Sepulcro de Alfonso X de Castilla para niños
Alfonso X el Sabio fue un rey muy importante de Castilla y León. Falleció en la ciudad de Sevilla el 4 de abril de 1284. La Crónica de Alfonso X, un libro que cuenta su historia, describe sus últimos momentos.
Cuando el rey Alfonso X estaba muy enfermo en Sevilla y sabía que iba a morir, su hijo, el infante Don Juan, le pidió que le diera el reino de Sevilla o el de Badajoz. Aunque el rey le dio una buena respuesta, no quiso hacerlo. Cuando su enfermedad empeoró, Alfonso X dijo delante de todos que perdonaba a su hijo y heredero, el infante Don Sancho, por lo que había hecho. También perdonó a todos los habitantes de sus reinos por cualquier error que hubieran cometido contra él. Mandó escribir cartas con sus sellos de oro para que todos supieran que los había perdonado y que no tenían culpa. Después de esto, recibió la comunión con mucha devoción y poco después falleció. El infante Don Juan, otros nobles, su hija la reina de Portugal y sus otros hijos lloraron mucho por él. Luego, lo enterraron en la iglesia de Santa María de Sevilla, cerca de sus padres, el rey Don Fernando y la reina Doña Beatriz.
Contenido
¿Dónde quería ser enterrado Alfonso X el Sabio?
Cuando el rey Alfonso X tenía cuarenta años, había decidido que, al morir, sus restos fueran enterrados en la iglesia de Santa Cruz de Cádiz, que él mismo había mandado construir. Sin embargo, este deseo no fue incluido en su testamento final.
En su testamento, que hizo en Sevilla el 22 de enero de 1284, el rey Alfonso X explicó dónde quería que descansaran sus restos. Dijo que su cuerpo debía ser enterrado en el monasterio de Santa María la Real de Murcia. Este lugar era muy importante para él porque fue el primer sitio que conquistaron para el servicio de Dios y en honor a su padre, el rey Don Fernando, y a su tierra.
Pero también dejó una opción: si sus encargados del testamento pensaban que era mejor, su cuerpo podría ser enterrado en Sevilla o en otro lugar que fuera más del agrado de Dios. Si lo enterraban en Sevilla, pidió que la tumba no fuera muy alta. Si decidían que fuera donde estaban sus padres, el rey Don Fernando y la reina Doña Beatriz, quería que su cabeza estuviera a los pies de ellos, y que la tumba fuera plana. Así, cuando el sacerdote rezara sobre ellos, sus pies estarían sobre la tumba del rey.
El corazón del rey y sus entrañas
Alfonso X también pidió que, tan pronto como falleciera, le sacaran el corazón y lo llevaran a Tierra Santa, a Jerusalén, en el Monte Calvario, donde estaban enterrados algunos de sus antepasados. Si no podían llevarlo de inmediato, quería que lo guardaran en algún lugar hasta que la tierra fuera segura para transportarlo.
Además, mandó que sus entrañas fueran llevadas al monasterio de Santa María la Real de Murcia, o al lugar donde fuera enterrado su cuerpo. Quería que todo se metiera en una sola tumba, como si su cuerpo completo estuviera allí. Si el monasterio de Murcia no estaba en las condiciones que él deseaba, entonces mandó que esto se hiciera en la iglesia mayor de Santa María de Sevilla.
También pidió que si su cuerpo era enterrado en Sevilla, su tabla con reliquias, hecha en honor a Santa María, fuera llevada a esa iglesia y usada en las procesiones de las grandes fiestas de Santa María. Finalmente, deseó que todos los libros de los cantares de alabanza a Santa María estuvieran en la iglesia donde fuera enterrado su cuerpo, y que se cantaran en las fiestas de Santa María.
¿Dónde está enterrado Alfonso X el Sabio?
El cuerpo de Alfonso X fue enterrado en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla.
