplo, si alguien se considera una persona honesta, es probable que exagere lo honesto que es, acercándose a su idea de lo que es ser "perfectamente honesto". Es importante saber que este "ideal" no siempre es el punto más alto de una escala. A veces, ser demasiado algo (como ser "demasiado honesto" y decir cosas que pueden herir) no es lo ideal. El ideal es un equilibrio que cada persona ve de forma diferente.
El Egocentrismo
Otra explicación para el efecto de "ser mejor que el promedio" es el egocentrismo. Esto significa que una persona le da más importancia y valor a sus propias habilidades, características y acciones que a las de los demás.
El egocentrismo no es necesariamente ser egoísta. Se trata de que las personas se sobreestiman en comparación con otros porque creen que tienen una ventaja que los demás no tienen. Incluso si el rendimiento de dos personas es igual, la persona egocéntrica pensará que su propio rendimiento es mejor.
Un estudio de Kruger (1999) apoyó esta idea. Los participantes calificaron su habilidad en tareas fáciles y difíciles. Se vio que las personas se calificaban por encima del promedio en tareas "fáciles" y por debajo del promedio en tareas "difíciles", sin importar su habilidad real. Esto muestra que si se les sugiere que tendrán éxito, se ven mejor; si se les sugiere que no, se ven peor.
El Focalismo
El "focalismo" es otra razón para este efecto. Esta idea dice que le damos más importancia a aquello en lo que nos estamos enfocando. En la mayoría de los estudios sobre la superioridad ilusoria, la atención se centra más en la persona misma cuando se le pide que haga comparaciones. Por ejemplo, la pregunta suele ser: "compárate con la persona promedio".
Según el focalismo, esto significa que la persona le dará más importancia a su propia habilidad o característica que a la de la persona con la que se compara. Si las preguntas se hicieran al revés (por ejemplo, "compara a la persona promedio contigo mismo"), el efecto de "ser mejor que el promedio" debería disminuir.
Investigaciones sobre el focalismo han demostrado que cuando se pide a las personas que comparen a un compañero promedio consigo mismas, el sesgo optimista (creer que te pasarán cosas buenas más a menudo que a otros) se reduce.
Windschitl, Kruger y Simms (2003) hicieron un estudio sobre el focalismo y el efecto de "ser mejor que el promedio". Descubrieron que cuando se les pedía a los participantes que estimaran la probabilidad de éxito de otros en una tarea, sus estimaciones eran más bajas que cuando estimaban sus propias posibilidades de éxito.
Véase también
En inglés: Illusory superiority Facts for Kids