Manuel Cepeda para niños
Datos para niños Manuel Cepeda |
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![]() Presidente y Secretario General del Partido Comunista Colombiano |
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1992-1994 | ||
Predecesor | Álvaro Vásquez del Real | |
Sucesor | Jaime Caycedo Turriago | |
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Información personal | ||
Nombre en español | Manuel Cepeda Vargas | |
Nacimiento | 13 de abril de 1930 Armenia, Colombia |
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Fallecimiento | 9 de agosto de 1994 Bogotá, Colombia |
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Causa de muerte | Homicidio por arma de fuego | |
Sepultura | Cementerio Central de Bogotá | |
Nacionalidad | Colombiana | |
Religión | Católicismo | |
Familia | ||
Cónyuge | Yira Castro | |
Hijos | Iván Cepeda y María Cepeda | |
Educación | ||
Educado en | ![]() |
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Información profesional | ||
Ocupación | Abogado, periodista y político | |
Partido político | ![]() |
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Manuel Cepeda Vargas (nacido en Armenia el 13 de abril de 1930 y fallecido en Bogotá el 9 de agosto de 1994) fue un abogado, periodista y político colombiano. Fue asesinado por grupos armados ilegales y personas que formaban parte de las Fuerzas Armadas de Colombia. Su muerte ocurrió en un periodo de ataques organizados contra los miembros de la Unión Patriótica, un movimiento político.
Como parte importante del Partido Comunista Colombiano (PCC), Manuel Cepeda denunció constantemente los ataques y la persecución política contra su partido y otros movimientos como la Unión Nacional de Oposición y la Unión Patriótica (UP).
Manuel Cepeda fue asesinado en Bogotá mientras se dirigía al Congreso. Allí iba a participar en un debate importante sobre la protección de la población civil en tiempos de conflicto. Su asesinato fue parte de una serie de ataques y amenazas contra la Unión Patriótica, conocidos como el "Exterminio de la UP". Durante este periodo, muchas personas de la UP fueron atacadas, incluyendo candidatos a la presidencia, congresistas, diputados y alcaldes. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dicho que esta violencia organizada se extendió por casi todo el país y que las autoridades locales a veces estuvieron involucradas.
Contenido
Vida de Manuel Cepeda
Primeros años y educación
Manuel Cepeda Vargas nació en Armenia, Colombia, el 13 de abril de 1930. Estudió Derecho en la Universidad del Cauca.
Inicios en la política
En 1958, Manuel Cepeda fue elegido miembro del Comité Central del Partido Comunista Colombiano. También se encargó de reconstruir la Juventud Comunista Colombiana (JUCO), donde llegó a ser secretario general. Trabajó junto a otros líderes importantes como Jaime Pardo Leal y Yira Castro. En 1964, fue encarcelado en la Cárcel La Modelo de Bogotá.
En 1992, Manuel Cepeda fue nombrado secretario general del Partido Comunista Colombiano. En ese momento, los ataques contra la Unión Patriótica se habían vuelto muy intensos, y miles de sus miembros habían sido asesinados.
Familia
En 1960, Manuel Cepeda se casó con Yira Castro. Tuvieron dos hijos: María e Iván Cepeda Castro. Cuando falleció, su pareja era Olga Navia, quien también era activista.
Trabajo como congresista
Como miembro del Congreso, Manuel Cepeda propuso varias leyes. Algunas de ellas buscaban crear un Ministerio de la Cultura, apoyar a los artistas, mejorar la televisión y proteger los derechos de la oposición política. También estaba preparando proyectos de ley sobre los derechos de los niños, las mujeres trabajadoras, la cultura, y la objeción de conciencia al servicio militar obligatorio.
El asesinato de Manuel Cepeda
Situación previa
En julio de 1993, algunos líderes de la UP se reunieron con el ministro de defensa para denunciar un plan de ataques contra ellos. A pesar de estas denuncias, la violencia continuó.
Semanas después, varios líderes del Partido Comunista y de la UP fueron asesinados. Entre ellos, José Miller Chacón y Henry Millán Gonzalez.
Meses después, Manuel Cepeda fue asesinado. También hubo un ataque contra Aída Avella, presidenta de la UP. En septiembre de ese mismo año, seis jóvenes estudiantes y activistas de la UP fueron atacados en un evento conocido como la Masacre de Mondoñedo.
