Reloj de la catedral de Barbastro para niños
El último reloj mecánico de la Catedral de Barbastro ha funcionado durante casi todo el siglo XX.
Este reloj se instaló en 1908 en la torre de la catedral, que era el lugar para el que fue diseñado. Allí estuvo en funcionamiento hasta 1994, cuando se dejó de mantener. Después, fue reemplazado por un mecanismo electrónico.
Fue construido por el relojero Francisco Coll Marqués, quien tenía su taller en Lascellas (Huesca) desde 1870. El reloj fue diseñado como un reloj tipo Morez que marcaba las horas y los cuartos, y repetía las campanadas, pero no tenía una esfera exterior.
En septiembre de 2010, el reloj fue retirado para ser restaurado en los talleres de Comercial Latorre en Corella (Navarra). Desde octubre de ese mismo año, una vez restaurado y colocado en una nueva base, se encuentra en las salas del Museo de Arte Sacro de Barbastro. Allí espera una decisión sobre dónde será su lugar definitivo.
Contenido
El Reloj Mecánico de la Catedral de Barbastro
Este reloj es una pieza importante de la historia de la Catedral de Barbastro. Representa la tecnología de los relojes mecánicos de principios del siglo XX. Su diseño y construcción muestran la habilidad de los relojeros de esa época.
Historia y Ubicación Actual
El reloj fue instalado en la torre de la catedral en 1908. Funcionó sin interrupción durante muchos años, marcando el tiempo para la ciudad de Barbastro. En 1994, su mantenimiento se detuvo y fue sustituido por un sistema más moderno.
Después de ser restaurado en 2010, el reloj se exhibe en el Museo de Arte Sacro de Barbastro. Esto permite que las personas puedan verlo de cerca y aprender sobre su funcionamiento.
¿Quién Construyó Este Reloj?
El creador de este reloj fue Francisco Coll Marqués, un relojero muy conocido de la región de Huesca. Su empresa, Relojes Coll, fue fundada en 1870 y estuvo activa durante 106 años, pasando por tres generaciones de relojeros de la misma familia.
Esta empresa fue clave para que la relojería española adoptara los avances técnicos del siglo XIX. Además de este reloj, diseñaron otros mecanismos y herramientas, como un sistema para dar cuerda a los relojes usando electricidad.
Los Primeros Relojes Públicos
Los primeros relojes mecánicos en Europa se fabricaron en la Edad Media. Se usaban principalmente en los monasterios para llamar a los monjes a sus oraciones.
En España, uno de los primeros relojes públicos fue el de la catedral de Valencia, construido en 1378 por Juan Alemany. Después se construyeron relojes similares en ciudades como Barcelona, Cuéllar y Sevilla.
El Reloj Anterior de Barbastro
El reloj de Francisco Coll no fue el primero en la Catedral de Barbastro. Los registros del Archivo Diocesano muestran que en 1625, el Cabildo (el grupo de clérigos que administra la catedral) organizó un concurso. Querían un nuevo reloj para la torre recién restaurada, que tuviera horas y cuartos. Para ello, entregarían el reloj viejo. El nuevo reloj, que fue al menos el segundo en la torre, costó cien escudos y fue construido por Juan Montaler, un relojero de Laluenga. No se tienen más detalles hasta la llegada del reloj de Francisco Coll.
¿Cómo Funciona el Reloj?
Este reloj mide 180 centímetros de ancho, 72 de profundidad y 65 de altura. Está hecho de hierro laminado y fundido. Tiene dos sistemas laterales, uno para las campanadas de las horas y otro para las de los cuartos. También tiene un sistema central que mueve el reloj. Los ejes giran sobre piezas de bronce llamadas casquillos.
El Péndulo: El Corazón del Tiempo
El péndulo del reloj de la Catedral de Barbastro es una pieza muy bien hecha. Es un péndulo de lira, construido con varillas de diferentes materiales. Esto ayuda a que el péndulo no se alargue ni se acorte mucho con los cambios de temperatura, lo que lo hace muy preciso al medir el tiempo. También tiene mecanismos para ajustar el peso y la longitud del brazo.
La Manivela y las Pesas: La Energía del Reloj
La manivela se usaba para subir las pesas del reloj. Estas pesas, al caer lentamente, eran las que hacían que el reloj se moviera, que las agujas avanzaran y que las campanas sonaran.
Las pesas estaban hechas de diferentes metales y colgaban de una cuerda enrollada en un cilindro. Bajaban poco a poco, controladas por un trinquete.
El Trinquete: Seguridad en el Movimiento
El trinquete es un mecanismo que hace que sea más fácil y seguro subir las pesas. También evita que la cuerda se suelte de repente y las pesas caigan sin control.
El Escape: El Ritmo del Reloj
El escape es la parte más importante de cualquier reloj analógico. En este reloj, es una rueda con dos coronas que gira diente a diente. Un mecanismo en forma de "V" invertida detiene su avance. Con cada movimiento del péndulo (el "tic" y el "tac"), el escape libera un diente de la rueda, permitiendo que el siguiente se mueva. Además, este mecanismo le da un pequeño empujón al péndulo en cada oscilación, compensando la energía que se pierde por el roce.
El Caracol: Las Campanadas de la Hora
El caracol es un dispositivo en forma de espiral que se encarga de que las campanas suenen en el orden correcto. En este caso, tiene doce niveles, uno por cada campanada. El caracol le indica a otra pieza, llamada rastrillo, cuántos golpes o campanadas deben sonar exactamente a cada hora.
La Pala de Frenado: El Sonido Perfecto
La pala de frenado, también llamada venterol, es un mecanismo que evita que la pesa que mueve el martillo de las campanas caiga libremente. Sin este dispositivo, las campanadas sonarían muy rápido, lo que haría difícil entender la hora. En un reloj como este, que no tiene esfera exterior, contar las campanadas era esencial para saber la hora exacta y el paso de los cuartos de hora.