Indulto y perdón general a los catalanes para niños
El Indulto y perdón general a los catalanes fue el real decreto promulgado por Felipe V el 30 de marzo de 1713 por el que concedió indulto y perdón general a los todos los catalanes por la rebelión austracista de 1705. Fue la respuesta que Felipe V dio a las presiones de la reina de Inglaterra —cuando se mantenían las negociaciones en Utrecht que habrían de poner fin a la Guerra de Sucesión Española— para que concediera una amnistía general a los catalanes austracistas y para que mantuviera sus Constituciones, a lo que Felipe V se negó en redondo. Cuando el embajador británico en Madrid Lexington, siguiendo las instrucciones de la reina Ana —quien "por motivos de honor y de conciencia, se sentía obligada a reclamar todos los derechos de que gozaban los catalanes cuando les incitaron a ponerse bajo el dominio de la Casa de Austria"— insistió sobre el que sería conocido como el «caso de los catalanes» (que se les concediera una amnistía, no un simple indulto, y que se mantuvieran sus leyes e instituciones propias) Felipe V y su esposa le contestaron:
Por esos canallas, esos sinvergüenzas, el rey no otorgará jamás sus privilegios, pues no sería rey si lo hiciera, y esperamos que la reina [de Inglaterra] no nos los quiera exigir. [...] Sabemos que la paz os es tan necesaria como a nosotros y no la querréis romper por una bagatela
Contexto
En el marco de los tratados de Utrecht (1713) que propiciaron el fin de la Guerra de Sucesión Española, el 7 de enero de 1713 Felipe V promulgó un primer indulto a los catalanes condicionado a que depusieran las armas. En este primer indulto, redactado con un duro lenguaje, Felipe V les recriminaba en primer lugar la «pertinaz continuada ceguedad con que los naturales moradores del Principado de Cataluña subsisten en faltar al cumplimiento de la obligación de vasallos míos que me tienen jurado»; tras ello continuaba concediendo el perdón de vidas y haciendas a aquellos que en el plazo de dos meses depusiesen las armas, resolviendo que en caso contrario «quedaran declarados por rebeldes y reos de lesa majestad».