Manuel de Ferrer y Sitges para niños
Manuel de Ferrer y Sitges fue un noble importante de Barcelona que vivió en el siglo XVII y principios del siglo XVIII, falleciendo alrededor de 1718. Fue un defensor de la causa austracista durante la Guerra de Sucesión Española.
Como miembro del Brazo militar de Cataluña, participó activamente en las reuniones de los Tres Comunes de Cataluña. En 1713, se convirtió en el principal vocero de un grupo que quería seguir luchando en la guerra hasta lograr la victoria o enfrentar un desenlace muy difícil, rechazando cualquier acuerdo de paz. Gracias a su postura, fue uno de los líderes principales de la Campaña de Cataluña (1713-1714) junto a Rafael Casanova. Después de la guerra, siguió viviendo en Barcelona, pero sus propiedades fueron confiscadas, al igual que las de otros líderes de la resistencia.
Datos para niños Manuel de Ferrer y Sitges |
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Nacimiento | Barcelona, siglo XVII |
Fallecimiento | Barcelona, 1718 |
Nacionalidad | Española |
Ocupación | Noble |
Contenido
¿Quién fue Manuel de Ferrer y Sitges?
Manuel de Ferrer y Sitges nació en Barcelona en el siglo XVII. Su familia tenía una larga tradición de juristas. Su padre, José de Ferrer y de Vinyals, fue un abogado importante y juez de la Real Audiencia de Cataluña, y había sido nombrado noble en 1672. Su abuelo, también llamado José Ferrer, fue jurista y encargado de las cuentas de la Generalidad de Cataluña. Manuel se casó con Josepa Ferrer y Ferrer, y tuvieron tres hijos: María Anna, Emmanuela y José Ferrer y Ferrer.
Su papel en la Guerra de Sucesión Española
Manuel de Ferrer fue muy activo en las reuniones de los Tres Comunes de Cataluña durante toda la Guerra de Sucesión Española. En 1712, formó parte de una comisión importante junto a Rafael Casanova y Pablo Ignacio Dalmases, representando al Consejo de Ciento de Barcelona.
La decisión de continuar la guerra
Después de que se firmara la Paz de Utrecht, hubo un gran debate en Cataluña. Algunos querían seguir luchando contra Felipe V, mientras que otros pensaban que lo mejor era rendirse. El 30 de junio de 1713, se reunió la Junta General de los Brazos de Cataluña para tomar una decisión.
Los diputados de la Generalidad, que estaban a favor de rendirse, mostraron cartas del propio rey y emperador Carlos de Austria, la emperatriz y el mariscal Guido Starhemberg. En estas cartas, se pedía a los catalanes que se rindieran porque no podían recibir ayuda, ya que los ingleses los habían abandonado.
En el parlamento del Brazo militar (cortes), los que querían seguir la guerra se dividieron en dos grupos:
- Un grupo más radical, liderado por Ferrer, que quería seguir la guerra sin negociar con los borbónicos.
- Un grupo más moderado, que también quería seguir la guerra, pero estaba abierto a negociar si surgía la oportunidad.
Manuel de Ferrer fue el vocero del grupo radical y dio un largo discurso explicando sus razones. A pesar de su elocuencia, los dos grupos a favor de la guerra no se pusieron de acuerdo. Al final, la opción de rendirse sin condiciones a Felipe V ganó la votación, porque los otros grupos estaban divididos.
La protesta de Ferrer y el cambio de decisión
Ante este resultado, Manuel de Ferrer presentó una "Protesta" formal, diciendo que la decisión era nula y que iba en contra del honor y las leyes de Cataluña. Él consideraba que una rendición tan sumisa era vergonzosa para toda la nación catalana.
Mientras tanto, llegó la noticia de que el otro brazo, el Brazo Real, había votado a favor de continuar la guerra. Esta decisión, junto con la protesta de Ferrer, hizo que el Brazo militar reconsiderara su voto. Finalmente, las ideas radicales de Ferrer fueron aceptadas por la mayoría.
El 9 de julio, se proclamó que la guerra continuaría. Los miembros del grupo radical, incluyendo a Ferrer, tomaron el liderazgo del gobierno de Cataluña. Ferrer fue nombrado miembro de la Junta de 36 durante la campaña militar de 1713-1714.
El discurso de Manuel de Ferrer
El discurso de Manuel de Ferrer, pronunciado el 6 de julio de 1713, fue clave para la decisión de seguir la guerra. En él, Ferrer recordó la gloriosa historia de Cataluña y expresó su confianza en que, con ayuda divina, superarían todas las dificultades. Argumentó que, si no podían ganar, sería mejor un final heroico y difícil que aceptar una rendición humillante.
En su discurso, Ferrer también mostró su desacuerdo con Castilla y sus ministros, criticando su control exclusivo sobre el comercio con América y los cargos importantes en la monarquía española. Sin embargo, para Ferrer, España era mucho más que una Castilla empobrecida. Él creía que Barcelona era la mejor ciudad de España y que los catalanes eran los guardianes de la verdadera tradición española. Su misión, según él, era evitar el dominio francés al que se estaban sometiendo los castellanos y liberar a toda España del gobierno absolutista de los Borbones franceses.
Después de la guerra
Tras el fin de la guerra, Manuel de Ferrer siguió viviendo en Barcelona. Al igual que otros líderes políticos catalanes que resistieron en 1713-1714, sus propiedades fueron confiscadas. Falleció en 1718.
Véase también
- Tres Comunes de Cataluña
- Rafael Casanova
- Sitio de Barcelona
- Austracista