Leonor Carreto para niños
Datos para niños Leonor María de Carreto |
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Información personal | ||
Nacimiento | 1616 | |
Fallecimiento | 1673 Tepeaca, México |
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Nacionalidad | Alemana y española | |
Religión | Católica | |
Familia | ||
Padres | Marqués de Grana | |
Cónyuge | Antonio Sebastián de Toledo Molina y Salazar | |
Hijos | María Luisa Álvarez de Toledo y Carreto | |
Información profesional | ||
Ocupación | Escritora | |
Cargos ocupados | 25.º Virreina de Nueva España | |
Predecesor | ninguno | |
Sucesor | María Luisa de Castro Girón y Portugal | |
Leonor María del Carreto (1616 - Tepeaca 1673) fue una mujer importante de la nobleza. Se le conoce por haber sido la marquesa de Mancera y la virreina de la Nueva España. Es especialmente recordada por apoyar y proteger a la famosa escritora Sor Juana Inés de la Cruz.
Contenido
¿Quién fue Leonor María del Carreto?
Sus primeros años y familia
Leonor María del Carreto nació en 1616. Su padre fue Francesco Antonio del Carreto, marqués de Grana. Él era un caballero muy respetado y un general del ejército. También trabajó como embajador en la corte española de Madrid.
La familia de Leonor era muy antigua y prestigiosa. Ella y sus hermanos crecieron en la corte española. Leonor fue dama de la reina Mariana de Austria.
Su matrimonio y llegada a Nueva España
El 7 de octubre de 1655, Leonor se casó en Madrid con Antonio Sebastián de Toledo Molina y Salazar. Él era el segundo marqués de Mancera. Antonio fue nombrado virrey de la Nueva España.
Cuando llegaron a México en 1664, fueron recibidos con una gran celebración. Se construyó un arco de triunfo especial en su honor.
Su apoyo a Sor Juana Inés de la Cruz
Leonor María del Carreto invitó a Inés Ramírez de Asuaje, quien más tarde sería conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, a vivir en el palacio virreinal. Allí, Sor Juana fue la tutora de la hija de Leonor, María Luisa Álvarez de Toledo y Carreto.
Durante ese tiempo, Sor Juana también escribió poemas por encargo. Vivió en el palacio virreinal hasta que decidió entrar a un convento. Leonor fue una gran protectora de Sor Juana.
La vida de su hija y su fallecimiento
La hija de Leonor, María Luisa, se casó el 28 de mayo de 1673 en la Catedral de México. Su esposo fue José María de Silva y Mendoza.
Leonor María del Carreto falleció en 1673. Murió en Tepeaca, mientras viajaba de regreso a España. Su funeral fue dirigido por fray Payo Enríquez de Ribera.
Años después, en 1680, llegó a la Ciudad de México otra virreina, María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga. Ella también fue una gran amiga y protectora de Sor Juana.
Poemas de Sor Juana dedicados a Leonor del Carreto
Sor Juana Inés de la Cruz dedicó varios poemas a Leonor del Carreto. En ellos, la llamaba "Laura", un nombre que se usaba para referirse a una amada en la poesía.
Aquí te mostramos algunos fragmentos de esos poemas:
- I. Convaleciente de una enfermedad grave, discreta con la señora virreina, marquesa de Mancera, atribuyendo a su mucho amor aún su mejoría en morir
En la vida que siempre tuya fue, / Laura divina, y siempre lo será, / la Parca fiera, que en seguirme da,/ quiso asentar por triunfo el mortal pie.
Yo de su atrevimiento me admiré, / que si debajo de su imperio está, / tener poder no puede en ella ya, / pues del suyo contigo me libré. /
Para cortar el hilo que no hiló, / la tijera mortal abierta vi. / -¡Ay, parca fiera! -dije entonces yo-.
Mira que sola Laura manda aquí. / Ella corrida al punto se apartó. / Y dejome vivir solo por ti.
- II. En la muerte de la excelentísima señora marquesa de Mancera (1674)
De la beldad de Laura enamorados / los cielos, la robaron a su altura, / porque no era decente a su luz pura / ilustrar estos valles desdichados.
O porque los mortales, engañados / de su cuerpo en la hermosa arquitectura, / admirados de ver tanta hermosura / no se juzgasen bienaventurados.
Nació donde el Oriente el rojo velo / corre al nacer al astro rubicundo / y murió donde con ardiente anhelo
da sepultura a su luz el mar profundo: / que fue preciso a su divino vuelo / que diese como el sol la vuelta al mundo.
- III.
Bello compuesto en Laura dividido, / alma inmortal, espíritu glorioso, / ¿por qué dejaste cuerpo tan hermoso? / ¿Y para qué tal alma has despedido?
Pero ya ha penetrado en mi sentido / que sufres el divorcio riguroso / porque el día final puedas gozoso / volver a ser enteramente unido.
Alza tú, alma dichosa, el presto vuelo, / y de tu hermosa cárcel desatada, / dejando vuelto su arrebol en hielo,
sube a ser de luceros coronada: / que bien es necesario todo el cielo / porque no eches de menos tu morada.
- IV.
Mueran contigo, Laura, pues moriste, / los afectos que en vano te desean, / los ojos a quien privas de que vean / hermosa luz que un tiempo concediste.
Muera mi lira infausta en que influiste / ecos, que lamentables te vocean, / y hasta estos rasgos mal formados sean / lágrimas negras de mi pluma triste.
Muévase a compasión la misma Muerte / que, precisa, no pudo perdonarte; / y lamente el Amor su amarga suerte, /
pues si antes, ambicioso de gozarte, / deseó tener ojos para verte, / ya le sirvieran sólo de llorarte.