Proyecto de Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1919 para niños
El Proyecto de Estatuto de Autonomía de Cataluña de 1919 fue la primera propuesta de Estatuto de autonomía que se hizo desde Cataluña para ser aprobada por el parlamento español. Este proyecto fue creado en enero de 1919 por la Mancomunidad de Cataluña, una institución que agrupaba a las cuatro provincias catalanas.
Este proyecto formó parte de una campaña para conseguir más autonomía para Cataluña entre 1918 y 1919. Las principales fuerzas políticas catalanas, como la Liga Regionalista de Francesc Cambó y la propia Mancomunidad, presidida por Josep Puig i Cadafalch, impulsaron esta iniciativa.
El proyecto fue aprobado en Barcelona el 25 de enero de 1919 por la Asamblea de la Mancomunidad de Cataluña y por los representantes catalanes en el parlamento. Estos representantes habían dejado el parlamento dos meses antes, en protesta porque no se había aceptado una propuesta anterior de autonomía. Al día siguiente, el 26 de enero, el proyecto fue apoyado por los alcaldes y delegados de los municipios catalanes, que se reunieron en el Palacio de la Música Catalana.
Sin embargo, cuando el proyecto se presentó en el parlamento español, el gobierno de la época, liderado por el conde de Romanones, y los partidos políticos principales de ese momento, no quisieron ni siquiera discutirlo.

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¿Cómo se creó el proyecto de autonomía?
Después de que los representantes catalanes se retiraran del parlamento en noviembre de 1918, el gobierno del liberal conde de Romanones formó una comisión especial. Esta comisión tenía la tarea de redactar una propuesta de autonomía para Cataluña y llevarla al parlamento.
El 21 de diciembre de 1918, los representantes catalanes, junto con la Asamblea de la Mancomunidad y los diputados de las cuatro provincias, se reunieron en Barcelona. Debían decidir si participarían en la comisión del gobierno. Los partidos republicanos catalanes propusieron que ellos mismos crearan una propuesta de Estatuto de autonomía. Los representantes de los partidos políticos tradicionales pensaban que debían unirse a la comisión del gobierno.
Finalmente, se decidió que el Consejo de la Mancomunidad y los representantes catalanes elaborarían un borrador del Estatuto. Sin embargo, no descartaron la posibilidad de ir también a Madrid. El gobierno no estuvo de acuerdo con esta decisión.
El 29 de diciembre, el Consejo de la Mancomunidad y los miembros catalanes de la comisión del gobierno, como Cambó y Puig i Cadafalch, decidieron no asistir a la comisión. Querían mantener la unidad de quienes apoyaban la autonomía, ya que los republicanos se oponían a participar en la comisión del gobierno. Además, otros políticos importantes tampoco asistirían, lo que haría difícil que lo que acordara la comisión fuera aprobado por el parlamento. A pesar de esto, el gobierno mantuvo la comisión.
El 11 de enero de 1919, la comisión del gobierno presentó su propio proyecto. Este proyecto incluía algunas mejoras: Cataluña tendría una asamblea llamada Diputación y un gobierno llamado Generalidad. Las cuatro diputaciones provinciales desaparecerían, y se reconocería el catalán como idioma oficial, incluso en la justicia. También se permitiría crear una policía regional que trabajaría con la policía nacional.
Sin embargo, este proyecto era más bien una descentralización administrativa. No daba al gobierno regional competencias exclusivas ni le transfería servicios del Estado. Además, creaba la figura de un gobernador general de la región, que podía rechazar las decisiones de la Diputación y la Generalidad si consideraba que se excedían en sus funciones. Este gobernador también podía disolver la asamblea regional y convocar nuevas elecciones con la aprobación del gobierno de Madrid. Los expertos catalanes de la Mancomunidad señalaron que los poderes del gobernador eran un paso atrás.
¿Qué proponía el proyecto de la Mancomunidad?
El 17 de enero de 1919, el Consejo de la Mancomunidad y los representantes catalanes presentaron su propio proyecto en Barcelona. Hicieron cuatro cambios importantes respecto a una propuesta anterior de noviembre, para que fuera más fácil que el parlamento lo aprobara:
- Primero, eliminaron la mención a otros territorios fuera de Cataluña que podrían unirse, para evitar que se les acusara de querer una "gran Cataluña".
