Libros sibilinos para niños
Los Libros Sibilinos eran una colección de textos muy especiales y misteriosos de la antigua Roma. Se creía que contenían profecías y consejos importantes para el futuro de la ciudad.
Contenido
¿Qué eran los Libros Sibilinos?
Estos libros eran considerados sagrados por los romanos. No eran libros comunes, sino que se pensaba que contenían mensajes divinos que podían ayudar a Roma en momentos de gran dificultad o peligro. Estaban escritos en griego, primero en hojas de palmera y luego en papiro.
La historia de los Libros Sibilinos
La leyenda cuenta que una mujer muy anciana, conocida como la sibila de Cumas, se presentó ante el rey romano Lucio Tarquinio el Soberbio. Ella le ofreció nueve libros llenos de profecías a un precio muy alto. El rey Tarquinio pensó que el precio era demasiado y se negó a comprarlos.
Entonces, la sibila destruyó tres de los libros. Después, le ofreció los seis restantes al mismo precio que había pedido por los nueve. Tarquinio volvió a negarse, y ella destruyó otros tres. Temiendo que todos los libros desaparecieran, el rey finalmente aceptó comprar los tres últimos. Tuvo que pagar por ellos el mismo precio que la sibila había pedido al principio por los nueve.
¿Cómo se usaban los Libros Sibilinos?
Estos tres libros tan valiosos fueron guardados con mucho cuidado en el templo de Júpiter en Roma. Solo se consultaban en situaciones muy especiales, como cuando había una guerra, una epidemia o algún desastre natural que amenazaba a la ciudad.
En el siglo II a. C., durante la época de la República, los romanos valoraban mucho estos libros. Había un grupo de diez sacerdotes, llamados decem viri sacris faciundis, encargados de cuidarlos. Ellos eran los únicos que podían consultar los libros para buscar una profecía que pudiera aplicarse a la situación que estaban viviendo.
El destino de los Libros Sibilinos
Lamentablemente, los libros sibilinos originales se perdieron en un incendio en el año 83 a.C. Para reemplazarlos, el Senado envió personas a lugares lejanos como Troya, Samos y Eritras para buscar y recopilar nuevas profecías.
El emperador Augusto mandó guardar estos nuevos libros en dos cofres. Sin embargo, estos tampoco llegaron hasta nuestros días. En el año 405 d.C., un general romano llamado Estilicón ordenó que fueran destruidos.
Se cree que el famoso escritor romano Cicerón pudo leer los libros sibilinos. Él mencionó que estaban muy bien escritos y que contenían mensajes ocultos en forma de acrósticos (palabras o frases formadas por las primeras letras de cada línea). San Agustín, un importante pensador, también habló de un acróstico de la sibila eritrea que formaba la frase "Jesucristo hijo de Dios, salvador".
Véase también
En inglés: Sibylline Books Facts for Kids
- Sibila de Cumas
- Oráculos sibilinos