Estos ataques formaban parte de una estrategia para debilitar a la UP y a sus líderes. En 1993, 129 líderes más fueron asesinados.
A principios de 1994, Cepeda Vargas había denunciado la formación de grupos que, según él, estaban atacando a miembros de la UP en la región de Urabá.
Cómo ocurrió el asesinato
Manuel Cepeda Vargas fue atacado por personas en un carro el 9 de agosto de 1994. Le dispararon mientras se movilizaba por una avenida en Bogotá, cerca de su casa. Él había recibido amenazas constantemente.
Sus restos fueron enterrados en el Cementerio Central de Bogotá.
Investigación del crimen
Dos exagentes del estado, Hernando Medina y Justo Gil Zúñiga, fueron condenados a prisión en 2001 por este crimen. Otro individuo, Edilson Jiménez, también fue señalado como responsable.
Más tarde, personas que habían sido parte de grupos armados ilegales, como Diego Fernando Murillo, conocido como Don Berna, confirmaron que el líder de un grupo ilegal, Carlos Castaño, y un exfuncionario del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), José Miguel Narváez, estuvieron involucrados en el asesinato. Se dijo que altos mandos militares también dieron la orden, como parte de un plan de ataques y en respuesta a acciones de otros grupos armados.
Condena al Estado colombiano
En 1997, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos aceptó una denuncia contra el Estado colombiano por los ataques a los miembros de la Unión Patriótica. En 2005, se pidió que el caso del asesinato de Manuel Cepeda fuera tratado por separado.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos decidió llevar el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Esto fue porque consideraron que el Estado colombiano no había investigado bien el asesinato, había obstaculizado la justicia y no había compensado adecuadamente a la familia. También se sospechaba que el asesinato fue planeado por miembros del Ejército junto con grupos armados ilegales.
La Corte Interamericana dictó su sentencia el 26 de mayo de 2010. En ella, el Estado colombiano fue declarado responsable por la participación de sus agentes en el asesinato de Manuel Cepeda. La Corte ordenó al Estado reconocer su responsabilidad públicamente, crear un documental sobre la vida de Manuel Cepeda, publicar un libro sobre él y dar una compensación económica a su familia.
El 9 de agosto de 2011, el Estado colombiano reconoció públicamente su responsabilidad en el asesinato de Manuel Cepeda en una sesión especial del Congreso. El ministro del Interior de ese momento, Germán Vargas Lleras, pidió perdón a la familia de Cepeda y admitió que el crimen fue cometido por agentes del Estado en complicidad con grupos armados ilegales. Esta fue la primera vez que el Estado reconocía su responsabilidad en el asesinato de un líder político.
En 2014, la Fiscalía General de la Nación declaró que este crimen, y los de otros miembros de la UP, fueron crímenes muy graves contra la humanidad. Concluyeron que fue un plan organizado por sectores políticos, agentes del estado y grupos armados ilegales para evitar que los movimientos de izquierda tuvieran más influencia en la política colombiana.
En enero de 2023, la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró que el Estado de Colombia es responsable por los ataques a los derechos humanos de más de seis mil personas de la Unión Patriótica desde 1984. La Corte ordenó al Estado tomar medidas para proteger a las víctimas, investigar los hechos, juzgar a los responsables, hacer un acto público de reconocimiento y crear un día nacional y un monumento en honor a las víctimas.
Obras y legado
Manuel Cepeda escribió un libro de poemas llamado Vencerás Marquetalia, dedicado a las organizaciones campesinas. También publicó Yira Castro: mi bandera es la alegría en 1981, en homenaje a su esposa, quien falleció ese año.
Fue columnista y director del semanario Voz Proletaria, que luego se llamó Semanario Voz.
Homenajes
En su honor, un colegio en Bogotá y una avenida en la localidad de Kennedy llevan su nombre (Avenida Manuel Cepeda Vargas).
Un grupo armado ilegal también usó su nombre, pero su hijo, Iván Cepeda, rechazó públicamente este uso. Él afirmó que una sociedad justa y democrática, como la que quería su padre, no se construye con ataques contra la población civil.