En la antigua Capilla Real de la Catedral de Sevilla había una estatua del rey sentado, frente a la imagen de la Virgen de los Reyes. También estaban allí las estatuas de sus padres, Fernando III el Santo y Beatriz de Suabia, que también estaban enterrados en el lugar. A los pies de la estatua del rey estaba su tumba, cubierta con una lámina de plata decorada con castillos, leones, cruces y águilas. La corona de la estatua del rey era de oro y piedras preciosas. En su mano derecha sostenía un cetro de plata con forma de águila, y en la izquierda, una esfera de oro con una cruz. En 1356, Pedro I de Castilla, tataranieto de Alfonso X, quitó todos los metales y piedras preciosas que adornaban las estatuas de Alfonso X y su madre.
En 1579, cuando se terminó la nueva Capilla Real de la Catedral de Sevilla, el ataúd con los restos del rey fue colocado bajo el arco más cercano a la reja que cerraba la capilla, en el lado izquierdo. El ataúd estaba cubierto con un paño de brocado, y sobre una almohada en la cabecera, había una corona y un cetro de bronce dorado.
En 1948, para celebrar los setecientos años de la conquista de Sevilla por Fernando III el Santo en 1248, se construyó el sepulcro actual del rey. Este se encuentra en el lado izquierdo de la Capilla Real.
La estatua del rey orando fue hecha por los escultores Antonio Cano y Carmen Jiménez. El mausoleo del rey es igual al de su madre, la reina Beatriz de Suabia, que está enfrente. Tiene dos partes, con columnas a los lados. La primera parte contiene la urna con los restos de Alfonso X el Sabio, y en el frente se lee "Alfonso X el Sabio". Encima de la urna está la estatua del rey, que aparece cubierto con un manto real, coronado con una corona de bronce, y arrodillado frente a un reclinatorio. La segunda parte del mausoleo tiene un medallón circular con el escudo del reino de Castilla y León.
¿Dónde están las entrañas de Alfonso X el Sabio?
En la Catedral de Murcia, en la zona del altar, se encuentran el corazón y las entrañas de Alfonso X el Sabio dentro de una urna. Originalmente, el rey quería que su corazón fuera llevado al Monte Calvario, en Tierra Santa, y sus entrañas al monasterio de Santa María la Real del Alcázar en Murcia. Sin embargo, estos deseos no se cumplieron del todo, y su corazón y entrañas terminaron juntos en el mismo lugar. En el año 1525, a petición de la ciudad de Murcia y por orden del emperador Carlos V, las entrañas de Alfonso X fueron trasladadas a la capilla mayor de la Catedral de Murcia.
La urna que contiene las entrañas del rey está en un nicho de estilo renacentista, decorado con flores. Fue hecha en la época de Carlos V y restaurada después de 1854. La urna es de piedra, pintada de blanco y oro. A cada lado tiene dos figuras de heraldos con mazas doradas, y en sus túnicas aparecen los escudos del reino de Castilla y León. Estas figuras, hechas en el siglo XVI, están pintadas de rojo y oro. En una placa en la parte inferior de la urna, se lee una inscripción que dice:
"AQUI ESTAN LAS ENTRAÑAS DEL SEÑOR REY DON ALONSO X, EL QUAL MURIENDO EN SEVILLA POR LA GRAN LEALTAD CON QUE ESTA CIBDAT DE MURCIA LE SIRVIO EN SUS ADVERSIDADES LAS MANDO SEPULTAR EN ELLA".
El emperador Carlos V prohibió que nadie más, sin importar su rango, fuera enterrado en la capilla donde se depositaron las entrañas de Alfonso X. Mediante un documento del 11 de mayo de 1526, ordenó que se hiciera una reja de hierro con su escudo de armas, y que en ella se grabara que Alfonso X el Sabio mandó llevar sus entrañas allí por la lealtad que la ciudad de Murcia le mostró.
Véase también
- Catedral de Murcia
- Capilla Real de la Catedral de Sevilla
- Catedral de Sevilla