- Segundo, enumeraron las competencias que tendría el gobierno regional. Antes, solo se habían enumerado las competencias del Estado, lo que significaba que todo lo demás sería para la región autónoma.
- Tercero, renunciaron a una comisión conjunta que antes se encargaba de resolver conflictos de competencias. Ahora, esta tarea pasaría al parlamento español.
- Cuarto, incluyeron la figura del gobernador general, con poderes similares a los del proyecto del gobierno, pero sin autoridad sobre el orden público.
En resumen, el proyecto de la Mancomunidad de 1919 hizo concesiones importantes al gobierno central en los puntos que más se habían criticado en Madrid.
El proyecto de la Mancomunidad proponía un parlamento regional con dos cámaras: un senado elegido por los concejales de los ayuntamientos y un congreso elegido por voto universal. Los ministros del gobierno catalán, nombrados por el gobernador general, serían responsables ante ambas cámaras. Además de legislar sobre temas propios de la región, el congreso y el senado catalanes podrían modificar leyes aprobadas por el parlamento español en ciertas materias, como las leyes sociales, para que solo se aplicaran en Cataluña, siempre que el parlamento español no se opusiera.
Entre las competencias que tendría Cataluña estaban:
- La educación en todos sus niveles, con la obligación de enseñar castellano en las escuelas primarias.
- La organización de los municipios y provincias, incluyendo la posibilidad de cambiar la división territorial de Cataluña.
- El derecho civil catalán, con la creación de un tribunal de casación (un tribunal superior).
- La organización de la justicia en Cataluña.
- Las obras públicas, excepto las de interés general para toda España.
- Los teléfonos.
- Los servicios forestales y agrícolas.
- La asistencia social y la salud.
- El orden público.
Para financiar estos servicios, se crearía una hacienda propia a la que se transferirían los impuestos directos. Sin embargo, el Estatuto no definía a Cataluña como "región autónoma" o "nacionalidad". Tampoco había un artículo que estableciera la oficialidad del catalán.
¿Cómo se aprobó el proyecto por la Mancomunidad y los ayuntamientos?
Los días 24 y 25 de enero de 1919, la Asamblea extraordinaria de la Mancomunidad y los representantes catalanes debatieron y aprobaron por unanimidad el proyecto de Estatuto. Incluso los diputados y senadores catalanes de los partidos tradicionales votaron a favor.
El domingo 26 de enero, el proyecto fue ratificado por los alcaldes y delegados de los ayuntamientos catalanes, reunidos en el Palacio de la Música Catalana de Barcelona. De los 1072 municipios catalanes, 1046 (que representaban el 99% de la población) presentaron actas que confirmaban su voto favorable. En el Palacio, Francesc Cambó dijo que nunca antes la voluntad del pueblo catalán se había expresado de forma tan completa.

Los liberales y conservadores (que formaban parte del gobierno español) afirmaron que dejaron de lado la disciplina de su partido para apoyar el proyecto. Los tradicionalistas recordaron su apoyo a la autonomía. Francesc Macià, hablando como defensor de la independencia, dijo que era un estatuto moderado, pero el mejor que se podía conseguir. Finalmente, Largo Caballero, como socialista, indicó que los trabajadores españoles creían que la autonomía catalana era el primer paso para mejorar España.
El proyecto de Estatuto de la Mancomunidad también recibió el apoyo público de varias organizaciones y asociaciones, como el Centro Regionalista Andaluz de Andalucía, el Barcelona Futbol Club, el Bloque Regionalista Castellano de Madrid o el Club Sports Catalunya de México.

¿Cómo estaba organizado el texto del Estatuto?
La estructura del proyecto de Estatuto de autonomía de Cataluña, aprobado por la asamblea de la Mancomunidad, era la siguiente:
- Declaración Preliminar
- Primer título: Sobre el territorio de Cataluña. Incluye el Artículo número 1
- Segundo título: Sobre los ciudadanos catalanes. Incluye el Artículo número 2
- Tercer título: Sobre el gobierno de Cataluña. Incluye el Artículo número 3, 4 y 5
- Cuarto título: Poderes y facultades exclusivas del gobierno regional. Incluye el Artículo número 6 y 7
- Quinto título: Sobre la participación del gobierno regional en los asuntos regulados por la ley general. Incluye el Artículo número 8, 9, 10 y 11
- Sexto título: Sobre las finanzas regionales. Incluye el Artículo número 12 y 13
- Séptimo título: Sobre el parlamento regional. Incluye los artículos entre el número 16 y el 29
- Octavo título: Sobre el gobernador general y el poder ejecutivo regional. Incluye los artículos entre el número 30 y el 34
- Y una sección final de Anexos provisionales
¿Por qué el parlamento español rechazó el proyecto?
Los representantes catalanes regresaron al parlamento para intentar que se aprobara el proyecto de Estatuto de la Mancomunidad. El 28 de enero de 1919, Francesc Cambó, líder de la Liga, habló en el Congreso de Diputados. Primero, mencionó el apoyo casi total que el proyecto había recibido de los ayuntamientos catalanes. Luego, se enfrentó a quienes decían que el proyecto rompía la unidad de España.
Cambó afirmó que la aprobación del proyecto del gobierno no resolvería el problema. Terminó su discurso con frases desafiantes, preguntando si un pueblo unido que pide autonomía para su vida interna no tenía derecho a lo que solicitaba en 1919. Sin embargo, el gobierno mantuvo su posición de apoyar su propio proyecto y no el de la Mancomunidad, por lo que este último no se llegó a debatir en el parlamento.
El 7 de febrero, Cambó volvió a intervenir para oponerse al proyecto del gobierno y proponer que se debatiera el de la Mancomunidad. Dijo que su Estatuto era lo mínimo necesario para que la autonomía de Cataluña fuera real y no una ilusión. Añadió que si lo que pedían se consideraba una propuesta de separación, eso significaba que ya estaban separados en espíritu y que la unión se mantenía por la fuerza.
Luego, Niceto Alcalá Zamora, en nombre de la comisión del gobierno, atacó el proyecto de la Mancomunidad. Dijo que era el resultado de una "deliberación ilegal" y que no debían ceder ante ella. Se mostró totalmente en contra de transferir las competencias que el proyecto atribuía a Cataluña. El presidente del gobierno, Romanones, intervino después para decir que solo se discutiría el proyecto de la comisión del gobierno.
Al llegar a este punto muerto, los diputados catalanes republicanos, regionalistas y tradicionalistas (pero no los de los partidos tradicionales del gobierno) presentaron una propuesta el 18 de febrero. Pedían que se hiciera una votación en Cataluña sobre la autonomía. Para apoyar esta propuesta, Cambó intervino tres días después.
Cambó explicó que el pueblo catalán había vivido durante siglos como un Estado independiente, creando una lengua, un derecho civil y un sentimiento propio. Este pueblo se unió a España, y con el tiempo se crearon intereses y lazos comunes. Pero la personalidad propia de Cataluña, con su lengua, derecho y espíritu público, seguía existiendo. Esta voluntad, dijo, quería que Cataluña tuviera plena autonomía para gobernarse en todo lo que fuera su vida interna, y que en todo lo que afectara más allá de sus fronteras, hubiera una sola unidad que fuera España.
El presidente del gobierno, Romanones, declaró que se oponía a la votación y que reconocía la voluntad de los catalanes de tener un estatuto de autonomía, pero que no tenía que ser necesariamente el de la Mancomunidad. Finalmente, Romanones cerró el parlamento el 27 de febrero, justo el día en que se iba a votar la propuesta de la votación catalana. Aprovechó un momento de tensión social en Barcelona debido a una gran huelga.
Los líderes de la campaña autonomista, con Cambó a la cabeza, decidieron entonces no impulsar ningún movimiento de resistencia civil. Dieron por terminada la campaña autonomista de 1918-1919. Además, se había formado la Unión Monárquica Nacional, un grupo que defendía la unidad de España, lo que representaba una amenaza para la Liga Regionalista y el movimiento autonomista.